..."Yo diría que hay algunas medidas que ponen de manifiesto algunas cuestiones, que han sobrevolado en estos tiempos, y en este año y tres meses de gobierno que tiene esta Presidenta, que hoy está frente a todos ustedes; estás medidas que - como señaló Daniel y el intendente - había sido reclamada, proyectos, discursos y que una vez que la medida precisamente se produce es criticada y dispara el séptimo paro patronal, en un año y tres meses de gobierno. No recuerdo, sinceramente, en la historia ni siquiera nacional ni regional, que en un año y tres meses haya habido siete paros patronales, además con las características que se desarrollaron estos paros: cortes de rutas, desabastecimientos, agresiones, escraches a dirigentes, a intendentes. Muchos de ustedes, intendentes e intendentas, los han sufrido, durante el año pasado, no ahora.
Hoy leía, en algún diario que se criticaban duramente a los escraches y a la agresión y obviamente no podemos menos que sumarnos a esa condena y a ese rechazo. Que importante hubiera sido que esas voces se hubieran alzado, hace más de un año, cuando por ejemplo, la madre del ministro del Interior, Florencio Randazzo, que no tuvo que ver nada la señora con la 125, en realidad, sufrió un escrache en su casa de Chivilcoy. Tal vez el editorialista, que hoy en un importante diario, sugiere que tal vez podrían ir a la casa de ese ministro o de otro ministro, desconozca que hace más de un año, que la madre de ese ministro sufrió una agresión como la han padecido muchos y muchas de las que están aquí.
Entonces uno tiene la sensación como que hay un doble estándar en la Argentina, pero no solamente por esto, parece que hubiera agresiones malas y agresiones que debieran ser ocultadas; parece ser que por ejemplo, también, algunas manifestaciones que he escuchado que han adherido a la medida - y muy bien que se han adherido a la medida - que no están de acuerdo con los derechos de exportación, pero que igual aceptan el dinero porque lo necesitan.
Y yo me pregunto: ¿qué se piensan, que la Nación no necesita los recursos? Si los intendentes y los gobernadores necesitan los recursos para pagar sus policías, para pagar sus maestros, sus obras públicas, las necesidades de sus habitantes, la Nación también necesita los recursos para pagar a sus fuerzas de seguridad, de las fuerzas armadas. Muchas veces las contribuciones que hacemos a todas las provincias, en materia de pago de salarios docentes para que todos los docentes puedan tener un salario mínimo digno, a lo largo y a lo ancho del país. Ni qué hablar de la obra de infraestructura, que se ha extendido como nunca a todo el país. No puede haber, entonces, necesidades buenas y necesidades malas, las necesidades son necesidades, sean de los estados municipales, provinciales o del Estado Nacional. No hay agresiones buenas o agresiones malas, hay agresiones y cercenamiento de los derechos, se las produzcan oficialistas u opositores.
Yo creo que si todos tuviéramos un mismo prisma para analizar las cosas y los hechos habría, tal vez, mucha más calidad institucional en todos los ámbitos, en la República Argentina. Porque, de repente, cuando uno advierte, en el marco de esta crisis sin precedentes en el mundo, que suceden hechos inéditos como estos, reitero, siete paros patronales salvajes, en un año y tres meses, con desabastecimiento, aumento de precios, impedimento a la gente a transitar. Hoy leía, en un diario, que una persona había muerto producto de que una ambulancia no había podido traspasar un piquete, creo que fue en la provincia de Chaco, pero esto ya también había sucedido el año pasado y creo que si mal no recuerdo, fue en la provincia de Córdoba, aunque también haya sido ocultado o manipulada su información.
Creo que los argentinos necesitamos una mirada diferente sobre todos los acontecimientos que suceden, en nuestro país. Y yo me permito no ser ingenua, porque si solamente situara estas cuestiones en reclamos de intereses, cuestiones sectoriales naturales, lógicas y legítimas que suceden en toda sociedad, y fundamentalmente, en toda sociedad democrática, donde todos tienen derecho a expresarse. Pero yo no soy ingenua y si cada vez que se van logrando las medidas que se van solicitando, e igualmente entonces se pide otra, y cuando esa medida se obtiene tampoco sirve y así sucesivamente. Esta de hoy: la coparticipación que había sido solicitada por muchísimos proyectos, también, fue la que disparó el séptimo paro, tengo que pensar, entonces, que no estamos muchas veces ante reclamos sectoriales, legítimos, respetables, aún cuando uno no comparta esos planteos, sino que estamos antes situaciones, digamos, de mayor densidad institucional, para utilizar un eufemismo.
Creo que lo más importante que todos debemos hacer, todos los que tenemos responsabilidades de Gobierno: la Presidenta, los gobernadores, los intendentes, es tratar de tener criterios comunes. Esto no significa que tengamos proyectos similares, pero si criterios comunes, a la hora de exponer y analizar nuestras ideas. Yo personalmente creo que lo que se está discutiendo, lo que no se quiere y tal vez no se pueda decir, es este modelo al que hacía lugar y al que mencionaba el intendente Eseverri, de Olavarría. ¿En qué consiste básicamente este modelo, que como él decía comenzó en el año 2003? Consiste en un modelo de matriz diversificada basado, fundamentalmente, en valor agregado que permite que la gran parte de los argentinos tengan trabajos y salarios que les permitan ingresar a una vida digna.
Yo creo que lo que no se dice, tal vez, es que el modelo que se propugna es un modelo diferente, un modelo que tiene que ver con una Argentina agroexportadora donde queden mayores excedentes para exportar y, entonces, obviamente, con gente sin trabajo se come menos carne, se toma menos leche, se come menos pan y, entonces, queda un modelo agroexportador con grandes excedentes.
Escuchaba el otro día que alguien decía -un importante dirigente de los que suelen aparecer por televisión del sector de las patronales rurales- "para qué queremos industria automotriz, si son mejores los autos que se hacen en Japón -o no sé donde, decía-" y, en realidad, cuando uno escucha eso o que el precio de la carne debería pagarse a precio de euro o a precio de dólar, yo creo que ahí está la matriz verdadera, última y definitiva de lo que se nos está proponiendo enfrente, que no es un interés sectorial, es un modelo diferente que exige que los argentinos consuman menos. Este es el gran problema: que consuman menos carne, que consuman menos leche, que consuman menos pan, para de esta manera tener excedentes, como lo que fue el modelo agroexportador de principios de siglo.
No hace falta ser demasiado avispada ni demasiado inteligente para advertirlo, porque sino, es incomprensible que, a la luz de todos los acuerdos y de todas las medidas puntuales que se lograron -y que no los voy a fatigar porque para eso está la Ministra de la Producción que los enumera puntillosamente junto al ministro Randazzo que también es activo participante en la decisión de estas políticas cuando se reúnen con los sectores- realmente uno finalmente confluye en decir que hay otra cosa detrás de todo esto. Y no significa ser mal pensando ni acudir a teorías conspirativas, es mirar lo que pasa, escuchar lo que dicen y ver lo que hacen. Si uno reúne estas tres cosas y tiene alguna experiencia política de lo que pasó en este país durante mucho tiempo, las conclusiones caen de maduro y por sí solas.
No me molesta que alguien piense que este es un modelo viable, sería bueno que fuera explicitado en estos términos, de modo tal que la ciudadanía pudiera decidir, porque sino, parece una discusión simplemente de intereses o de gente que no se entiende o que falta diálogo. Yo creo que debemos sincerarnos, creo que hay una gran contribución y una gran actitud por parte del Gobierno al diálogo que siempre lo va a mantener porque esa es nuestra obligación.
Creo que es hora también de que cada uno comience a explicitar cuál es su modelo, decir cuáles son los costos fiscales también de las medidas, de dónde se van a sacar los recursos que se le van a dar a un sector y que están presupuestados y aprobados por el Parlamento Nacional, a quiénes se va a beneficiar y a quiénes se van a dar las cosas. Esto implicaría también una actitud de los medios de comunicación de al menos preguntar, de la misma manera que les preguntan a los dirigentes del oficialismo, donde muchas veces parecen más que preguntas o intervenciones casi interrogatorios, y que no nos molesta, al contrario, nos gusta la prensa de investigación y que pregunta con profundidad. Sería bueno también que ese ejercicio pudiera ser para todos los sectores para ayudar a construir mayor calidad democrática y, fundamentalmente, para asegurar que todos y cada uno de los argentinos puedan expresar sus ideas, que nadie sea ni reprimido ni castigado ni golpeado ni impedido de transitar una ruta porque piensa diferente o quiere ser algo diferente.
Esto también es clave, porque más allá de los proyectos válidos, todos los otros y los que nosotros sostenemos de matriz diversificada, que dan trabajo a los argentinos y salario para que puedan vivir mejor, o los de los otros, que quiere una Argentina agroexportadora y el que venga, sí debe sujetarse a reglas básicas que es el respeto a la democracia y a la voluntad popular expresada en ese sentido.
Este es el límite, porque no puede ser que si es condenable cuando alguien de tez oscura, sin trabajo o con problemas corta una ruta es condenado mediáticamente como un piquetero que debe ser reprimido y si alguien de aspecto, como dijo Lula, rubio de ojos celestes refiriéndose a los que causaron la crisis, y tiene un buen pasar económico, es considerado de otra manera.
Yo creo que esto hace también a la responsabilidad que todos tenemos, primero, en vivir una sociedad más igualitaria, más democrática, más equitativa pero, por sobre todas las cosas, igualdad de oportunidades y que todos sean tratados de la misma manera.
Luego, con estas reglas básicas la gente en elecciones libres decide.
Otra cosa, ya que estamos hablando, elecciones, creo que se está discutiendo en estos momentos en el Senado, otra muestra del doble estándar. ¿Cómo puede ser que lo que está bien para unos, esté mal para los otros? Y sobre todo cuando los otros, en este caso el oficialismo, mandan la cuestión al Parlamento que es, digamos, el lugar de mayor democracia y participación popular de acuerdo con la Constitución donde están representadas todas las fuerzas políticas para tomar la decisión que otros tomaron unilateralmente sin consultar al resto de las fuerzas políticas y, sin embargo, sufren de esto.
Entonces, yo creo que es bueno que charlemos estas cosas a título de reflexión, no con tono admonitorio ni condenatorio a nadie, pero viviríamos en una Argentina mejor si todos contribuimos a tener este tipo de valoraciones y, fundamentalmente, de comportamientos.
La Argentina de "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago" no va más para nadie, para ningún sector. Y esto sí, cuando digo "ningún sector y a ninguna institución" por más importante que sea la institución, por más relevante económicamente que sea el sector.
Creo que tiene que haber una coherencia muy fuerte entre lo que se dice y lo que se hace y que el comportamiento que se le demanda a los demás, bueno, sea en todo caso como regla en sí misma, el mismo comportamiento del demandante.
Hoy leía, en algún diario que se criticaban duramente a los escraches y a la agresión y obviamente no podemos menos que sumarnos a esa condena y a ese rechazo. Que importante hubiera sido que esas voces se hubieran alzado, hace más de un año, cuando por ejemplo, la madre del ministro del Interior, Florencio Randazzo, que no tuvo que ver nada la señora con la 125, en realidad, sufrió un escrache en su casa de Chivilcoy. Tal vez el editorialista, que hoy en un importante diario, sugiere que tal vez podrían ir a la casa de ese ministro o de otro ministro, desconozca que hace más de un año, que la madre de ese ministro sufrió una agresión como la han padecido muchos y muchas de las que están aquí.
Entonces uno tiene la sensación como que hay un doble estándar en la Argentina, pero no solamente por esto, parece que hubiera agresiones malas y agresiones que debieran ser ocultadas; parece ser que por ejemplo, también, algunas manifestaciones que he escuchado que han adherido a la medida - y muy bien que se han adherido a la medida - que no están de acuerdo con los derechos de exportación, pero que igual aceptan el dinero porque lo necesitan.
Y yo me pregunto: ¿qué se piensan, que la Nación no necesita los recursos? Si los intendentes y los gobernadores necesitan los recursos para pagar sus policías, para pagar sus maestros, sus obras públicas, las necesidades de sus habitantes, la Nación también necesita los recursos para pagar a sus fuerzas de seguridad, de las fuerzas armadas. Muchas veces las contribuciones que hacemos a todas las provincias, en materia de pago de salarios docentes para que todos los docentes puedan tener un salario mínimo digno, a lo largo y a lo ancho del país. Ni qué hablar de la obra de infraestructura, que se ha extendido como nunca a todo el país. No puede haber, entonces, necesidades buenas y necesidades malas, las necesidades son necesidades, sean de los estados municipales, provinciales o del Estado Nacional. No hay agresiones buenas o agresiones malas, hay agresiones y cercenamiento de los derechos, se las produzcan oficialistas u opositores.
Yo creo que si todos tuviéramos un mismo prisma para analizar las cosas y los hechos habría, tal vez, mucha más calidad institucional en todos los ámbitos, en la República Argentina. Porque, de repente, cuando uno advierte, en el marco de esta crisis sin precedentes en el mundo, que suceden hechos inéditos como estos, reitero, siete paros patronales salvajes, en un año y tres meses, con desabastecimiento, aumento de precios, impedimento a la gente a transitar. Hoy leía, en un diario, que una persona había muerto producto de que una ambulancia no había podido traspasar un piquete, creo que fue en la provincia de Chaco, pero esto ya también había sucedido el año pasado y creo que si mal no recuerdo, fue en la provincia de Córdoba, aunque también haya sido ocultado o manipulada su información.
Creo que los argentinos necesitamos una mirada diferente sobre todos los acontecimientos que suceden, en nuestro país. Y yo me permito no ser ingenua, porque si solamente situara estas cuestiones en reclamos de intereses, cuestiones sectoriales naturales, lógicas y legítimas que suceden en toda sociedad, y fundamentalmente, en toda sociedad democrática, donde todos tienen derecho a expresarse. Pero yo no soy ingenua y si cada vez que se van logrando las medidas que se van solicitando, e igualmente entonces se pide otra, y cuando esa medida se obtiene tampoco sirve y así sucesivamente. Esta de hoy: la coparticipación que había sido solicitada por muchísimos proyectos, también, fue la que disparó el séptimo paro, tengo que pensar, entonces, que no estamos muchas veces ante reclamos sectoriales, legítimos, respetables, aún cuando uno no comparta esos planteos, sino que estamos antes situaciones, digamos, de mayor densidad institucional, para utilizar un eufemismo.
Creo que lo más importante que todos debemos hacer, todos los que tenemos responsabilidades de Gobierno: la Presidenta, los gobernadores, los intendentes, es tratar de tener criterios comunes. Esto no significa que tengamos proyectos similares, pero si criterios comunes, a la hora de exponer y analizar nuestras ideas. Yo personalmente creo que lo que se está discutiendo, lo que no se quiere y tal vez no se pueda decir, es este modelo al que hacía lugar y al que mencionaba el intendente Eseverri, de Olavarría. ¿En qué consiste básicamente este modelo, que como él decía comenzó en el año 2003? Consiste en un modelo de matriz diversificada basado, fundamentalmente, en valor agregado que permite que la gran parte de los argentinos tengan trabajos y salarios que les permitan ingresar a una vida digna.
Yo creo que lo que no se dice, tal vez, es que el modelo que se propugna es un modelo diferente, un modelo que tiene que ver con una Argentina agroexportadora donde queden mayores excedentes para exportar y, entonces, obviamente, con gente sin trabajo se come menos carne, se toma menos leche, se come menos pan y, entonces, queda un modelo agroexportador con grandes excedentes.
Escuchaba el otro día que alguien decía -un importante dirigente de los que suelen aparecer por televisión del sector de las patronales rurales- "para qué queremos industria automotriz, si son mejores los autos que se hacen en Japón -o no sé donde, decía-" y, en realidad, cuando uno escucha eso o que el precio de la carne debería pagarse a precio de euro o a precio de dólar, yo creo que ahí está la matriz verdadera, última y definitiva de lo que se nos está proponiendo enfrente, que no es un interés sectorial, es un modelo diferente que exige que los argentinos consuman menos. Este es el gran problema: que consuman menos carne, que consuman menos leche, que consuman menos pan, para de esta manera tener excedentes, como lo que fue el modelo agroexportador de principios de siglo.
No hace falta ser demasiado avispada ni demasiado inteligente para advertirlo, porque sino, es incomprensible que, a la luz de todos los acuerdos y de todas las medidas puntuales que se lograron -y que no los voy a fatigar porque para eso está la Ministra de la Producción que los enumera puntillosamente junto al ministro Randazzo que también es activo participante en la decisión de estas políticas cuando se reúnen con los sectores- realmente uno finalmente confluye en decir que hay otra cosa detrás de todo esto. Y no significa ser mal pensando ni acudir a teorías conspirativas, es mirar lo que pasa, escuchar lo que dicen y ver lo que hacen. Si uno reúne estas tres cosas y tiene alguna experiencia política de lo que pasó en este país durante mucho tiempo, las conclusiones caen de maduro y por sí solas.
No me molesta que alguien piense que este es un modelo viable, sería bueno que fuera explicitado en estos términos, de modo tal que la ciudadanía pudiera decidir, porque sino, parece una discusión simplemente de intereses o de gente que no se entiende o que falta diálogo. Yo creo que debemos sincerarnos, creo que hay una gran contribución y una gran actitud por parte del Gobierno al diálogo que siempre lo va a mantener porque esa es nuestra obligación.
Creo que es hora también de que cada uno comience a explicitar cuál es su modelo, decir cuáles son los costos fiscales también de las medidas, de dónde se van a sacar los recursos que se le van a dar a un sector y que están presupuestados y aprobados por el Parlamento Nacional, a quiénes se va a beneficiar y a quiénes se van a dar las cosas. Esto implicaría también una actitud de los medios de comunicación de al menos preguntar, de la misma manera que les preguntan a los dirigentes del oficialismo, donde muchas veces parecen más que preguntas o intervenciones casi interrogatorios, y que no nos molesta, al contrario, nos gusta la prensa de investigación y que pregunta con profundidad. Sería bueno también que ese ejercicio pudiera ser para todos los sectores para ayudar a construir mayor calidad democrática y, fundamentalmente, para asegurar que todos y cada uno de los argentinos puedan expresar sus ideas, que nadie sea ni reprimido ni castigado ni golpeado ni impedido de transitar una ruta porque piensa diferente o quiere ser algo diferente.
Esto también es clave, porque más allá de los proyectos válidos, todos los otros y los que nosotros sostenemos de matriz diversificada, que dan trabajo a los argentinos y salario para que puedan vivir mejor, o los de los otros, que quiere una Argentina agroexportadora y el que venga, sí debe sujetarse a reglas básicas que es el respeto a la democracia y a la voluntad popular expresada en ese sentido.
Este es el límite, porque no puede ser que si es condenable cuando alguien de tez oscura, sin trabajo o con problemas corta una ruta es condenado mediáticamente como un piquetero que debe ser reprimido y si alguien de aspecto, como dijo Lula, rubio de ojos celestes refiriéndose a los que causaron la crisis, y tiene un buen pasar económico, es considerado de otra manera.
Yo creo que esto hace también a la responsabilidad que todos tenemos, primero, en vivir una sociedad más igualitaria, más democrática, más equitativa pero, por sobre todas las cosas, igualdad de oportunidades y que todos sean tratados de la misma manera.
Luego, con estas reglas básicas la gente en elecciones libres decide.
Otra cosa, ya que estamos hablando, elecciones, creo que se está discutiendo en estos momentos en el Senado, otra muestra del doble estándar. ¿Cómo puede ser que lo que está bien para unos, esté mal para los otros? Y sobre todo cuando los otros, en este caso el oficialismo, mandan la cuestión al Parlamento que es, digamos, el lugar de mayor democracia y participación popular de acuerdo con la Constitución donde están representadas todas las fuerzas políticas para tomar la decisión que otros tomaron unilateralmente sin consultar al resto de las fuerzas políticas y, sin embargo, sufren de esto.
Entonces, yo creo que es bueno que charlemos estas cosas a título de reflexión, no con tono admonitorio ni condenatorio a nadie, pero viviríamos en una Argentina mejor si todos contribuimos a tener este tipo de valoraciones y, fundamentalmente, de comportamientos.
La Argentina de "haz lo que yo digo pero no lo que yo hago" no va más para nadie, para ningún sector. Y esto sí, cuando digo "ningún sector y a ninguna institución" por más importante que sea la institución, por más relevante económicamente que sea el sector.
Creo que tiene que haber una coherencia muy fuerte entre lo que se dice y lo que se hace y que el comportamiento que se le demanda a los demás, bueno, sea en todo caso como regla en sí misma, el mismo comportamiento del demandante.
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