..."Yo pido a los que tienen la inmensa responsabilidad, la sagrada misión de informar a la población y también de formar opinión, que comiencen a vincular las cosas porque no son fenómenos que están separados, están profundamente vinculados. A mayor desigualdad, a mayor cantidad de pobreza, porque hay cada vez grupos más ricos y más concentrados, más inseguridad va a haber en la República Argentina y en cualquier otra sociedad. Por eso presentar los problemas desvinculados, por un lado plantear que aquellos que tienen más dinero no tienen que pagar impuestos, porque esta es una cuestión de la libertad del mercado; y por otro lado plantear que necesitamos más policías, mejores policías, mejores docentes, más educación, mas universidades y no unir las dos cosas, es hipócrita, y entonces se esconden otros intereses. No están defendiendo a la sociedad por la inseguridad, a mí no me van a convencer, la están utilizando solamente como bandera política o tal vez para obtener otras cosas a cambio de presiones sobre los gobiernos.
Los argentinos son muy inteligentes, muy perceptivos, y yo creo que entienden perfectamente de las cosas que estamos hablando, porque las sufren a diario, cotidianamente, y confío en esa inteligencia, y confío en que cada uno de ustedes al igual que yo tiene memoria, y confío además en que somos capaces de grandes empresas, de grandes utopías, como nos parecía una utopía allá en el 2003 llegar a los índices de crecimiento que llegamos, a que hubieran nuevamente casos amarillos en los actos. Yo escucho hablar muchas veces de reforma política y clientelismo, ¿saben cuándo hay clientelismo?, cuando no hay trabajo, cuando la gente depende del dirigente político para conseguir un plan de trabajo. Este Gobierno, continuación del anterior Gobierno, redujo la desocupación del 25 por ciento al 7.3 por ciento, no hay mayor combate contra el clientelismo político, no hay mayor reforma política de que cada ciudadano tenga su trabajo y dependa solamente de su esfuerzo. El que depende solamente de su esfuerzo, el que depende solamente de su trabajo, emite su voto libre, sin ningún tipo de presión, porque es su esfuerzo el que le da de comer y mantiene a sus hijos. Esa es la sociedad en la que nosotros nos formamos, esa es en la sociedad y en al convicción por la cual abracé la causa que abracé, que cuando la abracé obviamente estaba proscripta y no podía ir a elecciones libres en este país.
Entonces, argentinos y argentinas, cualquiera sea el lugar político partidario que hayan podido elegir, por tradición familiar, por convicción política, por experiencia histórica, lo importante siempre y lo primero es la Patria, lo primero es la Argentina; es el único modo en que cada uno de nosotros, hombres o mujeres, cualquiera sea nuestro partido político, cualquiera sea nuestra profesión, cualquiera sea nuestro origen social, solamente vamos a poder sentirnos ciudadanos del mundo si logramos convertir a este nuestro país en un país en el que todos respetemos los derechos del otro, con nuestras diferencias, con nuestras dificultades, pero respetando el derecho del otro, no creyendo que porque tengo plata y formas de presionar puede lograr más que el otro, los que no tienen capacidad del lobby o que los refleje un medio de comunicación.
Yo quiero hablar en nombre de esos millones de argentinos que no aparecen en los diarios, que no aparecen en la televisión, pero que existen porque los veo todos los días, en cada uno de mis viajes al país profundo, porque les miro la cara acá y en la calle, y porque puedo decirles que con todos mis aciertos y todas mis equivocaciones, que por cierto las tengo porque soy una persona humana, y no voy a torcer el camino, sé que estamos en el camino indicado. Seguiré hablando y seguiré dialogando cuantas veces sea necesario, porque para eso soy la presidenta de todos los argentinos. Pero sepan que soy la presidenta de todos pero tengo que gobernar para aquellos que no han tenido ninguna posibilidad. Esto no quiere decir que no se gobierne para los otros, porque para los otros gobierno desde la macroeconomía, desde haberles dado un tipo de cambio competitivo, desde haber logrado desenganchar los precios internos de los externos, y entonces tornar a nuestros empresarios competitivos a la hora de exportar. Hemos hecho muchas cosas que no son solamente el producto del esfuerzo y de la inversión de los empresarios, sino también de un modelo macroeconómico que cree en el país, que cree en la producción, que cree en el trabajo, que cree en la economía real, y que hoy advierte, erguido frente al mundo, que no nos habíamos equivocado en el camino político y económico que habíamos elegido. "
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