Muchas gracias. Señor titular del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea, amigos y amigas de Aerolíneas Argentinas, compatriotas: quiero decirles que hoy es un día muy especial porque como recién contaba Julio De Vido está muy fresco en mi memoria, y seguramente en la de todos ustedes y en la del resto de los argentinos. aquel encuentro en el Salón Blanco allá por el mes de julio en la Casa Rosada, cuando comunicamos la decisión finalmente de que los argentinos, a través del instrumento que los representa, que es el Estado, decidieran recuperar la línea de bandera nacional junto al resto de las instituciones de la democracia, esto es el Parlamento.
Porque también quiero decirles algo, me siento muy orgullosa de formar parte de un gobierno que ha hecho de la calidad institucional un objetivo, y que sus principales decisiones y sus principales medidas han sido consensuadas también en el Parlamento Argentino. Inédito, inédito. (Aplausos) Con una historia atrás en donde se decidieron privatizaciones únicamente en el ámbito cerrado de una oficina del Poder Ejecutivo o se resolvieron cuestiones a través de piruetas jurídicas que se llamaron per saltum podemos recordar, en privatizaciones del Estado. (Aplausos) Este gobierno y el que lo antecedió decidieron dar participación en las grandes decisiones del Estado a todos sus poderes, a sus tres poderes. Esto también es recuperar el prestigio perdido ante sus propios conciudadanos, ante sus propios compatriotas.
Hoy este acuerdo que estamos firmando significa un modelo a seguir, no solamente para Aerolíneas Argentinas sino para todos los sectores de la vida nacional. La descripción que Julio hacía del estado en que se tomó la aerolínea, allá por el mes de julio, y que lo sabían los argentinos también porque lo sufrían cotidianamente en los aeropuertos de las distintas provincias del país, cuando ni siquiera se podía hacer frente al catering arriba de los aviones dado que se habían cancelado todas las operaciones porque no se pagaba absolutamente a nadie, ni siquiera un servicio de sándwiches. Me ha tocado estar en El Calafate y que alguien me viniera a reclamar por qué Aerolíneas no le pagaba el servicio de catering, de sándwiches y bebidas que habían dado; no caviar ni champaña, apenas refrescos o sándwiches. Esta era la situación en la cual, no el Estado sino el sector privado que era responsable de la administración, había dejado nuestra línea de bandera.
Yo sentí ese julio un gran desafío como Presidenta, porque tomaba una decisión que requería de la colaboración, el trabajo y el esfuerzo de todos ustedes. No se ponía en juego solamente el prestigio de la decisión de un gobierno, en este caso el gobierno que me toca presidir, se ponía en juego si el Estado como figura es capaz de administrar una aerolínea; pero al mismo tiempo el gran desafío de sus trabajadores, personal de abordo, pilotos, personal de tierra, si eran capaces de recuperar el prestigio perdido. Porque como lo dije en aquella oportunidad, Aerolíneas es fundamentalmente una empresa de servicios, depende del esfuerzo, de la calidez, de la colaboración que cada uno de ustedes ponga en el lugar que le toca, comandando el avión, atendiendo al pasajero abordo, atendiéndolo en el mostrador, poniéndole buena cara, si hay algún inconveniente tratar de solucionarlo y si no se puede solucionar en ese momento darle el trato que muchas veces la gente no siente.
Por eso estos resultados que hemos podido exhibir, a un poco más de seis meses, nos demuestran a nosotros mismos muchas cosas: la primera, que el Estado puede administrar correctamente una línea de carácter comercial, y segundo, que ustedes, todos ustedes, trabajadores y trabajadoras, son capaces de deponer diferencias naturales que existen siempre en toda actividad donde conviven varios gremios por la característica de la actividad, y poner el esfuerzo. Porque la mirada estaba sobre ustedes, sobre el Estado y sobre los trabajadores. Y va a seguir estando. Tenemos que demostrar, seguir demostrando que cuando tenemos un Estado que cree que el patrimonio nacional debe ser cuidado, cuando tenemos un Estado que cree que debemos tener una línea de bandera, cuando existen trabajadores que se sienten orgullosos de ser parte de esa línea de bandera porque antes se sienten orgullosos de ser argentinos, creo que entonces podemos exhibir resultados como los que hemos logrado en estos seis meses. (Aplausos)¿Y saben qué? También algo casi como yapa podríamos decir. En esta situación, en este nuevo escenario internacional, que no teníamos en julio cuando tomamos esta decisión, donde todo lo que tuviera olor a Estado era mal visto, vemos cómo ahora en todo el mundo, a lo largo y a lo ancho, los que nos criticaron porque decían que éramos estatistas, populistas y no sé que otros adjetivos, o que éramos proteccionistas y demás, todos, absolutamente todos están tomando decisiones en materia de estatizaciones e intervención del Estado porque, ¿saben que qué? En la época de las ganancias siempre está el sector privado, pero a la hora de las pérdidas el que siempre queda solo es el Estado. (Aplausos)
Cuando de ganar se trata entonces sí, ahí están todos. Pero ahora estamos frente a épocas difíciles, y en todos lados aparece entonces la intervención del Estado, en los grandes centros donde nos criticaron siempre están tomando medidas que casi podrían decirse copiadas de lo que ha sido este modelo desde el año 2003. Yo debo decir también que me siento muy contenta. Cuando el otro día escuché al presidente del país más poderoso de la tierra en términos tecnológicos, financieros, decir que los sindicatos no son parte del problema sino que son parte de la solución y que quiere también sindicatos grandes y prósperos junto a empresas grandes y prósperas, yo no sé si Obama habrá leído a Perón pero... (Aplausos) Déjenme decirles que se pareció mucho, ¿no? Realmente, ustedes saben, lo dije la otra vez en La Habana, tengo grandes expectativas, como tiene casi todo el mundo, en las decisiones que pueda tomar este primer presidente afroamericano de los EE.UU. Pero cuando escucho estas cosas, cuando veo que por primera vez en la Casa Blanca entran sindicatos después de más de una década de no hacerlo y se tiene esta concepción de cómo se solucionan los problemas, de que los trabajadores nunca pueden ser el problema, son parte de la solución porque forman parte del consumo, de la actividad económica, del crecimiento, una siente la confirmación de años de ideas, de años de luchar, muchas veces contra los molinos de viento, cuando las prácticas y la prédica neoliberal parecía que definitivamente se habían incorporado al pensamiento único.
Por eso con todas las dificultades, con todos los errores que puede haber en una gestión de gobierno, déjenme decirles que me siento muy orgullosa de los logros que hemos tenido en estos meses. Pero también debo decirles algo: quiero más, más logros. Y creo que el instrumento que hoy acabamos de firmar, este acuerdo de madurez, tiene que ser tomado como modelo para todas las actividades, donde cada uno depone algo de lo que siempre cada uno cree que le pertenece. Porque lo importante es lograr que el conjunto se realice, que seamos capaces de entender que la Argentina, no Aerolíneas Argentinas, la Argentina necesita que todos depongamos actitudes de fuerza, de imponer, de creer que solamente uno tiene la razón, de amenazas o de puño crispado. Necesitamos argentinos dispuestos a poner el hombro, porque este país, nuestro país, ha dado mucho, tenemos inmensas posibilidades, pero por sobre todas las cosas necesitamos estar unidos, como ustedes han logrado este trabajo conjunto en estos seis meses, con estos resultados, impensables seis meses atrás. Y creo que lo van a poder hacer mejor aún porque estamos viendo los resultados, en materia de reducción del déficit, de volver a incorporarnos al IATA, de volver a ser parte del negocio aerocomercial a escala mundial. Y porque además tenemos que hacerlo con los argentinos a los cuales si Aerolíneas Argentinas no llega no pueden viajar desde la lejana Patagonia o desde el Norte argentino.
Por ustedes, por nosotros, por la historia de Aerolíneas Argentinas y por la historia de los argentinos nos merecemos este esfuerzo y muchos más para seguir trabajando. Muchas gracias y felicitaciones. Adelante.
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