..."escuchaba recién al Intendente quejarse por los que critican y por los que todo el día están diciendo cosas malas, como que nada bueno sucediera en el país. Como ayer estuve con los productores de cerdos y hoy estoy con ustedes, productores avícolas, quiero hablar de otro animalito pero que no es tan lindo como los cerditos ni como los pollitos, quiero hablar de los buitres hoy, esos pájaros feos, negros que siempre sobrevuelan anunciando desgracia y cataclismos. Hay fondos buitres afuera que no quieren que hagamos el canje, que quieren que sigamos endeudados, que quieren que paguemos sumas siderales de intereses cuando accedamos a los mercados de capitales, no solamente el Estado sino también ustedes, los empresarios. Porque cuando expolian al Estado terminan también expoliando a los hombres y mujeres que producen en sus empresas, sean empresas de alimentos, de producción o de servicios.
Y quiero hablar también de los buitres de adentro, porque para que los buitres de afuera tengan éxito tiene que haber buitres autóctonos. Hay una política buitre en la Argentina, una política que está esperando que el otro fracase, que al otro le vaya mal, para sobrevolar sobre esa desgracia, que en definitiva no termina siendo la desgracia de un intendente ni de un gobernador ni de una presidenta, termina siendo la desgracia de los hombres y mujeres que eligieron a ese intendente, a ese gobernador o a esa presidenta, y del resto de los argentinos que a lo mejor tampoco nos votaron pero si nos va mal les va a ir mal a todos, sin distinción de banderías ni de color. Sólo se salvarán los que siempre se salvaron, cualquiera sea el destino de los argentinos, son muy poquitos, son poderosos, son pocos pero poderosos; difaman, mienten, entorpecen, ponen palos en la rueda, buscan enfrentarnos los unos con los otros porque una de las claves que siempre han tenido es enfrentar a los argentinos. Y muchas veces los argentinos, sin entender realmente a qué intereses beneficiaban, se enfrentaban con gobiernos a los cuales les debían precisamente la movilidad social ascendente y el país que tenían.
Esa es por ejemplo la historia del peronismo allá en la década de los 40 y los 50. Sectores que si hubiéramos seguido siendo un país productor de materias primas sin valor agregado, un país para 7 u 8 millones, hubieran estado condenados a ser pobres toda la vida, a trabajar por un salario de porquería y a ser explotados como lo fueron durante décadas millones de argentinos.
Yo vengo aquí a Capitán Sarmiento en nombre de otra Argentina, en nombre de una Argentina que no se solaza en el fracaso del otro sino que al contrario, sabe que la única manera de seguir adelante es que todos tengamos éxito en lo que hacemos; los que producen logrando mercado interno y conquistando mercados externos; los que estudian y van al colegio teniendo clases todos los días y que sus maestros les enseñen como nos enseñaban a nosotros, para poder capacitarnos, saber y poder progresar, que el saber vuelva a estar del lado del progreso.
Yo soy del país que le gusta el éxito, soy del país que cree que no importa el lugar en que uno esté, puede ser presidente, intendente, gobernador, empresario, comerciante, jardinero o barrendero, pero tiene la vocación de que lo que está haciendo lo tiene que hacer de la mejor manera posible. Si fuera jardinera me gustaría ser la mejor jardinera, si fuera portera de colegio me gustaría ser la mejor portera de colegio y si fuera maestra me gustaría ser la mejor maestra. Esos son los argentinos que necesitamos, con vocación de éxito, con vocación de compromiso, de ayudar al otro. En definitiva, mutar esa política buitre que tanto daño nos ha hecho a todos.
Afortunadamente los buitres se pueden divisar. Por allí muchas veces a lo lejos pueden parecer hermosos pájaros negros, tal vez, si los fotografían bien en algún diario o los muestran bien en un canal de televisión pueden aparecer como pájaros bellos y estéticos, pero finalmente, cuando pasa el tiempo de las imágenes, cuando pasa el tiempo de las palabras, cuando viene el tiempo de gestión concreta en los gobiernos, uno los ha visto una y mil veces desplegar sus alas y no saber hacer otra cosa que sobrevolar sobre la desgracia y no producir nada bueno para el país. "
Y quiero hablar también de los buitres de adentro, porque para que los buitres de afuera tengan éxito tiene que haber buitres autóctonos. Hay una política buitre en la Argentina, una política que está esperando que el otro fracase, que al otro le vaya mal, para sobrevolar sobre esa desgracia, que en definitiva no termina siendo la desgracia de un intendente ni de un gobernador ni de una presidenta, termina siendo la desgracia de los hombres y mujeres que eligieron a ese intendente, a ese gobernador o a esa presidenta, y del resto de los argentinos que a lo mejor tampoco nos votaron pero si nos va mal les va a ir mal a todos, sin distinción de banderías ni de color. Sólo se salvarán los que siempre se salvaron, cualquiera sea el destino de los argentinos, son muy poquitos, son poderosos, son pocos pero poderosos; difaman, mienten, entorpecen, ponen palos en la rueda, buscan enfrentarnos los unos con los otros porque una de las claves que siempre han tenido es enfrentar a los argentinos. Y muchas veces los argentinos, sin entender realmente a qué intereses beneficiaban, se enfrentaban con gobiernos a los cuales les debían precisamente la movilidad social ascendente y el país que tenían.
Esa es por ejemplo la historia del peronismo allá en la década de los 40 y los 50. Sectores que si hubiéramos seguido siendo un país productor de materias primas sin valor agregado, un país para 7 u 8 millones, hubieran estado condenados a ser pobres toda la vida, a trabajar por un salario de porquería y a ser explotados como lo fueron durante décadas millones de argentinos.
Yo vengo aquí a Capitán Sarmiento en nombre de otra Argentina, en nombre de una Argentina que no se solaza en el fracaso del otro sino que al contrario, sabe que la única manera de seguir adelante es que todos tengamos éxito en lo que hacemos; los que producen logrando mercado interno y conquistando mercados externos; los que estudian y van al colegio teniendo clases todos los días y que sus maestros les enseñen como nos enseñaban a nosotros, para poder capacitarnos, saber y poder progresar, que el saber vuelva a estar del lado del progreso.
Yo soy del país que le gusta el éxito, soy del país que cree que no importa el lugar en que uno esté, puede ser presidente, intendente, gobernador, empresario, comerciante, jardinero o barrendero, pero tiene la vocación de que lo que está haciendo lo tiene que hacer de la mejor manera posible. Si fuera jardinera me gustaría ser la mejor jardinera, si fuera portera de colegio me gustaría ser la mejor portera de colegio y si fuera maestra me gustaría ser la mejor maestra. Esos son los argentinos que necesitamos, con vocación de éxito, con vocación de compromiso, de ayudar al otro. En definitiva, mutar esa política buitre que tanto daño nos ha hecho a todos.
Afortunadamente los buitres se pueden divisar. Por allí muchas veces a lo lejos pueden parecer hermosos pájaros negros, tal vez, si los fotografían bien en algún diario o los muestran bien en un canal de televisión pueden aparecer como pájaros bellos y estéticos, pero finalmente, cuando pasa el tiempo de las imágenes, cuando pasa el tiempo de las palabras, cuando viene el tiempo de gestión concreta en los gobiernos, uno los ha visto una y mil veces desplegar sus alas y no saber hacer otra cosa que sobrevolar sobre la desgracia y no producir nada bueno para el país. "
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