"Y se preguntaba el amigo, cómo se hace o cómo hacía yo para muchas veces tener la fortaleza con lo que él considera injusto, innecesario, y que yo le agregaría una palabra, "inédito" en la República Argentina. Nunca se trató desde algunos centros del poder, fundamentalmente desde el poder mediático y también desde algunos sectores de la oposición, como se ha tratado a esta Presidenta.
Creo que es una mezcla de muchas cosas, es una mezcla de género, inocultable, inevitable casi diría, lamentablemente inevitable, y también la otra, la más profunda, la que él mencionaba como la decisión de gobernar para las grandes mayorías en lugar de gobernar para las grandes corporaciones y los pocos privilegiados.
Esa tal vez sea la causa más fuerte, la más central, la más profunda, la más verdadera, porque cuando en el año 2007 en plena campaña electoral hablábamos de profundizar el proceso político iniciado en el año 2003, no lo hacíamos como un slogan, no acostumbramos. Mi generación no fue una generación de slogans, no fue una generación de frases hechas, sino de compromisos sociales y políticos muy fuertes.
¿Y sabe cómo hago para aguantar todas esas cosas? Miro la cara de Dalma, llorando recién cuando entraba a su casa nueva; su madre alquilaba, no tenían para tener una casa, lloraba, y me abrazaba.
¿Sabe cómo hago también? Cuando ayer en el teatro Cervantes entregaba las primeras netbooks, las primeras computadoras que van a tener todos los pibes de nuestras escuelas secundarias públicas y los chicos abrazaban esas computadoras que van a tener conectividad, que la van a poder llevar a su casa y que la van a poder conservar con el único requisito de terminar el colegio secundario y poder incorporar él y su familia a un mundo diferente al que vivimos nosotros ...".
¿Sabe cómo hago también para aguantar? Cuando me encuentro a lo largo y a lo ancho con miles de viejos y viejitas que me agradecen el poder tener un haber jubilatorio que le habían negado o porque habían quedado sin trabajo demasiados grandes o porque no les habían hecho los aportes jubilatorios, o porque habían venido las privatizaciones.
Cada mano, cada brazo, cada mirada, a mí me gusta mirar a la gente a los ojos, porque cuando uno mira a los ojos es porque puede hacerlo primero pero además porque encuentra en el otro una respuesta a esa mirada.
También encuentro fuerzas cuando me encuentro con muchas madres que tal vez están solas con sus hijos o con algún compañero que también tiene sus hijos pero que todavía no ha conseguido trabajo y gracias a la Asignación Universal por Hijo pueden acceder a condiciones mínimas de vida al menos. Y les aseguramos que los chicos vayan al colegio y tengan sus libretas sanitarias.
También encuentro fuerzas cuando voy a los centros académicos y hombres grandes, científicos, o chicos recién vueltos al país u hombres más jóvenes que se habían ido por falta de oportunidades, agradecen todo lo que estamos haciendo, invirtiendo y poniendo en materia de ciencia y tecnología para volver a ser un país de punta y de avanzada en todos los estamentos.
¿Y sabe qué? También encuentro alegría y consuelo cuando miro los campos estallando de verde, cuando veo que vamos a batir record de cosechas y aunque algunos no lo reconozcan ahí están para ser consumidos, para ser exportados, para que ganen plata porque queremos empresarios, comerciantes, productores que tengan rentabilidad, porque sabemos que eso también se vuelca a la economía.
También cuando visito las universidades y encuentro a sus profesores, a sus alumnos que reconocen que nunca habían tenido un reconocimiento por parte del Estado en sus sueldos, en las mejoras que hemos hecho, en los múltiples edificios universitarios, como ha sido durante esta gestión, porque nunca, argentinos, se había destinado tanta plata a la educación como se ha destinado desde el año 2003 a la fecha.
¿Sabe dónde encuentro consuelo? En esas maestras jardineras que me recibieron alborozadas recién cuando salí de la casa, con sus delantales de jardín, para darme un beso y también para encontrar sus ojos con los míos.
En todos ellos y en todas ellas uno encuentra las fuerzas no solamente para soportar la injusticia, el agravio, la descalificación, a veces y la mayoría de las veces ni siquiera política, apenas tan pequeña la descalificación que tiene que ver más con la condición de mujer que con otra cosa, pero no importa.
Todo eso me alcanza no solamente para estar bien y tener fuerza, lo que es más importante me alcanza para seguir adelante en el proceso de transformación y cambio. Porque no vamos a desfallecer." ...
"Por eso hay tantos jóvenes, por eso los jóvenes se acercan tanto porque son los que naturalmente interpelan a la sociedad y al mundo. Yo me veo reflejada en cada uno de ellos, cuando se acercan con su compromiso, con su falta absoluta de interés, no vienen a pedirte nada, vienen a decir no aflojes, fuerza y coraje. Por eso esa juventud extraordinaria que cada día está apareciendo más en todo los rincones de la patria, con mayor grado de compromiso, es lo que me alienta más, porque nosotros somos la generación que hoy nos toca conducir el país, pero tiene que venir atrás el recambio, tiene que venir el cambio generacional. Como también nosotros lo tuvimos y necesitamos luego de décadas de adormecimiento intelectual, de décadas en donde lo importante parecía ser únicamente lo material, donde lo bueno era lo extranjero y no lo nacional. Me parece que estamos entrando en un momento en donde también hemos comenzado a mirar y mirarnos a nosotros mismos. Por eso tengo tantas esperanzas y tengo tanta alegría de este momento político, económico y social que estamos viviendo."
Creo que es una mezcla de muchas cosas, es una mezcla de género, inocultable, inevitable casi diría, lamentablemente inevitable, y también la otra, la más profunda, la que él mencionaba como la decisión de gobernar para las grandes mayorías en lugar de gobernar para las grandes corporaciones y los pocos privilegiados.
Esa tal vez sea la causa más fuerte, la más central, la más profunda, la más verdadera, porque cuando en el año 2007 en plena campaña electoral hablábamos de profundizar el proceso político iniciado en el año 2003, no lo hacíamos como un slogan, no acostumbramos. Mi generación no fue una generación de slogans, no fue una generación de frases hechas, sino de compromisos sociales y políticos muy fuertes.
¿Y sabe cómo hago para aguantar todas esas cosas? Miro la cara de Dalma, llorando recién cuando entraba a su casa nueva; su madre alquilaba, no tenían para tener una casa, lloraba, y me abrazaba.
¿Sabe cómo hago también? Cuando ayer en el teatro Cervantes entregaba las primeras netbooks, las primeras computadoras que van a tener todos los pibes de nuestras escuelas secundarias públicas y los chicos abrazaban esas computadoras que van a tener conectividad, que la van a poder llevar a su casa y que la van a poder conservar con el único requisito de terminar el colegio secundario y poder incorporar él y su familia a un mundo diferente al que vivimos nosotros ...".
¿Sabe cómo hago también para aguantar? Cuando me encuentro a lo largo y a lo ancho con miles de viejos y viejitas que me agradecen el poder tener un haber jubilatorio que le habían negado o porque habían quedado sin trabajo demasiados grandes o porque no les habían hecho los aportes jubilatorios, o porque habían venido las privatizaciones.
Cada mano, cada brazo, cada mirada, a mí me gusta mirar a la gente a los ojos, porque cuando uno mira a los ojos es porque puede hacerlo primero pero además porque encuentra en el otro una respuesta a esa mirada.
También encuentro fuerzas cuando me encuentro con muchas madres que tal vez están solas con sus hijos o con algún compañero que también tiene sus hijos pero que todavía no ha conseguido trabajo y gracias a la Asignación Universal por Hijo pueden acceder a condiciones mínimas de vida al menos. Y les aseguramos que los chicos vayan al colegio y tengan sus libretas sanitarias.
También encuentro fuerzas cuando voy a los centros académicos y hombres grandes, científicos, o chicos recién vueltos al país u hombres más jóvenes que se habían ido por falta de oportunidades, agradecen todo lo que estamos haciendo, invirtiendo y poniendo en materia de ciencia y tecnología para volver a ser un país de punta y de avanzada en todos los estamentos.
¿Y sabe qué? También encuentro alegría y consuelo cuando miro los campos estallando de verde, cuando veo que vamos a batir record de cosechas y aunque algunos no lo reconozcan ahí están para ser consumidos, para ser exportados, para que ganen plata porque queremos empresarios, comerciantes, productores que tengan rentabilidad, porque sabemos que eso también se vuelca a la economía.
También cuando visito las universidades y encuentro a sus profesores, a sus alumnos que reconocen que nunca habían tenido un reconocimiento por parte del Estado en sus sueldos, en las mejoras que hemos hecho, en los múltiples edificios universitarios, como ha sido durante esta gestión, porque nunca, argentinos, se había destinado tanta plata a la educación como se ha destinado desde el año 2003 a la fecha.
¿Sabe dónde encuentro consuelo? En esas maestras jardineras que me recibieron alborozadas recién cuando salí de la casa, con sus delantales de jardín, para darme un beso y también para encontrar sus ojos con los míos.
En todos ellos y en todas ellas uno encuentra las fuerzas no solamente para soportar la injusticia, el agravio, la descalificación, a veces y la mayoría de las veces ni siquiera política, apenas tan pequeña la descalificación que tiene que ver más con la condición de mujer que con otra cosa, pero no importa.
Todo eso me alcanza no solamente para estar bien y tener fuerza, lo que es más importante me alcanza para seguir adelante en el proceso de transformación y cambio. Porque no vamos a desfallecer." ...
"Por eso hay tantos jóvenes, por eso los jóvenes se acercan tanto porque son los que naturalmente interpelan a la sociedad y al mundo. Yo me veo reflejada en cada uno de ellos, cuando se acercan con su compromiso, con su falta absoluta de interés, no vienen a pedirte nada, vienen a decir no aflojes, fuerza y coraje. Por eso esa juventud extraordinaria que cada día está apareciendo más en todo los rincones de la patria, con mayor grado de compromiso, es lo que me alienta más, porque nosotros somos la generación que hoy nos toca conducir el país, pero tiene que venir atrás el recambio, tiene que venir el cambio generacional. Como también nosotros lo tuvimos y necesitamos luego de décadas de adormecimiento intelectual, de décadas en donde lo importante parecía ser únicamente lo material, donde lo bueno era lo extranjero y no lo nacional. Me parece que estamos entrando en un momento en donde también hemos comenzado a mirar y mirarnos a nosotros mismos. Por eso tengo tantas esperanzas y tengo tanta alegría de este momento político, económico y social que estamos viviendo."
1 comentario:
José.
Saben muchachos que la Aceitera General Deheza es propiedad del Senador oficialista Roberto Urquía, que posee ff.cc. y barcos privados (amén de recibir subsidios del Estado.Dicho personaje es el mayor productor de harinas y aceites de soja de la Argentina, un tipazo.
Saben además que las empresas exportadoras ( fundamentalmente A.D.M., Aceitera General Deheza, Bunge Argentina, Cargill, Molinos Río de la Plata, Nidera, Pecomagra, Louis Dreyfus) se quedan con el grueso del negocio sojero, se apropiaban además de parte de las retenciones que se descuentan a los productores y que corresponden al Estado, es decir lo estafan.
Ah, me olvidaba saben que el mayor productor de soja de la Argentina viaja en el avión presidencial con Cristina.
Y este gobierno de cuarta se dice popular. Estudien y luego escriban.
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