por Cristina Fernández de Kirchner
"El balneario de todos y cualquiera", así la describió alguna vez Joaquín Sabina. Lo cierto es que la historia de Mar del Plata tiene un singular paralelismo con la historia nacional.Nació como un lugar de veraneo para la elite conservadora de fines del siglo XIX. Sin embargo, en 1920 fue la primera comuna en elegir a un socialista como intendente en la Argentina.Con la irrupción del peronismo, los trabajadores cambiaron considerablemente su nivel de vida. Alcanzaron mejores salarios, salud, educación y jubilación. Y, además, las playas de Mar del Plata.Desde aquella época, transmite una rebeldía igualitaria que resiste privilegios. Pero para que Mar de Plata sea el balneario o la ciudad de todos, tiene que haber un Estado promotor que busque garantizar la igualdad de oportunidades de todos sus ciudadanos.Lo mismo pasa con el tema de las jubilaciones. Actualmente el 77 por ciento de los 450 mil jubilados que cobran a través de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) estaría percibiendo un haber inferior al mínimo de 690 pesos.Si eso no ocurre, es porque desde el Gobierno nacional se destinan anualmente 4 mil millones de pesos para que nadie esté por debajo de la jubilación mínima.De seguir así, el año que viene los aportes estatales crecerían a 4400 millones y en cinco años totalizarían 25000 millones de pesos.Por cada 40 mil pesos acumulados en una AFJP se reciben sólo 220 pesos de jubilación, el resto lo paga el Estado.En cambio, una persona que gana 462 pesos de jubilación en una AFJP estaría obteniendo 1033 pesos en el sistema solidario de reparto.Y, para agregar tan sólo un dato más, debido a la crisis de los mercados, quienes cobran por el sistema privado en 2008 estarán recibiendo hasta un 17 por ciento menos que el año pasado."Un cambio estructural y estratégico"La semana pasada se tomó una decisión que significa un verdadero cambio estructural y estratégico del sistema previsional. Pero esta decisión se tomó fundamentalmente, en defensa de nuestros jubilados y pensionados.Desde el sector público se decidió auxiliar al sector privado para recuperar el valor de la solidaridad del sistema de reparto. Los recursos de nuestros jubilados no son ni pueden ser fuente de especulación. La jubilación no puede ni debe ser un negocio.Trece aumentos consecutivos se dieron en los últimos cinco años. Se incorporaron un millón y medio de personas que estaban afuera de todo sistema de jubilación. Y se consagró legislativamente, por primera vez, la movilidad jubilatoria para que los aumentos sean automáticos y no dependan del Presidente o Presidenta de turno.Se habla de administración eficiente de los recursos. Las AFJP han sido ineficientes y además ineficaces. Gastan casi el 10 por ciento de los recursos de sus aportantes sólo en administración. La Anses, en cambio, gasta el 2,5 por ciento.El sistema privado "invirtió" 3742 millones de pesos en mercados a futuro. Esos mercados que hoy tienen en vilo a la economía mundial.Esta decisión se tomó a pesar de que el reglamento de nuestro sistema previsional prohíbe expresamente que los recursos de nuestros jubilados o pensionados puedan ser timbeados en la especulación financiera.Hubo un sistema que se desmoronó estrepitosamente. Y, una vez más, el Estado es convocado para hacer frente a las políticas de saqueo."Nosotros protegemos a nuestros jubilados"·Sin embargo, resulta por lo menos paradójico que los analistas locales midan con distinta vara la intervención estatal en el mundo desarrollado que la intervención estatal en la Argentina.Cuando los Estados norteamericano, francés o alemán estatizan bancos, aseguradoras o deudas privadas se los denomina rescates’. En cambio, en nuestro país es estatismo nostálgico’. Son pocos los intereses, pero grandes los dividendos.Claro que hay diferencias. Mientras los grandes Estados del mundo adoptan una política estatista para la protección de grandes bancos y corporaciones económicas, nosotros protegemos a nuestros jubilados y nuestros trabajadores.Un país no se construye únicamente con grandes planes y grandes anuncios. Se construye trabajando todos los días. Se gestiona minuto a minuto. Y sus resultados se verifican cuando se mejora la calidad de vida de personas de carne y hueso.Obras para Mar del PlataPor eso, si hay un símbolo de progreso social es Mar del Plata. Poder viajar de vacaciones a esta ciudad significa que uno está progresando, así como poder ir a la universidad, tener la casa y el auto propios. Es el emblema de la clase media argentina.Mar del Plata es una ciudad turística. Pero también es una ciudad de textiles y pescadores, de hombres y mujeres que creen en el trabajo y en el esfuerzo.Para favorecer el turismo interno, recientemente el Parlamento convirtió en ley una iniciativa del Gobierno nacional corriendo el feriado del 12 de octubre al primer día hábil siguiente.Así, en el último fin de semana largo aumentó el flujo de turistas, las reservas hechas y la utilización de la capacidad hotelera, no sólo en Mar del Plata, sino en todo el país.Pero también se están haciendo obras importantes en la ciudad, como la construcción del colector noroeste, que va a resolver un problema histórico y hacer que 30 barrios ya no sigan teniendo problemas de inundaciones.Por otra parte, se firmó el convenio, con su respectivo financiamiento, para el dragado del puerto. Pasaron 10 años desde la última vez que se hizo un trabajo de esta envergadura.Esto está vinculado con el mejoramiento del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), una institución emblemática que debe estar vinculada no sólo al mar, sino a todo espacio de agua donde se pueda generar producción pesquera.El traslado de los boliches de AlemLa industria textil, que fue devastada durante los ’90, hoy es una gran generadora de mano de obra. La fábrica de suéteres Textilana es hoy la planta más importante de Sudamérica y ocupa a más de 1000 trabajadores.El traslado de la actividad comercial de la avenida Alem a la escollera Norte es otra obra importante para la ciudad. Este lugar, que está prácticamente inutilizado, se va a convertir en un gran espacio turístico al lado del mar.Esto va a generar dos cosas importantes: dotar a la ciudad de un espacio turístico que funcionará en todo momento en un lugar característico y, por otro lado, brindar ordenamiento urbano a los vecinos de la zona de Alem.Siempre recuerdo que cuando era más joven iba seguido por Alem y los vecinos se quejaban que no podían dormir por el ruido de los boliches a la noche. La verdad es que sus buenas razones tenían.En cuanto al Plan Nacional de Deporte es también una política de Estado. El deporte, como pocas otras actividades, ayuda a construir vínculos de trabajo, de sacrificio y de solidaridad.Estas condiciones no sólo son necesarias para ser un buen deportista, sino también para construir un mejor país, una mejor sociedad y una mejor ciudadanía.Con obras puntuales y concretas se mejora la calidad de vida de la gente que vive todo el año, pero también de los que eligen esta ciudad como destino turístico, los trabajadores y profesionales del país profundo.Mar del Plata está fuertemente ligada a la suerte de esos trabajadores y esos profesionales. Cuando hay trabajo y hay buenos salarios es porque hay producción. Y cuando hay producción, entonces la capacidad hotelera se desborda.En definitiva, el trabajo y la producción no son sólo una cuestión económica, sino también cultural y política.
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