Por Victoria Ginzberg
Desde Caracas
Tenés suerte de que yo sea la Presidenta. ¿Te lo imaginás a Néstor Kirchner firmando acá, rodeado de papeles, escuchando anécdotas?
–Ya se hubiera ido. Revoleaba los papeles y se iba... Un saludo, démosle un abrazo desde acá.
El diálogo entre Cristina Kirchner y Hugo Chávez se produjo cuando el acto en el que Argentina y Venezuela firmaron 21 acuerdos ya llevaba dos horas. Se habían contado chistes, relatado hechos históricos, conversado por teleconferencia con productores del interior del país que mostraron vaquitas y toros y campos de girasoles y hasta se había escuchado cantar al presidente venezolano. También hubo espacio para definiciones políticas. “Es bueno remarcar el grado de integración que hemos alcanzado y que vamos a seguir profundizando, porque creemos que éste es el camino que ha dado resultados a la Argentina, que ha dado resultados a la República Bolivariana de Venezuela”, dijo Cristina Kirchner.
“Un día peronista”, definió Chávez mirando al cielo en la entrada del Palacio de Miraflores, donde por la mañana recibió a la Presidenta. Se reunieron primero a solas y luego con el canciller Jorge Taiana, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y sus contrapartes venezolanas. Allí quedó sellado el compromiso de los presidentes de reunirse cada tres meses. Después, llegó el acto de firma de acuerdos, que fue transmitido por dos canales venezolanos en vivo y sin cortes.
Cristina Kirchner y Chávez se sentaron delante de un cuadro de Simón Bolívar y antes de convocar a los funcionarios para que estamparan sus nombres en los convenios, tres plasmas mostraron la conexión en directo con el estado de Trujillo, en la zona de los Andes, donde el general Carlos Martínez Mendoza explicó, desde un centro técnico productivo, el trabajo que se realiza en base a transferencia de tecnología argentina. Chávez contó que a Martínez Mendoza –bajo y robusto– le decían “Remache” y así se refirió a él la Presidenta. “Es un cuento de cuando éramos jóvenes, tú no habías nacido”, explicó el venezolano, cortés. “Ningún general de mi país me perdonaría si le dijera Remache”, acotó ella.
Las cámaras enfocaron a las vacas holando argentinas y Remache, de “franela” roja y anteojos, contó que esperan lograr una mezcla que dé como resultado las holando venezolanas. Hasta habló de agregar otras especies para llegar al “ternero de la Unasur”. “El ternero latinoamericano”, acotó la Presidenta. Cuando Remache reportó a los sementales, Cristina Kirchner comentó: “Ya lo vi en acción”. Se refería a un toro que momentos antes había llamado su atención: “No, obscenidades no. Hay un toro que se está tratando de montar a una vaca. Estamos en horario de protección al menor”, bromeó CFK. Chávez mencionó que a Trujillo le decían “El jardín de la República” y luego de las comparaciones con Tucumán cantó una canción que se basa en la cita de Bolívar que le dio el mote a Trujillo. La Presidenta dijo que no le pidieran que cantara y mencionó que a Chávez le gustaría “El Arriero”, de Atahualpa Yupanqui que dice “las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”.
Como dos amigos. Como dos socios estratégicos. Así se mostraron y eso transmitieron los presidentes que exhibieron un trabajo común en, entre otras áreas, energía, transporte, deporte (“un acuerdo para que Venezuela no gane nunca al fútbol”, bromeó Chávez), salud, cultura y agricultura. “Dejame hablar un poquito a mí”, le tiró una vez la Presidenta. “Ella conduce, ella es la comandante”, aseguraba Chávez, que había encomendado a Cristina Kirchner la conducción del pase con el satélite que transmitía las imágenes desde Trujillo. Además, hubo un mensaje doméstico: “Vos sabés que algunos se preguntaban qué hacía yo en Venezuela, tal vez no saben que Venezuela es nuestra principal compradora de industria avícola, tal vez desconocen que son nuestros principales compradores de maquinaria metalmecánica, de trabajo argentino, de tecnología argentina, de ciencia argentina. Además también la República Bolivariana de Venezuela fue fundamental para la supervivencia de una empresa líder en materia alimentaria y lechera como es SanCor. Siempre vamos a estar agradecidos porque ayudó a las finanzas del país, cuando Argentina carecía de acceso a los mercados de capitales. Más allá de las convicciones, de las comunes visiones acerca de cuál debe ser el destino de nuestro continente, mi presencia aquí obedece a esto también”.
El presidente venezolano también habló de la oposición de su país, pero lo hizo con una broma: “Si tú quieres reírte busca chistes sobre Chávez. Hay uno que dice que Chávez se quería operar la verruga que tiene aquí –y señaló su frente– pero los médicos no quisieron porque era su cerebro”. Después de sus propias risas acotó: “Con cerebrito y todo tengo diez años aquí y quién sabe cuántos más voy a estar”. El próximo 15 de febrero los venezolanos definirán si Chávez puede extender su gestión más allá del 2012 a través de la reelección ilimitada.
Después volvió el satélite. Esta vez, desde una Unidad Productiva Social del estado de Portuguesa, donde se trabaja con asesoramiento del INTA y con la empresa cordobesa recuperada Pauny, que fabrica tractores y otras máquinas agrícolas. También hubo tiempo para hablar del Che, San Martín, Perón y Fidel.
“Me dices que Fidel te recibió de pie, sí, es un caballero”, le comentó Chávez. Cristina Kirchner reveló que le había regalado al líder cubano un cordero patagónico (otro igual recibió Chávez) y recordó una foto del 25 de mayo de 2003 en la que estaban Néstor Kirchner (que asumía la presidencia), Fidel Castro, Chávez y ella misma (“yo estaba a un costado con un vestidito blanco, first lady”, dijo). “How are you, Fidel nos está mirando”, saludó Chávez con los ojos fijos en las cámaras de televisión que transmitían el evento.
“El protocolo indica que había discursos, pero ya hemos hablado”, dijo Chávez luego de que todos los ministros firmaran las actas. Ya habían pasado más de dos horas y media desde el inicio de la ceremonia. El venezolano eligió terminar con una cita de Perón (“Está más vivo que nunca. Lamenté mucho que se muriera sin poder conocerlo, yo era cadete del liceo militar”) en la que recordaba en 1973 su propia frase de 1945 acerca de que “el año 2000 nos encontrará unidos o dominados” y hablaba de “la Patria Grande que la historia nos está demandando”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario