-Who's that girl?
- is the president of Argentina, Cristina Fernadez
- is a genius
Claro que si!, amigos imperialistas esa mujer es un genio y es nuestra Presidenta, que da cátedra cuando habla, es un cuadrazo político, y así es como ustedes pudieron apreciar, sin leer un solo papelito.
Cristina es su primer día en Nueva York , como siempre tuvo una agenda a full, se reunió con el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitzel y también con el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, al que dejo así de chiquitito:
Pero eso no fue todo porque el titular de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), Enrique Iglesias, se reunió con la presidenta Cristina Fernández, y le confirmó que Mar del Plata será la sede de la Cumbre Iberoamericana de 2010.
Y que más?
Ah, se hizo un tiempito y mantuvo un diálogo telefónico con la canciller hondureña designada por el presidente constitucional de ese país, Juan Manuel Zelaya, quien le confirmó que el presidente estaba de regreso en Honduras.
Y como le quedaba un rato libre la presidenta Cristina Fernández disertó en la Universidad de Columbia de los Estados Unidos, en el marco del foro de líderes mundiales organizado por esa Casa de Estudios. Allí abogó por la creación de organismos que financien el desarrollo social de los países emergentes.
Hasta tuvo tiempo de contestar preguntas luego de la disertación, y adivinen sobre que le preguntaron?, acertaron, sobre la ley de medios, y como siempre nuestra genia, idola, les dió una respuesta para que tengan, guarden y repartan. Aca les va:
PREGUNTA.- En Latinoamérica se habla de manipular las entradas en la publicidad para que prevalezca la opinión del gobierno y para que sea mucho más fácil entender los temas, que algunos también estén de acuerdo y traten de desmantelar los conglomerados de los medios para crear organizaciones más pequeñas y resistentes. Estas preguntas tienen que ver con los medios y la legislación.
PRESIDENTA.- Me parece un tema fantástico, pero no solamente en Argentina, sino también en toda América latina.
En Argentina se está debatiendo en estos momentos una Ley de Servicios de Medios Audiovisuales que sustituye a la ley vigente. La ley vigente en materia de medios audiovisuales se llama Ley de Radiodifusión, para que ustedes tengan la idea de lo vetusta y antigua que es la norma, pero además tiene un origen que es mucho peor que la vetustez del término.
Es una ley que fue sancionada por el dictador Jorge Rafael Videla. Para que ustedes tengan una idea, la autoridad de aplicación en materia de servicios audiovisuales, es decir, de televisión y de radio en la Argentina, es dirigida por un interventor y el directorio del Comfer todavía estaría integrado por miembros de las Fuerzas Armadas y miembros de la Secretaría de Inteligencia del Estado. Esta es la autoridad de aplicación vigente hoy en la Argentina.
¿Qué estamos proponiendo en la nueva de Ley de Medios Audiovisuales, que es profundamente desmonopolizadora? Porque también debemos decir que el 73 por ciento -y quiero repetir el número para que quede claro-, el 73 por ciento de las licencias en materia radiofónica, televisiva y de cable, porque en nuestro país el cable cubre el 60 por ciento de la población, pertenecen a una sola empresa que, además, es propietaria también de diarios.
Tengo entendido que aquí en los Estados Unidos de Norteamérica, quien es propietario de un diario no puede ser propietario, por ejemplo, ni de canales de televisión ni de radios, que hay una incompatibilidad absoluta. Por ejemplo, The Washington Post, New York Times, Los Angeles Times, no podrían ser propietarios de una cadena de televisión ni de una cadena de radio. Esto en la Argentina no sucede.
De cualquier manera, nuestra Ley de Medios Audiovisuales no contempla esta incompatibilidad absoluta que sí contempla la legislación vigente en los Estados Unidos porque se refiere, precisamente, a eso, a medios audiovisuales. Todo lo que sea material periodístico gráfico, como diarios, revistas, etcétera no entra y es materia regulable.
Esta ley, además, en ningún momento hace mención a los contenidos que debe tener la información.
Había otros proyectos que hablaban de que la información debía ser veraz, que debía respetar la imagen...Esto nosotros lo entendemos como una verdadera, digamos, limitación a la libertad de expresión y, por lo tanto, la ley solamente hace mención al tema de la concentración, o sea, -y lo copiamos de aquí de los Estados Unidos- los modelos de cuánto se puede tener de licencias de radio o de televisión de acuerdo con la cobertura geográfica y de acuerdo con la cobertura de audiencia. A punto tal que todos los artículos de la ley están comentados.
No sé si acá habrá alumnos de Derecho, pero ustedes saben que el Código Napoleónico estableció el sistema de notas a cada artículo. ¿Qué significa esto? Que cada artículo de un determinado Código al pie tiene el origen de la fuente de esa norma y explica la razón de ella. En nuestro país la única ley anotada, o sea la única ley comentada, es el Código Civil de Velez Sarsfield, que es del siglo XIX y que fue sancionado a libro cerrado.
Para que ustedes tengan una idea, ese Código Civil regula sobre el patrimonio, los derechos personales y todo lo que hace a la identidad, propiedad y derechos de familia de los argentinos. Fue, reitero, aprobado a libro cerrado, lo que no quita que haya sido un buen instrumento.
Esta ley, en realidad, no es un proyecto del Gobierno, sino que es un viejo proyecto que viene siendo impulsado por distintas ONGs, periodistas, distintos sindicatos, todas las universidades también apoyan esta ley, en lo que se constituyó y se denominó como "Coalición Democrática" hace más de cinco años y que agrupa a universidades, asociaciones de actores, de directores de cine, en fin, personas tan prestigiosas como nuestro Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, en fin, personalidades artísticas, intelectuales que han apoyado esta ley.
Yo digo siempre dos cosas: hay dos leyes que han sido impulsadas por este Gobierno pero que no le pertenecen a él. Una, fue la Ley de Anulación de las Leyes de la Impunidad, las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que permitían que quienes habían delinquido y violado ferozmente los derechos humanos durante la dictadura quedaran sin pena y en libertad. Y la otra ley, que tampoco le pertenece a este Gobierno porque la tomó precisamente de la sociedad, es esta ley a la que presenté el día de 18 de marzo de este año y en la que constituimos también en un procedimiento inédito en materia de discusión de leyes, porque obviamente en la Argentina como aquí, las leyes se discuten en el Parlamento, pero previamente se constituyeron 25 foros sociales comunicados y publicitados a lo largo y a lo ancho del país donde periodistas, estudiantes, profesionales, en todo el país tuvieron la oportunidad de discutir este anteproyecto que yo había presentado y que tuvo en ese lapso 138 modificaciones, que se sumaron a las otras modificaciones que hubo en la primera parte del debate parlamentario, que es en la Cámara de Diputados, donde se ha obtenido media sanción.
Paralelamente también, he remitido como Presidenta de los argentinos al Parlamento Argentino, en un acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la despenalización del delito de calumnias e injurias para periodistas.
Recuero que aquí en Estados Unidos, no hace mucho tiempo fue detenida y juzgada una periodista del New York Times por no haber revelado su fuente y creo que estuvo presa y detenida. Bueno, esto en mi país jamás ha sucedido, no por lo menos durante la democracia; durante la dictadura si hubo más de 140 periodistas detenidos desaparecidos.
Esto realmente revela el grado de libertad absoluta que hay en mi país; lo comentábamos el otro día precisamente con la presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y con la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que fueron a visitar mi país luego de 30 años, en 1979, cuando, a instancias de denuncias de familiares y con el apoyo muy fuerte del entonces presidente Jimmy Carter y de Patricia Derian, su secretaria, visitaban la Argentina.
Ese señor que está sentado allí, de pelo blanco y que es el Canciller, era entonces preso de la dictadura y él testimonió ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, su padre también estaba preso en otra cárcel.
Así que, este es nuestro compromiso con las libertades públicas, con las libertades de expresión y creo que están en nuestro propio ADN.
Es más, comentaba el otro día con los legisladores, que espero que la Cámara modifique y amplíe la despenalización del delito de calumnias e injurias para todos los ciudadanos. Porque me revela que en el siglo XXI alguien puede estar preso por decir algo, aunque ese algo sea la mentira más grande del mundo, creo que tiene derecho a decirla. En todo caso deberá responder civilmente, pecuniariamente, o sea con su patrimonio, si es que le ha provocado daño a alguien como corresponde a toda sociedad civilizada.
Ahora permítame plantear el tema que usted mencionaba que es el tema de lo mediático y Latinoamérica.
Hoy, en estos momentos, se encuentra en Honduras el presidente Manuel Zelaya. (APLAUSOS) ¿Y por qué lo vinculo con esto de los mediático y las libertades de prensa y las concentraciones mediáticas en la región?
Cuando hoy por la mañana estaba reunida con el ex presidente del BID y actual Secretario Iberoamericano Enrique Iglesias, me llamó la Canciller hondureña, la verdadera, la nombrada por Zelaya, Patricia Rodas, para avisarme que Zelaya estaba en Tegucigalpa, Capital de Honduras, porque había decidido ir nuevamente a su tierra como presidente legítimo, como presidente constitucional, como presidente electo por la voluntad del pueblo.
Pero Zelaya no fue destituido por un golpe militar, como sucedía en las viejas dictaduras latinoamericanas cuando todavía reinaba la Doctrina de la Seguridad Nacional en América latina y teníamos un mundo dividido, bipolar, Este-Oeste, Rusia-Estados Unidos, donde la Doctrina de la Seguridad Nacional aseguraba, a través de golpes de Estado, el control absoluto de las sociedades.
Zelaya fue destituido por un golpe cívico-mediático, porque las nuevas fuerzas, que muchas veces impulsan movimientos destituyentes en las democracias latinoamericanas, que han logrado dar a sus ciudadanos derechos, crecimiento económico, que tal vez perjudican en algo la riqueza o el dominios de sus elites, cuentan tal vez con nuevos tipo de concentraciones que no son de carácter militar, sino que manipulan u ocultan también la información.
El día que el presidente Zelaya era detenido en pijamas en su casa, subido a un helicóptero, que además aterrizó en la base militar americana que se encuentra en territorio hondureño antes de ser depositado en Costa Rica, las principales cadenas mediáticas de Honduras transmitían dibujitos animados a los hondureños.
Creo que realmente la libertad de prensa y la libertad de expresión no pueden ser cabeza o titular de ellas las grandes empresas económicas dueñas de los grandes medios de comunicación.
Creo que la libertad de expresión, la libertad de pensamiento, debe estar en cabeza de quienes son sus verdaderos titulares, que son los ciudadanos que son los que tienen derecho a conocer toda la información. Porque, es cierto que una información puede ser la tapa de un diario, pero también es cierto que muchas veces se tapan las informaciones de los propios centros mediáticos.
Digo, entonces, que en el caso de nuestro país la República Argentina, cualquiera que lee un diario o escucha un canal de televisión y escuchan hablar de la Presidenta o del Gobierno, podrá advertir el grado de libertad absoluta. Nunca, y como dije el otro día en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, desafío a cualquier archivo, a cualquier memoria, a cualquier registro que alguna haya habido tal grado de libertad -y les digo que me encanta- para hablar, criticar, oponerse a un gobierno como el que hubo durante la gestión de esta primera, como dijera el presidente de la Universidad, Presidenta mujer. ¿Y saben qué? Lo prefiero, prefiero mil millones de mentiras, mil millones de difamaciones ¿y saben por qué? Por me crié en una sociedad y me incorporé a la vida política donde en las tapas de los diarios nadie contaba lo que pasaba, no había muertos, no había desaparecidos. Y si uno viera las tapas de algunos diarios luego del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, advertiría el grado de complicidad que tuvo aquella dictadura en los grandes medios para poder ser tal. (APLAUSOS)
Por eso, creo que nos debemos un gran debate, yo sé que esta Universidad tiene un think tank en materia de Ciencias de la Comunicación muy importante, muy sólido y creo que nos debemos dar el gran debate acerca de la información, acerca de la posibilidad de que los ciudadanos sean informados sin estar contaminada la información, no por la prédica del Gobierno, que obviamente no es dueño de los medios de comunicación, porque, en definitiva, todos los medios son de carácter privado salvo un canal o radio estatal, sino contaminados por los grandes intereses económicos que operan también a través de los medios de comunicación ocultando cosas y muchas veces impulsando a que las sociedades también apoyen o tomen decisiones en base a informaciones falsas como, por ejemplo, fue el tema de las famosas armas químicas en el cual todo el mundo creyó y que, finalmente, nunca nadie comprobó y que finalmente se descubrió que era un gran fraude. Por eso, la necesidad y la expresión de cambio de la sociedad americana cuando eligió presidente eligiendo un cambio.
Sé que es una intervención extensa para una pregunta y que hay muchas más, pero me interesaba hacerla de esta manera porque creo que, de la misma forma en que planteo el tema de la necesidad de repensar nuevos modelos en materia económica y social, es necesario también repensar con todos en las formas de la comunicación y en las formas de poder a la misma, con absoluta libertad, pero que esa libertad sea, precisamente, la de poder escuchar todas las voces todo el tiempo.
1 comentario:
Esto es lo que más odia la derecha, el cuadrazo que es Cristina. ¿Te imaginás a Mendez disertando en la Universidad de Columbia? Por favor la oposición es nauseabunda. Aguante Cristina, la conchuda para Clarín y sus secuaces
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