Cristina estuvo en Neuquén y allí nos refrescó la memoria:
"Hemos vuelto a colocar en la Casa Rosada el centro de la decisión política, de la República Argentina. Hemos vuelto a colocar en el Parlamento la institución que brinda y da derechos a los argentinos, no la institución a la cual se enviaban proyectos de leyes o decretos de necesidad y urgencia donde se restringían derechos, se descontaban salarios a los empleados públicos o haberes a los jubilados; hemos vuelto a colocar a la justicia, a esa justicia que alguna vez avergonzó a los argentinos, en el verdadero lugar con una Corte independiente, modelo frente al mundo en materia de Justicia y haber renunciado también, en un acto de autolimitación, pese a que las leyes lo permitían a seguir nombrando miembros, volviendo a la antigua Corte de cinco miembros, rescatando el valor de la Justicia; hemos logrado también volver a recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, a través de la negociación colectiva, de más de 1.500 convenios, en un país donde hablar de sindicatos, donde hablar de convenios colectivos era visto como algo demodé, como algo fuera de tono, de época. Es que no habían advertido, tal vez imbuidos por doctrinas neoliberales, que la clave de un país, el verdadero crecimiento de un país está en generar empresarios, productores fuertes, pero también sindicatos porque significa que los trabajadores han vuelto a recuperar poder adquisitivo y protagonismo en la vida nacional.
Ese modelo de producción de agregar valor a nuestros recursos, a nuestras materias primas es lo que explica que, en estos 6 años, hayamos hecho el descenso más vertiginoso de ese casi 25 por ciento de desocupación con que un hombre, aquel 25 de mayo del año 2003, recibía el gobierno. Siempre le digo: "tenías más desocupados que votos".
También me enorgullezco como Presidenta de todos los argentinos de haber enviado al Parlamento el proyecto de Ley que volvió a instaurar en la Argentina el sistema de reparto solidario recuperando para el Estado, para el sector público la administración de los recursos de los trabajadores. No es solamente, como algunos quieren reducir, ahora que está en manos del Estado la llaman la "caja" a la ANSES, cuando los recursos estaban en manos de los privados y los giraban para afuera nadie decía nada, no por lo menos desde los grandes economistas y consultores económicos.
No es solamente haber recuperado la administración para la esfera de lo público, es también haber recuperado un sistema de solidaridad del que todos parecen haberse olvidado, porque en definitiva el Sistema de Capitalización condenaba a los salarios bajos o medios a jubilaciones de miseria; de hecho el Estado estaba completando el 60 por ciento de aquellos que estaban dentro del Sistema de Capitalización para poder llegar a la jubilación mínima; es haber terminado con el darwinismo, es haber terminado con esa sociedad que nos querían instalar, donde decían que los más débiles deben ser dejados a la vera del camino. Nosotros no creemos en esa sociedad, no creemos en un país o en una nación que se desentienda de los más débiles, que deje de lado a aquellos que no han conseguido el mejor trabajo o la mejor capacitación porque aspiramos a una sociedad y a un país en el que todos tengan las mismas posibilidades. Siempre digo no somos iguales, siempre hay alguien que ha puesto más esfuerzos, que se ha sacrificado más, lo importante, lo verdaderamente importante es que todos tengan la misma oportunidad, igualdad de oportunidades, que el nacer de una casa de más o menos recursos no te condene de por vida, esa es la Argentina a la que aspiramos.
También nos tocó recuperar nuestra línea de bandera, nuestra Aerolíneas Argentinas. Tal vez los que tienen la suerte de vivir en la Capital Federal no entiendan lo que significa en materia de conectividad y conexión y de integración del país tener una línea de bandera que vuele a todos y cada uno de los rincones de nuestro país, una aerolínea de bandera que todos ustedes lo saben ha aumentado frecuencias, de las 300 y pico que tenían en manos privada a más de 500 y que hoy conecta a todo el país y que es el país que también nos ha permitido reducir el endeudamiento, que cuando asumimos en el año 2003, era de más del 150 por ciento del Producto Bruto Interno y hoy llega apenas al 40 y pico, 50 por ciento del Producto Bruto Interno, sin la tutela tampoco del Fondo Monetario Internacional, que venía a dictaminar cuáles eran las políticas que teníamos que llevar adelante.
Podemos, además, decir hoy, en este mundo actual, no ya el del 2003, tampoco el del 2007, cuando me tocó asumir como Presidenta, sino este mundo que a partir de septiembre, del año pasado se desmoronó literalmente, se pulverizó. Ese modelo que siempre consultoras y gurúes nacionales e internacionales nos presentaban como el modelo, esos mismos que puntualmente, durante todos estos años, en los que crecimos a tasas chinas, teniendo el crecimiento más importante de nuestros 200 años de historia, nos decían sin embargo todos los años que era un veranito, que se derrumbaba y que debíamos seguir ese otro modelo y repetían casi monocordemente que nosotros íbamos a llevar al país al desastre, lo podemos recordar. Y si alguno no tiene memoria, mire algunos videos o mire algunas crónicas periodísticas. Y lo van a ver, lo van a poder escuchar, lo van a poder leer.
Hoy frente a la crisis más profunda de la que se tenga memoria, en los últimos dos siglos, en materia de economía global, nuestro modelo, nuestro proyecto de país está aquí, a pie firme defiendo con uñas y dientes lo logrado en estos años: trabajo y producción sosteniendo la actividad económica, interviniendo en todos aquellos sectores y en todas aquellas situaciones que reclamen la presencia del Estado, sin recetas ni modelos uniformes porque los problemas son diferentes, según sea la actividad económica; porque los problemas no son iguales, según sea la región; porque los problemas no son iguales, según cómo haya impactado en cada una de estas empresas o en cada una de las regiones la crisis internacional, pero aquí estamos y tenemos el orgullo de ser uno de los dos países del mundo, según estadísticas de Europa, que ha conservado el nivel de empleo, durante todo el primer trimestre, de este año 2009, únicos en América latina. Esto no significa que no tengamos problemas, esto no significa que seamos invulnerables frente a esta crisis global, pero la fortaleza de nuestro mercado interno, las decisiones de economía política para defender el trabajo argentino y no importar trabajo extranjero; la decisión de encarar en muchas actividades una verdadera sustitución de importaciones para crear y exportar trabajo argentino, la decisión de defender las fuentes de trabajo, el vínculo laboral de todos y cada uno de nuestros trabajadores; la decisión de ayudar a las pymes a blanquear a sus trabajadores, lo que nos ha permitido desde que hemos sancionado la ley regularizar a más de 160.000 argentinos que estaban en negro ; la decisión de intervenir con programas del Ministerio de Trabajo para ayudar a aquellas empresas a sostener su planta laboral, y las decisiones que tengamos que tomar para defender el trabajo de los argentinos, las inversiones de nuestras pymes, nuestras empresas, nuestros productores, las decisiones que tengamos que tomar para sostener este nivel de actividad económica las vamos a tomar y no me va a temblar la mano como Presidenta de los argentinos.
Quiero decirles que para nosotros sostener el trabajo, sostener la producción, tiene la misma fuerza que el compromiso que también hemos puesto con la memoria, la verdad y la justicia, banderas irrenunciables de nuestro gobierno, que ha vuelto a colocar con mucho orgullo a nuestro país, la República Argentina, al frente de las naciones en materia de garantías, respeto y defensa de los derechos humanos, un orgullo para todos los argentinos.
Quiero decirles, neuquinas y neuquinos, señor Gobernador, que el compromiso de esta Presidenta con la Patagonia, con el NEA, con el NOA, con el país profundo, no es solamente una cuestión de retórica, yo estoy convencida absolutamente de que la redistribución social del ingreso también tiene que ver con la redistribución geográfica del ingreso. Recién cuando mirábamos el video de las obras que se están ejecutando veíamos gasoductos para pequeños pueblos y localidades de la provincia de Neuquén. Le comentaba en voz baja a Jorge que a todos nos pasó lo mismo, grandes productores de gas, grandes productores de aquello que iba a la ciudad puerto, donde tienen todo, gas, luz, agua potable, y muchas veces nuestros pueblos que producen petróleo, energía, gas, no tienen nada. Esto también es una injusticia secular de nuestro país. Este plan de obras públicas basado en el proyecto y programa de intervención territorial tiene que ver también con esto, con modificar estructuralmente las injusticias en materia de infraestructura que ha tenido nuestro país en todas sus regiones.
Quiero decirles de mi compromiso fuerte como mujer, como militante política de toda la vida, dirigido a todos los hombres y mujeres que habitan nuestro país, a los que nos votan y a los que no nos votan como digo yo; a los que nos quieren y a los que no nos quieren. Estamos en el camino, créanme, de transformación más profunda que se recuerde en las últimas décadas, estamos en el camino de lograr un país donde todavía faltan muchas cosas, pero si uno mira hacia atrás y tiene la honestidad de reconocer lo que era nuestra patria allá por el 25 de mayo del 2003 podrá ver lo que hemos construido en estos casi 6 años. Les pido a todos ustedes que hagan un ejercicio y se trasladen a aquellas fechas, si alguien les hubiera dicho ese 25 de mayo del 2003 que en estos 6 años íbamos a construir todas estas cosas, este crecimiento económico; que íbamos a olvidarnos de la palabra FMI que repetían hasta los chicos; que íbamos a lograr nuevamente que nuestros jubilados tuvieran la dignidad del aumento; que íbamos a lograr que se jubilaran casi 2 millones de personas que se habían caído del aparato productivo y no tenían acceso a una jubilación o una pensión; que íbamos a lograr volver a abrir las escuelas técnicas, a volver a tener records de exportación, ya no solamente de materias primas sino de manufacturas industriales y agroindustriales; que íbamos a lograr -como lo hemos hecho- también en estos primeros 4 meses del 2009 batir records de superávit comercial con nuestras exportaciones en medio de una crisis formidable ; seguramente si hubiéramos dicho todas estas cosas en aquella campaña no nos hubieran creído, o tal vez algunos, muy poquitos, hubieran hecho cualquier cosa para que no asumiéramos si hubiesen sabido todo lo que íbamos a hacer. Al revés de lo que decía otro, que si él hubiera contado lo que iba a hacer nadie lo hubiera votado. Tengo el orgullo de decir que si hubiéramos dicho todo lo que íbamos a hacer seguramente hubiéramos obtenido mucho más que aquél 22 por ciento del 25 de mayo del 2003.
Y ese es mi orgullo como argentina y como militante política, volver a darle esperanza, certeza y credibilidad a la palabra política. No crean en esos que dicen que la política es la responsable de las cosas malas que nos han pasado a los argentinos, han sido las malas políticas, las políticas antinacionales, las políticas dictadas de afuera y aceptadas adentro. Pero tengan presente, argentinos y argentinas, que cada vez que en este país hubo derechos y garantías vinieron de la mano de la política y de los movimientos vinculados con lo nacional y lo popular. Tengan siempre presente que es en definitiva desde esa vocación de transformar la realidad donde podemos lograr que derechos y garantías no sólo se reciten en la Constitución sino que se cumplan en la vida cotidiana de todos los argentinos. Ese es el objeto de la Constitución, ese es el objeto de la política, esa debe ser la visión de todos aquellos que por representación popular hemos decidido tomar el camino de representar los verdaderos intereses de nuestro pueblo.
Yo estoy comprometida desde muy joven con esa representación y, como decía alguien, que no llegó a la Casa Rosada para dejar los ideales en la puerta, quiero decirles también que no he dejado toda mi vida y muchas veces hasta los propios intereses personales o familiares para venir a hacer algo en lo que no creo, no podría, no me saldría. Para mal o para bien tengo una forma de ser que me impide traicionar lo que pienso, una forma de ser que cree en el diálogo y en el consenso, pero que diálogo y consenso no pueden ser traicionar lo que uno piensa y dar pasos para atrás en todo este camino que hemos construido.
Tengo una forma de ser que cree profundamente en el pueblo, en el compromiso, y en que mucha gente durante mucho tiempo fue traicionada y olvidada. Yo quiero que cada uno de los argentinos cuando algún día me recuerde, bien o mal, nunca pueda decir "traicionó lo que ella pensaba o lo que alguna vez dijo". Eso no, y ése es mi compromiso, para con ustedes y para con todos los argentinos. "
Ese modelo de producción de agregar valor a nuestros recursos, a nuestras materias primas es lo que explica que, en estos 6 años, hayamos hecho el descenso más vertiginoso de ese casi 25 por ciento de desocupación con que un hombre, aquel 25 de mayo del año 2003, recibía el gobierno. Siempre le digo: "tenías más desocupados que votos".
También me enorgullezco como Presidenta de todos los argentinos de haber enviado al Parlamento el proyecto de Ley que volvió a instaurar en la Argentina el sistema de reparto solidario recuperando para el Estado, para el sector público la administración de los recursos de los trabajadores. No es solamente, como algunos quieren reducir, ahora que está en manos del Estado la llaman la "caja" a la ANSES, cuando los recursos estaban en manos de los privados y los giraban para afuera nadie decía nada, no por lo menos desde los grandes economistas y consultores económicos.
No es solamente haber recuperado la administración para la esfera de lo público, es también haber recuperado un sistema de solidaridad del que todos parecen haberse olvidado, porque en definitiva el Sistema de Capitalización condenaba a los salarios bajos o medios a jubilaciones de miseria; de hecho el Estado estaba completando el 60 por ciento de aquellos que estaban dentro del Sistema de Capitalización para poder llegar a la jubilación mínima; es haber terminado con el darwinismo, es haber terminado con esa sociedad que nos querían instalar, donde decían que los más débiles deben ser dejados a la vera del camino. Nosotros no creemos en esa sociedad, no creemos en un país o en una nación que se desentienda de los más débiles, que deje de lado a aquellos que no han conseguido el mejor trabajo o la mejor capacitación porque aspiramos a una sociedad y a un país en el que todos tengan las mismas posibilidades. Siempre digo no somos iguales, siempre hay alguien que ha puesto más esfuerzos, que se ha sacrificado más, lo importante, lo verdaderamente importante es que todos tengan la misma oportunidad, igualdad de oportunidades, que el nacer de una casa de más o menos recursos no te condene de por vida, esa es la Argentina a la que aspiramos.
También nos tocó recuperar nuestra línea de bandera, nuestra Aerolíneas Argentinas. Tal vez los que tienen la suerte de vivir en la Capital Federal no entiendan lo que significa en materia de conectividad y conexión y de integración del país tener una línea de bandera que vuele a todos y cada uno de los rincones de nuestro país, una aerolínea de bandera que todos ustedes lo saben ha aumentado frecuencias, de las 300 y pico que tenían en manos privada a más de 500 y que hoy conecta a todo el país y que es el país que también nos ha permitido reducir el endeudamiento, que cuando asumimos en el año 2003, era de más del 150 por ciento del Producto Bruto Interno y hoy llega apenas al 40 y pico, 50 por ciento del Producto Bruto Interno, sin la tutela tampoco del Fondo Monetario Internacional, que venía a dictaminar cuáles eran las políticas que teníamos que llevar adelante.
Podemos, además, decir hoy, en este mundo actual, no ya el del 2003, tampoco el del 2007, cuando me tocó asumir como Presidenta, sino este mundo que a partir de septiembre, del año pasado se desmoronó literalmente, se pulverizó. Ese modelo que siempre consultoras y gurúes nacionales e internacionales nos presentaban como el modelo, esos mismos que puntualmente, durante todos estos años, en los que crecimos a tasas chinas, teniendo el crecimiento más importante de nuestros 200 años de historia, nos decían sin embargo todos los años que era un veranito, que se derrumbaba y que debíamos seguir ese otro modelo y repetían casi monocordemente que nosotros íbamos a llevar al país al desastre, lo podemos recordar. Y si alguno no tiene memoria, mire algunos videos o mire algunas crónicas periodísticas. Y lo van a ver, lo van a poder escuchar, lo van a poder leer.
Hoy frente a la crisis más profunda de la que se tenga memoria, en los últimos dos siglos, en materia de economía global, nuestro modelo, nuestro proyecto de país está aquí, a pie firme defiendo con uñas y dientes lo logrado en estos años: trabajo y producción sosteniendo la actividad económica, interviniendo en todos aquellos sectores y en todas aquellas situaciones que reclamen la presencia del Estado, sin recetas ni modelos uniformes porque los problemas son diferentes, según sea la actividad económica; porque los problemas no son iguales, según sea la región; porque los problemas no son iguales, según cómo haya impactado en cada una de estas empresas o en cada una de las regiones la crisis internacional, pero aquí estamos y tenemos el orgullo de ser uno de los dos países del mundo, según estadísticas de Europa, que ha conservado el nivel de empleo, durante todo el primer trimestre, de este año 2009, únicos en América latina. Esto no significa que no tengamos problemas, esto no significa que seamos invulnerables frente a esta crisis global, pero la fortaleza de nuestro mercado interno, las decisiones de economía política para defender el trabajo argentino y no importar trabajo extranjero; la decisión de encarar en muchas actividades una verdadera sustitución de importaciones para crear y exportar trabajo argentino, la decisión de defender las fuentes de trabajo, el vínculo laboral de todos y cada uno de nuestros trabajadores; la decisión de ayudar a las pymes a blanquear a sus trabajadores, lo que nos ha permitido desde que hemos sancionado la ley regularizar a más de 160.000 argentinos que estaban en negro ; la decisión de intervenir con programas del Ministerio de Trabajo para ayudar a aquellas empresas a sostener su planta laboral, y las decisiones que tengamos que tomar para defender el trabajo de los argentinos, las inversiones de nuestras pymes, nuestras empresas, nuestros productores, las decisiones que tengamos que tomar para sostener este nivel de actividad económica las vamos a tomar y no me va a temblar la mano como Presidenta de los argentinos.
Quiero decirles que para nosotros sostener el trabajo, sostener la producción, tiene la misma fuerza que el compromiso que también hemos puesto con la memoria, la verdad y la justicia, banderas irrenunciables de nuestro gobierno, que ha vuelto a colocar con mucho orgullo a nuestro país, la República Argentina, al frente de las naciones en materia de garantías, respeto y defensa de los derechos humanos, un orgullo para todos los argentinos.
Quiero decirles, neuquinas y neuquinos, señor Gobernador, que el compromiso de esta Presidenta con la Patagonia, con el NEA, con el NOA, con el país profundo, no es solamente una cuestión de retórica, yo estoy convencida absolutamente de que la redistribución social del ingreso también tiene que ver con la redistribución geográfica del ingreso. Recién cuando mirábamos el video de las obras que se están ejecutando veíamos gasoductos para pequeños pueblos y localidades de la provincia de Neuquén. Le comentaba en voz baja a Jorge que a todos nos pasó lo mismo, grandes productores de gas, grandes productores de aquello que iba a la ciudad puerto, donde tienen todo, gas, luz, agua potable, y muchas veces nuestros pueblos que producen petróleo, energía, gas, no tienen nada. Esto también es una injusticia secular de nuestro país. Este plan de obras públicas basado en el proyecto y programa de intervención territorial tiene que ver también con esto, con modificar estructuralmente las injusticias en materia de infraestructura que ha tenido nuestro país en todas sus regiones.
Quiero decirles de mi compromiso fuerte como mujer, como militante política de toda la vida, dirigido a todos los hombres y mujeres que habitan nuestro país, a los que nos votan y a los que no nos votan como digo yo; a los que nos quieren y a los que no nos quieren. Estamos en el camino, créanme, de transformación más profunda que se recuerde en las últimas décadas, estamos en el camino de lograr un país donde todavía faltan muchas cosas, pero si uno mira hacia atrás y tiene la honestidad de reconocer lo que era nuestra patria allá por el 25 de mayo del 2003 podrá ver lo que hemos construido en estos casi 6 años. Les pido a todos ustedes que hagan un ejercicio y se trasladen a aquellas fechas, si alguien les hubiera dicho ese 25 de mayo del 2003 que en estos 6 años íbamos a construir todas estas cosas, este crecimiento económico; que íbamos a olvidarnos de la palabra FMI que repetían hasta los chicos; que íbamos a lograr nuevamente que nuestros jubilados tuvieran la dignidad del aumento; que íbamos a lograr que se jubilaran casi 2 millones de personas que se habían caído del aparato productivo y no tenían acceso a una jubilación o una pensión; que íbamos a lograr volver a abrir las escuelas técnicas, a volver a tener records de exportación, ya no solamente de materias primas sino de manufacturas industriales y agroindustriales; que íbamos a lograr -como lo hemos hecho- también en estos primeros 4 meses del 2009 batir records de superávit comercial con nuestras exportaciones en medio de una crisis formidable ; seguramente si hubiéramos dicho todas estas cosas en aquella campaña no nos hubieran creído, o tal vez algunos, muy poquitos, hubieran hecho cualquier cosa para que no asumiéramos si hubiesen sabido todo lo que íbamos a hacer. Al revés de lo que decía otro, que si él hubiera contado lo que iba a hacer nadie lo hubiera votado. Tengo el orgullo de decir que si hubiéramos dicho todo lo que íbamos a hacer seguramente hubiéramos obtenido mucho más que aquél 22 por ciento del 25 de mayo del 2003.
Y ese es mi orgullo como argentina y como militante política, volver a darle esperanza, certeza y credibilidad a la palabra política. No crean en esos que dicen que la política es la responsable de las cosas malas que nos han pasado a los argentinos, han sido las malas políticas, las políticas antinacionales, las políticas dictadas de afuera y aceptadas adentro. Pero tengan presente, argentinos y argentinas, que cada vez que en este país hubo derechos y garantías vinieron de la mano de la política y de los movimientos vinculados con lo nacional y lo popular. Tengan siempre presente que es en definitiva desde esa vocación de transformar la realidad donde podemos lograr que derechos y garantías no sólo se reciten en la Constitución sino que se cumplan en la vida cotidiana de todos los argentinos. Ese es el objeto de la Constitución, ese es el objeto de la política, esa debe ser la visión de todos aquellos que por representación popular hemos decidido tomar el camino de representar los verdaderos intereses de nuestro pueblo.
Yo estoy comprometida desde muy joven con esa representación y, como decía alguien, que no llegó a la Casa Rosada para dejar los ideales en la puerta, quiero decirles también que no he dejado toda mi vida y muchas veces hasta los propios intereses personales o familiares para venir a hacer algo en lo que no creo, no podría, no me saldría. Para mal o para bien tengo una forma de ser que me impide traicionar lo que pienso, una forma de ser que cree en el diálogo y en el consenso, pero que diálogo y consenso no pueden ser traicionar lo que uno piensa y dar pasos para atrás en todo este camino que hemos construido.
Tengo una forma de ser que cree profundamente en el pueblo, en el compromiso, y en que mucha gente durante mucho tiempo fue traicionada y olvidada. Yo quiero que cada uno de los argentinos cuando algún día me recuerde, bien o mal, nunca pueda decir "traicionó lo que ella pensaba o lo que alguna vez dijo". Eso no, y ése es mi compromiso, para con ustedes y para con todos los argentinos. "
1 comentario:
Gracias Cristina y gracias Néstor por conducirnos por el camino que le devolvió dignidad a nuestro país.
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