Hoy Cristina pronunció un discurso de los que tanto me gustan, cargado de emotividad, de pasión, de compromiso, un discurso bien peronista.
"Y no me voy a cansar de decirlo, una y mil veces: quiero ser la Presidenta que construya igualdad de oportunidades para todos los argentinos, quiero ser la Presidenta que defienda el trabajo nacional, que se abran más fábricas, que tengamos más y mejor trabajo, que tengamos más escuelas, más viviendas y eso se logra únicamente teniendo como objetivo la construcción de una gestión basada en los hechos, pero en los hechos que lleguen a todos, y sobre todo a los que más lo necesitan.
A mí no me sorprenden estas más de 20 cuadras llenas de gente, tampoco me sorprendieron las columnas que vi, que todavía estaban llegando. Me hizo acordar esa marcha con banderas argentinas, una marcha prolija, organizada, de hombres y mujeres jóvenes y no tan jóvenes también, que se acercara ahora, aquí. No creo que me tengan que agradecer nada, yo no quiero, porque yo no he dado nada, yo solamente he cumplido con una obligación, ustedes no vienen a agradecer, vienen aquí porque más que agradecidos son un pueblo esclarecido de cuál es el camino y el sendero que tenemos que seguir.
Yo quiero desde aquí, desde el corazón del pueblo convocar a todos los argentinos a poder continuar este crecimiento económico impensable seis años atrás, a poder seguir sosteniendo en un mundo que se derrumba, nuestra actividad económica y nuestro nivel de empleo.
Sabemos que la crisis internacional va a pasar y sabemos también que tenemos que estar preparados para redoblar el esfuerzo para que ese crecimiento inédito que hemos tenido en estos seis años de gobierno, lo renovemos y vayamos aún por más. Necesitamos veinte años más de crecimiento sostenido para volver a ser ese país que alguna vez fuimos allá en la década de los '50: la economía más importante de toda Latinoamérica.
Estoy convencida de que lo vamos a lograr porque estamos en el camino, porque hemos comprendido que el proyecto es de producción y de trabajo, porque sabemos que tenemos que agregar más valor a nuestros productos, porque tenemos que defender la industria nacional que es defender también el trabajo nacional. Y lo vamos a seguir haciendo con el mismo compromiso con que lo hemos hecho en estos seis años.
Déjenme decirles, finalmente, que estoy muy contenta de que hayan venido con esas hermosas banderas argentinas y que tienen el color que nos hermana a todos, la celeste y blanca, esa que miles de trabajadores empuñaron para ir a buscar hace muchos años a un líder que los había interpretado y los había representado.
De eso se trata, en definitiva, el lugar que quiero tener en la historia si es que la historia me da algún lugar, el de haber sido una de ustedes y el de haberlos representado siempre, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste.
A mí no me sorprenden estas más de 20 cuadras llenas de gente, tampoco me sorprendieron las columnas que vi, que todavía estaban llegando. Me hizo acordar esa marcha con banderas argentinas, una marcha prolija, organizada, de hombres y mujeres jóvenes y no tan jóvenes también, que se acercara ahora, aquí. No creo que me tengan que agradecer nada, yo no quiero, porque yo no he dado nada, yo solamente he cumplido con una obligación, ustedes no vienen a agradecer, vienen aquí porque más que agradecidos son un pueblo esclarecido de cuál es el camino y el sendero que tenemos que seguir.
Yo quiero desde aquí, desde el corazón del pueblo convocar a todos los argentinos a poder continuar este crecimiento económico impensable seis años atrás, a poder seguir sosteniendo en un mundo que se derrumba, nuestra actividad económica y nuestro nivel de empleo.
Sabemos que la crisis internacional va a pasar y sabemos también que tenemos que estar preparados para redoblar el esfuerzo para que ese crecimiento inédito que hemos tenido en estos seis años de gobierno, lo renovemos y vayamos aún por más. Necesitamos veinte años más de crecimiento sostenido para volver a ser ese país que alguna vez fuimos allá en la década de los '50: la economía más importante de toda Latinoamérica.
Estoy convencida de que lo vamos a lograr porque estamos en el camino, porque hemos comprendido que el proyecto es de producción y de trabajo, porque sabemos que tenemos que agregar más valor a nuestros productos, porque tenemos que defender la industria nacional que es defender también el trabajo nacional. Y lo vamos a seguir haciendo con el mismo compromiso con que lo hemos hecho en estos seis años.
Déjenme decirles, finalmente, que estoy muy contenta de que hayan venido con esas hermosas banderas argentinas y que tienen el color que nos hermana a todos, la celeste y blanca, esa que miles de trabajadores empuñaron para ir a buscar hace muchos años a un líder que los había interpretado y los había representado.
De eso se trata, en definitiva, el lugar que quiero tener en la historia si es que la historia me da algún lugar, el de haber sido una de ustedes y el de haberlos representado siempre, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste.
Quiero decirles, finalmente, que no es fácil, son muchos los intereses, son muchos y poderosos, también cuesta un poco más cuando uno tiene el pelo largo y se pinta. Pero no importa, no van a poder como no pudieron con ninguna de ustedes. Tenemos la fortaleza que nos da el ser dadoras de vida, tenemos la fortaleza de haber aguantado tal vez las cosas que el compañero no aguanta porque los hombres tienen otro orgullo y están formados de otra manera.
Pero aquí estamos nosotras con la fortaleza que nos da ser el centro de la familia, ser la cabeza del hogar, la que apechuga y la que afronta, ustedes lo saben, no es distinto en la Casa Rosada, es lo mismo.
Tenemos que colocarnos, entonces, al frente de las dificultades y de las adversidades para seguir creciendo y trabajando con el ejemplo de ustedes, con el ejemplo de mujeres que con un pañuelo blanco enfrentaron a la dictadura, es lo que me da la fortaleza para seguir adelante en este proyecto de construcción de una patria más justa, más equitativa, con igualdad de oportunidades."
Pero aquí estamos nosotras con la fortaleza que nos da ser el centro de la familia, ser la cabeza del hogar, la que apechuga y la que afronta, ustedes lo saben, no es distinto en la Casa Rosada, es lo mismo.
Tenemos que colocarnos, entonces, al frente de las dificultades y de las adversidades para seguir creciendo y trabajando con el ejemplo de ustedes, con el ejemplo de mujeres que con un pañuelo blanco enfrentaron a la dictadura, es lo que me da la fortaleza para seguir adelante en este proyecto de construcción de una patria más justa, más equitativa, con igualdad de oportunidades."
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