sábado, 28 de febrero de 2009

Regresión


Por Alfredo Zaiat
A pocos días de cumplirse el primer año del comienzo del prolongado conflicto con el sector del campo privilegiado, muchos balances se realizarán sobre su origen, desarrollo y aún incierto desenlace. Los escenarios que se precipitaron en el frente político, social, de gestión gubernamental, cultural y de los medios de comunicación se entrelazarán en análisis de variados especialistas. En cada uno de esos aspectos habrá sentencias de todos los gustos para diferentes auditorios, aunque el más visible se reúne en la sala del pensamiento conservador. De esas aproximaciones sobre una crisis compleja y controvertida, existe una que emerge con más nitidez y se refiere al profundo retroceso que derivó este conflicto en la forma de analizar, evaluar y proyectar la economía argentina en el debate instalado en la sociedad. Las sentencias de que el campo es el principal generador de riqueza del país y que constituye el motor fundamental del crecimiento son reiteradas como verdades absolutas sin el más mínimo esfuerzo para conocer las experiencias de desarrollo exitosas de otras naciones. Ni se toman la molestia de intentar corroborarlas con informes técnicos rigurosos alejados de la influencia de vientos camperos, brisas alimentadas por un flujo constante de dinero de los poderosos integrantes del negocio agropecuario. La instalación de la idea del campo como corazón de la economía implica una regresión. Se trata de una concepción que atrasa más de un siglo en la esfera de la teoría de la ciencia económica y no mucho menos en las políticas económicas que se han implementado en países que pudieron realizar un salto cualitativo de su estructura productiva. Una sociedad urbana desinformada, una legión de políticos lanzados en campaña por especulación electoral y un sector del campo colonizado por la trama multinacional sojera han logrado la peculiaridad de que Argentina sea casi el único país de un mundo en fabulosa crisis que discute el regreso a una economía agroexportadora primitiva. En ese debate aparece con fuerza la errática política oficial hacia el sector, la competencia entre funcionarios en el liderazgo de la negociación que entorpece el manejo del conflicto y la carencia de una estrategia de mediano plazo que incluya el complejo agropecuario dentro de un proyecto de estructura productiva integrada. Pero la relevancia de este conflicto no se encuentra en las discusiones mezquinas sobre recursos públicos ni en las carencias de la administración kirchnerista, sino que esta crisis con un nuevo poder económico emergente expresa el modelo de desarrollo que ese bloque busca imponer junto a las perspectivas de su representación política.
En un debate serio sobre la estructura futura del transporte sería excluido cualquiera que proponga la expansión de la red ferroviaria con locomotoras a vapor alimentadas con carbón. No sería recibido con mucha seriedad que expertos de administración propongan como modelo empresario el regreso a formas de organización con exclusivo trabajo manual en las fábricas. Tampoco tendría mucho eco entre los productores agropecuarios una iniciativa que impulse el retorno al arado manual de los campos. Del mismo modo, el revitalizado pensamiento conservador sostiene que el destino del país es ser proveedor de granos, carnes y materias primas semielaboradas al mundo. Por lo tanto asegura que el campo es el nervio vital y principal de la economía. Esta idea absolutista representa un retroceso para encarar el sendero para el desarrollo de una sociedad integrada y avanzada.
Existe un marcado componente autoritario de los protagonistas de ese modelo de regresión que, además de ejercer una violencia física y material minimizada u ocultada por defensores de la república, descalifican a quienes realizan esas observaciones críticas con el despectivo “ignorantes del campo”. Con extrema lucidez, el economista y periodista Julio Sevares escribió: “Respondiendo a las múltiples y típicas acusaciones de citadino que, por lo tanto, no conoce el campo: no hace falta vivir en el interior para conocer la macroeconomía del país, sin contar con que muchos de los propietarios viven más en la ciudad que en sus explotaciones y no son ‘hombres de campo’ sino empresarios que invierten en el negocio agropecuario. Si se aceptara la crítica, sólo un industrial podría hablar de la industria (y debería considerárselo un sufriente y transpirado trabajador), sólo un pobre podría opinar sobre pobreza y sólo un comerciante sobre comercio (y habría que considerar a Alfredo Coto un almacenero con riesgo de várices porque pasa sus días parado tras un mostrador)”.
En la intensa avanzada para regresar a un modelo para pocos, resulta ilustrativo reiterar conclusiones de un informe de la Cepal, organismo dependiente de la ONU que no puede ser acusado de “ignorante”, reproducido por esta columna el 29 de marzo del año pasado (“Forjadores de la Patria”). El libro de la Cepal Crisis, recuperación y nuevos dilemas. La economía argentina 2002-2007, compilado por Bernando Kosacoff, ofrece interesantes aportes a ese debate. Como muestra de que no encierra prejuicios contra el campo, en ese documento se destaca que “es sabido que el modelo agroexportador fue la estructura económica que acompañó la conformación y consolidación de Argentina como país entre la generación del ochenta y la década del veinte”. En ese libro, uno de los trabajos corresponde a los investigadores Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta (El crecimiento reciente de la industria argentina. Nuevo régimen sin cambio estructural), donde se presenta un valioso cuadro explicativo, en base a la Dirección de Cuentas Nacionales, sobre el aporte al crecimiento del PBI en el período 2002-2006:
- La industria manufacturera contribuyó con el 22,6 por ciento.
- El comercio, 17,1.
- La construcción, 15,0
- Transporte y comunicaciones, 14,9
- La actividad agropecuaria, 3,5.
Sólo la intermediación financiera, con apenas el 2,2 por ciento, en esos años todavía en recuperación luego de su quiebra con el corralito de Cavallo, aportó menos que el campo en ese vigoroso ciclo de crecimiento económico argentino. Otras cifras: en el período 2003-2006, el PBI creció un 8,8 por ciento promedio, el PBI industrial lo hizo en un 10,0 y el agropecuario en menos de 6,0 por ciento. Más cifras: en ese lapso, las exportaciones de productos primarios aumentaron un 134 por ciento, las de manufacturas de origen agropecuario, un 135 y las de manufacturas de origen industrial, un 127. Pero las exportaciones de vehículos aumentaron 220 por ciento y las de soja y aceite, 150. Sevares agrega que en materia de empleo también fue mayor el aporte de la industria. Menciona que según un informe de la Sociedad de Estudios Laborales de Ernesto Kritz, entre 2002 y 2007 el número de empleos formales en la industria aumentó un 54 por ciento y en agricultura y ganadería creció un 41. “La industria tiene el 17 por ciento del total de los empleos y el agro, el 5. Además, el 75 por ciento de los trabajadores del agro está en negro”, ilustra.
El argumento campero para relativizar esa exposición macroeconómica que surge de Cuentas Nacionales es que directa e indirectamente todas las industrias son viables gracias a la producción del sector agropecuario. Es una particular interpretación narcisista que requeriría de la modificación de textos de estudio y de normas internacionales sobre Cuentas Nacionales, iniciativa que podría formar parte de un nuevo reclamo de la Mesa de Enlace. Aunque deberían mencionar también que el campo no podría haber alcanzado su actual nivel de desarrollo y pujanza sin el aporte de insumos industriales, tecnológicos y de servicios de base industrial, como el transporte.
Variadas son las asignaturas pendientes para impulsar un proceso de cambio estructural del sector manufacturero, una estrategia de intensificación de la capacidad de innovación empresaria, un avance hacia una sociedad del conocimiento e investigación y un sector agropecuario integrado a una estructura productiva equilibrada. En definitiva, para impulsar un desarrollo económico sustentable. Pero el actual debate que se impone desde el discurso dominante no avanza sobre lo que hizo o dejó de hacer la administración kirchnerista en esa materia, sino en el deseo de retornar a un esquema económico agroexportador con predominio del poder político en manos conservadoras como en ese entonces.
azaiat@pagina12.com.ar

Cristina en la Biblioteca Nacional.

Creo que hoy no debemos plantearnos tal vez que el Museo del Libro pueda parecer una contradicción, con este seguir intentando siempre que el libro sea el instrumento de discusión, reflexión y aprendizaje que todos hemos hecho.
Recién decía Horacio: somos hijos, nuestra generación y todas las anteriores, del libro, en un momento de comunicaciones globalizadas, de redes, donde parecen desplazar la hoja de papel. Pero yo creo que no va a tener lugar esto, más allá de la importancia que han adquirido las redes cibernéticas, porque el libro sigue siendo algo absolutamente irremplazable. El libro expresa por sobre todas las cosas, reflexión y permanencia de la reflexión. Por el contrario, los medios globales de comunicación, la red, son el momento, dura poco y realmente no se concibe como un espacio de reflexión y discusión.
Por eso pienso que, por las características mismas de nuestra condición humana, el libro más allá del hallazgo de las formas de comunicación, va a seguir siendo un instrumento irremplazable a la hora de la reflexión y de las nuevas ideas, sobre todo, en un mundo donde los paradigmas que creíamos, o que por lo menos algunos creían irremplazables e indiscutibles- no solamente se han derrumbado, sino que nos plantean a todos un desafío en el cual, creo que precisamente, ámbitos como el de la Biblioteca Nacional, con todo lo que esto conlleva, con todo lo que esto acerca a intelectuales, pensadores, a hombres y mujeres comprometidos no solamente con lo que les pasa a ellos en términos individuales, sino esencialmente con lo que le pasa a la sociedad y al conjunto, ven en este lugar, la Biblioteca Nacional y en el libro, un símbolo de la necesidad de repensar nuevamente el mundo que significa también repensarnos un poco a nosotros mismos como país. Y bueno es decirlo en estos momentos de profunda incertidumbre global, donde como recién decía, se derrumban castillos, ideas que parecían inamovibles e indiscutibles.
Creo que el rol que tenemos nosotros -y cuando hablo de nosotros hablo de nuestro país, la República Argentina que supo ser siempre en toda la América y especialmente en la América latina, un país señero en materia de liderar corrientes de pensamientos, de liderar nuevas corrientes de pensamientos alternativas- es muy importante que cumplir.
¿Por qué tenemos un rol muy importante que cumplir? Porque no solamente hablamos desde la teoría; hablamos también desde la propia experiencia histórica y política de nuestra sociedad y de nuestro pueblo.
Cuando sosteníamos la necesidad de elaborar la construcción de un proyecto nacional de país, sin negar al fenómeno de la integración en el mundo, que tuviera características y perfiles propios, que revalorizando la Argentina planteara un modelo de acumulación económica que también pusiera el centro en el trabajo, la producción y la redistribución del ingreso, no estábamos equivocados. Creo que es algo que tenemos que desplegar en toda su extensión, en momentos precisamente donde quienes desde afuera planteaban la inviabilidad de este modelo, hoy no pueden sostener ni siquiera lo que pensaban hace 48 horas, porque no se ve ni siquiera el fondo del vacío. (APLAUSOS)
No lo decimos desde un lugar de alegría, primero, porque no somos irresponsables, al contrario, somos profundamente responsables y creemos que precisamente por el producto de la irresponsabilidad de otros, hoy el mundo se debate en situaciones que tal vez algunos vean como un fenómeno económico o financiero, pero sinceramente pienso que lo económico y financiero en el momento actual, es solamente la punta del iceberg. Creo que hay un fuerte cuestionamiento a un modelo político. No hay modelo económico que no responda esencialmente a una previa formulación ideológica y política de cómo se establece ese modelo de acumulación económica y de las consecuencias sociales de ese modelo de acumulación económica.
Por eso creo que pensar que solamente el problema es de carácter financiero o económico, me parece que es no comprender la verdadera esencia del problema, que es la matriz política ideológica que ha desencadenado esta verdadera debacle internacional. (APLAUSOS)
Creo que en este sentido podemos hacer aportes a esa discusión que irremediablemente viene; que no va a pasar por organismos institucionales, tal vez ni va a pasar por grupos normalmente concebidos como grupos de poder en el mundo, porque va a venir un debate que van a provocar las propias sociedades ante la falta de oportunidades, ante la pérdida del trabajo, ante la pérdida del bienestar, y que es necesario además reencausar ese debate en términos de solidaridad y respeto a la condición humana. Porque la historia de la humanidad, también demuestra que en momentos de crisis económicas y de crisis sociales sobrevienen en algunas sociedades, actitudes, pensamientos muchas veces xenofóbicos, propios también de la condición humana. Hay algo innato en la condición humana a tratar de encontrar culpables, cuando las cosas no salen como uno quiere, cuando uno pierde el trabajo, su casa o las oportunidades de vida. Podemos encontrar en la historia de la humanidad múltiples ejemplos, donde las crisis económicas, la pérdida del trabajo, de las esperanzas y de las ilusiones, dieron lugar a movimientos políticos y sociales que terminaron con verdaderas tragedias de la humanidad.
Por eso creo que es muy necesario y muy oportuno, aquí, en la Biblioteca Nacional, en este día que abrimos la apertura de ofertas para la construcción del Museo del Libro, proyectado por el gran maestro Clorindo Testa, también autor de esta maravillosa Biblioteca Nacional, que los argentinos, especialmente aquellos y aquellas a los que nos gusta el debate de las ideas, a los que hemos sido ávidos lectores, polémicos, discutidores, peleadores como fue toda nuestra generación, saber que hoy tenemos un marco diferente. Hoy tenemos una democracia, hoy tenemos la posibilidad de expresar nuestras ideas.
Creo que es bueno que todo el pensamiento político argentino se aboque a la necesidad de formular estas nuevas categorías de pensamiento para un mundo que ya no es lo que fue ni volverá a ser lo que fue; estamos ante un mundo diferente. Es necesario entonces tener una gran apertura mental para poder precisamente repensar nosotros mismos estas nuevas categorías y enfrentar el desafío de volver a ser en este sentido, señeros y directrices en la formulación del pensamiento nacional.
No es una contradicción tener pensamiento nacional en medio de una globalización; al contrario, es la reafirmación propia, porque algunos creyeron -y esta es la gran diferencia de interpretación que tenemos que discutir y plantear- que globalización era igual a homogeneización y subordinación. Al contrario, la globalización debe ser un gran ejercicio de multipolaridad y también de muchas culturas diferentes.
Este es el gran desafío que tenemos; proyectarnos a esa globalización en un momento de crisis, desde nuestra propia experiencia histórica para el aporte de nuevas ideas que necesariamente sobrevendrán, como siempre ha sido luego de grandes crisis como las que ha vivido la humanidad.
Estamos frente a una de ellas y el desafío es volver a ejercer, volver a ejercitar ese pensamiento audaz, no convencional, no sometido a las reglas que vemos diariamente en los medios de comunicación, en las cuales casi se repite monocordemente un guión o un libreto que nunca se sabe quién lo elabora, pero que todos tenemos fuertes sospechas a qué intereses responden. (APLAUSOS)
Y como ha sido una característica de la intelectualidad siempre poner en duda lo que te afirman como novedad revelada, es también una deuda que la intelectualidad argentina tiene con la sociedad y con el pueblo para ayudar a desentrañar a la sociedad esos mensajes que le envían bajo aparente objetividad y prescindencia, pero que todos sabemos son directamente atentatorios de las posibilidades de movilidad social, de redistribución del ingreso y de una participación democrática de la sociedad.
Por eso creo que este es el gran desafío; lo hicieron grandes pensadores nacionales en medio del silencio, Arturo Jaureche, Escalabrini Ortíz, tantísimos argentinos que no aparecían en los medios de la época. Si uno lee diarios del aquel entonces, nunca va a encontrar a un Arturo Jaureche o lo que decía un Raúl Escalabrini Ortíz, o lo que decía un Homero Mansi o un Enrique Santos Discépolo; al contrario, estaban casi silenciados.
Seguramente, si hacemos una tarea de investigación de quiénes aparecían en los diarios, van a ser para todos los argentinos innotos desconocidos. ¿Saben por qué? Porque nunca dijeron nada importante, porque nunca dijeron nada que trascendiera. (APLAUSOS) Sin embargo, esos hombres que resultaron ignorados por los medios de la época, que eran desconocidos para el gran público, fueron los hombres que forjaron un pensamiento nacional que aún hoy resiste contra algunos embates y lo vamos a hacer como siempre, en forma victoriosa.

viernes, 27 de febrero de 2009

Somos la mayoría, y existimos. Porque somos el pueblo.

..."Seguramente, en el diario de mañana, nada de esto aparecerá; no va a aparecer Marcelo, ese hombre que me recibió, en una de las 475 viviendas; no va aparecer Marcelo uno de los adjudicatarios de las 475 viviendas que se hicieron, luego de 18 años de que nunca se hiciera una vivienda, aquí en Tres Arroyos; seguramente tampoco va a aparecer esta fábrica modelo, que me tocó visitar con orgullo, de productores de maíz, que han decidido, que además de ser productores, le van a agregar valor a sus productos, porque saben que esta es la clave del mundo que viene, pero Nicolás Ambrosius y sus ocho socios productores existen. Y allí está la fábrica y están sus trabajadores y el Parque Industrial. (APLAUSOS). No va a aparecer Marcelo, no va aparecer Nicolás; tampoco va a aparecer Sonia, que me regaló este rosario que me colgué del cuello y que me dijo que era el rosario con el que sus hijos habían tomado la comunión, pero Sonia y sus hijos existen, aunque no aparezcan en los diarios. (APLAUSOS). No va a aparecer Selva, aunque creo que Selva era la del rosario, Sonia fue la otra que me dijo. "tengo 37 años y por vos estoy empezando a estudiar Derecho", que orgullo que una mujer argentina me tome como modelo para querer progresar y estudiar. Ella existe, pero seguro que no va a aparecer en los diarios. (APLAUSOS).

Ese camino, que antes era de tierra, de acceso al Parque Cabañas y que va a permitir que miles de arroyeños y arroyeñas vayan a disfrutar el fin de semana, no va a aparecer en los diarios, pero está ahí y ustedes lo saben. No va a aparecer en los diarios el empresario que acaba de firmar el contrato para la obra que vamos a iniciar aquí en el pueblo y que pertenece a una empresa local, son empresarios locales con trabajadores de la UOCRA también locales. Pero ellos existen.

Tampoco va a aparecer Josefina, la hija de detenidos desaparecidos aquí en Tres Arroyos que tiene la misma edad que mi hijo Máximo, 32 años, pero ellos existen. Josefina y los otros también existen como testimonio de lo que nos tocó vivir a los argentinos. Nada de estas cosas de la vida y de la esperanza después de la tragedia, de las industrias levantándose pujantes en un nuevo Parque Industrial para el que me piden que les traiga servicios y desde ya comprometo esos servicios para las nuevas industrias. (APLAUSOS) Nada de eso va a aparecer.

Pero déjenme contarles argentinos y argentinas, arroyeños y arroyeñas, que esa es la realidad que hemos construido y que seguimos construyendo todos los días, porque creemos en nosotros mismos, porque creemos en el trabajo, porque creemos en la unidad de los argentinos, porque creemos en la solidaridad, porque creemos en la redistribución del ingreso y en la justicia, porque creemos que podemos ser mejor de lo que fuimos, porque confiamos en nosotros mismos, porque nos reconocemos no agrediéndonos, no insultándonos, sino al contrario, tendiéndonos la mano aún cuando tengamos diferencias. La suerte de vivir en una democracia, hace que cada uno pueda expresar lo que quiera y lo que sienta, pero con respeto, sin descalificación, sin agravio y sin violencia.

Déjenme decirles que hoy he vivido uno de los días más felices de mi vida como Presidenta de los argentinos y me lo han dado ustedes. (APLAUSOS)

Quiero decirles a todos y cada uno de los hombres y mujeres, niños, jóvenes, ancianos que hoy se volcaron a las calles con afecto y con cariño, a todos, también a esa vecina -una sola por suerte- que salió con la bandera negra, porque ella también es parte de esta Argentina, que seamos grandes nosotros si los otros no saben hacerlo y que sepamos que en la unidad, en la cooperación, en la solidaridad, en el trabajo por los argentinos y por las argentinas, está la clave del presente y del futuro como lo estuvo también en estos años en que hemos podido construir un país diferente cuando todos estábamos con los brazos bajos, cuando nos habían convencido de que no podíamos tener un proyecto nacional que convocara al trabajo y no a la especulación, que convocara a la producción y al valor agregado para crecer cada más, vender cada día más y ser mejores.

Ustedes, hoy, aunque mañana solo aparezcan los que estaban en el Aeropuerto protestando porque llegué, son la mayoría y existen. Sepan que existimos porque somos el pueblo, porque somos los que trabajamos, los que creemos en la Argentina, porque somos los que venimos sosteniendo la necesidad de una patria integrada donde todos tengan derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud. Por esa Argentina vamos a seguir trabajando con más fuerza que nunca. (APLAUSOS)

Cuando cada uno de ustedes me pide que no afloje, yo quiero contestarles que, en nombre de los millones de argentinos que todavía no tienen trabajo, que en nombre de los millones de argentinos que todavía no tienen una casa, por cada uno de esos argentinos, por cada una de esas argentinas, no voy a descansar un solo instante y voy a seguir trabajando por la patria. (APLAUSOS)

Ha sido demasiado largo el camino que hemos recorrido los argentinos. En un mundo que se derrumba, en un mundo donde se derrumban los grandes paradigmas que intentaron instalarnos en la cabeza como pensamiento único, aquí estamos, de pie como siempre cuando desde muy jóvenes abrazamos la gran causa nacional y popular que no es de un partido político, al contrario, es de todos los argentinos y de todas las argentinas que creen que es posible tener un país soberano, digno, que se sienten orgullosos de ser argentinos y de tener patria. (APLAUSOS)

Vamos a trabajar junto a cada uno de los productores como los que visité esta tarde y que creen en la necesidad de agregar valor a su producto, que siguen siendo productores pero que además se integran en la cadena de valor; vamos a seguir trabajando por los miles de comerciantes que necesitan vender sus productos y necesitan trabajadores que los consuman; vamos a seguir trabajando por los millones de argentinos que consiguieron trabajo y que necesitan conservarlo para incrementar el mercado interno que necesitamos hoy ante este mundo que se derrumba más fuerte y robusto que nunca para seguir sosteniendo la actividad económica y la generación del empleo; vamos a seguir trabajando porque, además, es lo único que sabemos hacer, trabajar todo el tiempo, trabajar, trabajar y trabajar. Es lo que mejor sabemos hacer, poner el hombro y poner también la otra mejilla y la mano tendida aún a aquellos que nos insultan y nos descalifican. Esa es nuestra fortaleza.

Cuando uno tiene la convicción de que sus ideas son genuinas, cuando uno tiene la convicción de que los ideales que levanta son los justos, cuando uno tiene la certeza de estar trabajando para los demás y no para uno mismo, uno tiene la fortaleza para enfrentar el agravio y la descalificación. Solamente los que piensan en uno mismo, solamente los que no están tan seguros de poder decir en voz alta cuáles son sus ideas y cuáles son sus proyectos, son los que agravian y los que insultan. Cuando uno tiene ideas, da ideas, no insultos ni agravios.

Quiero decirles que tengo mucha fe, quiero decirles que tengo mucho optimismo porque creo en Dios, creo en la patria y creo en los argentinos y porque además, estoy convencida de que, como siempre ha sido, más temprano que tarde la verdad siempre la terminan conociendo todos los argentinos.

Muchas gracias, Tres Arroyos; muchas gracias desde el corazón, gracias por el afecto, por el cariño, por las ilusiones, por las esperanzas y por los sueños de ustedes que son mis propios sueños y los de todos los argentinos.

Gracias, nunca los voy a olvidar, nunca.

jueves, 26 de febrero de 2009

Cristina "Locomotora" Fernandez.


..."personalmente me enorgullezco, y lo digo siempre, de pertenecer a un proyecto político que nunca envió al parlamento una ley para cercenarle un derecho o una garantía a otro compatriota, esto es para mi un gran orgullo, y habla también de la verdadera calidad institucional.
hablaba y relataba el Gobernador que en otras épocas cuando había una crisis- que no tenía ni la mínima dimensión con respecto a la que estamos atravesando, me acuerdo del Tequila, de la crisis de los países asiáticos- se paraban obras o se cambiaban las cosas; o el eterno plan de ajuste ante una crisis, no había crisis que no tuviera su correlativo plan de ajuste, que normalmente pasaba obviamente por los sectores más vulnerables de la economía, trabajadores, jubilados, sector público, escuelas, etcétera.
Yo creo que finalmente estamos ante un momento que exige que todos los argentinos tengamos un fuerte sentido de solidaridad y unidad nacional para cuidar lo que hemos logrado, para cuidar el empleo, para cuidar la actividad económica; gestionado lo mejor que podemos, aquellos que tienen responsabilidades institucionales otorgadas por el voto popular; gestionando también aquellos que representan intereses sectoriales sabiendo que representan eso también, intereses sectoriales, y que nunca los intereses sectoriales pueden primar sobre los intereses del conjunto porque se desintegra la sociedad. Yo comprendo la lógica de los intereses sectoriales, porque obviamente vienen a representar, como su nombre lo indica, los intereses de los agremiados, pero quien tiene que tomar las decisiones desde la presidencia de un país, desde una gobernación o desde una intendencia tiene que mirar al conjunto de la sociedad, y tomar aquellas decisiones que permiten velar por los más vulnerables, mantener la actividad económica y las variables macroeconómicas que nos han permitido este crecimiento, esto también es calidad institucional. Lo otro yo lo viví muchas veces como legisladora; ustedes saben yo he sido una legisladora que he tenido fuertes discusiones internas en mi propio partido, cuando creía que lo que se estaba haciendo se estaba haciendo mal porque se vendía el país, porque se tomaban decisiones que perjudicaban a los trabajadores o a los jubilados, o en fin, porque tenía diferencias, pero siempre lo hice con la convicción de que cuando llegara al gobierno iba a hacer lo que yo decía y lo que yo pensaba. Me tocó ver sin embargo, cuando me tocó ser oposición a nivel nacional porque había cambiado de signo de mi partido, que aquellos que pensaban como yo y que me acompañaban como oposición, no tuvieron esas mismas convicciones cuando fueron oficialismo. Yo quiero decirles que estas convicciones de la redistribución del ingreso, de sostener al trabajo y a la producción como los ejes de crecimiento de un país, la convicción de la memoria, la verdad y la justicia, son las mismas que sostuve siendo legisladora como oposición interna, siendo legisladora como oposición nacional, y cuando nos tocó ser gobierno. Yo creo que esta es la calidad institucional que quieren los argentinos, que cuando escuchan hablar a alguien sepan qué es lo que piensa y no que lo dice porque es oficialista o porque es opositor. (Aplausos) A mí me parece que esta es una de las cosas que debemos esencialmente cumplir los dirigentes políticos, sociales, institucionales, todos aquellos que, como su nombre lo indica, quieren ser dirigentes, que no es sentarse en un sillón, es simplemente tener la claridad en las ideas, la firmeza en las convicciones y la valentía en la ejecución de dirigir hacia un final exitoso a sus representados; este me parece que es el verdadero objetivo que debemos tener los argentinos. Y saber, porque lo hemos aprendido duramente, que nadie se salva como sector en términos individuales. Al principio pareciera como que eran pocos los que se caían, recuerdo la década del 90, y luego fueron cada vez más, finalmente todo terminó implosionando, ¿porque saben qué?, ninguna sociedad puede subsistir donde unos pocos se llevan mucho y el resto tiene que mirar desde afuera o advirtiendo que no están haciendo todos el mismo esfuerzo; esto crea sensaciones de injusticia, de inequidad, y también muchas veces en la sociedad de resentimiento. Esto es lo que tenemos que evitar para contribuir a la paz social de todos los argentinos, que no nos vuelvan a dividir con falsa antinomias, es hora de mucha unidad, de mucha convicción y de mucho pensar primero en la Argentina y en aquellos argentinos a los que todavía les falta trabajo, o no han conseguido pasar a un trabajo formal, o que todavía no tienen un buen salario, o que no han podido acceder a su casa o a su educación. Todos los que estamos aquí tenemos la suerte de haber cumplido nuestros objetivos, algunos son legisladores, otros son intendentes, gobernadores, ministros, todos tenemos la vida que hemos elegido, somos afortunados; hay millones de argentinos que todavía no tienen la vida que han elegido. En nombre de esos argentinos unidad y solidaridad."...

El fraude más grande

Por Juan Gelman
Ha habido records en la materia. El reciente del “mago de Wall Street”, Bernard Madoff –50.000 millones de dólares–, habrá hecho palidecer de envidia a Nick Leeson, que en 1995 segó la ancianidad del británico Barings Bank –233 años de existencia– haciéndole perder 1300 millones de libras esterlinas. El grupo financiero holandés ING compró entonces el Barings, de funesta memoria en el Cono Sur de América, por una libra esterlina solitaria. Otro muerto de envidia ha de ser Jérome Kerviel, que en 2008 defraudó 4900 millones de euros a Société Générale, el segundo banco más importante de Francia. Sir Robert Allen Stanford –el primer estadounidense nombrado caballero del Reino Unido y sospechado de lavar dinero del narco– no puede aspirar al primer puesto de la lista: apenas malversó 8 mil millones de dólares.
Los grandes fraudes disimulan los pequeños, que poco espacio consiguen en la prensa. Una dependencia del Departamento del Tesoro de EE.UU., la Red de aplicación de la ley a los delitos financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés), informó el año pasado que los casos de fraude hipotecario denunciados por los bancos del país se multiplicaron por diez, y con creces, del año 2001 (4696) al 2007 (52.868) (www.fincen.gov, 3/4/08). Pocos llegan a la Justicia: un tercio de los agentes del FBI que investigaban estos temas han pasado a tareas de seguridad desde el 11/9. Cabe recordar que la punta del iceberg económico que actualmente enfría al mundo fue, precisamente, la burbuja hipotecaria.
Hay un fraude que le está ganando a Madoff: La Oficina del inspector general especial de EE.UU. para la reconstrucción de Irak (Sigir, por sus siglas en inglés), sucesora de la Autoridad Provisional y encargada de supervisar el manejo de los fondos destinados al destruido país, ha comenzado a investigar a los jefes militares y funcionarios civiles norteamericanos estacionados en Irak que se encargaron y encargan de administrar los 125.000 millones de dólares invertidos desde la invasión de 2003. Nunca se sabrá con exactitud qué proporción de esa suma fue malversada, pero un informe de la Sigir sugiere que puede superar los 50.000 millones de dólares (www.sigir.mil/reports, febrero 2009). Madoff ha sido destronado.
Los auditores de la Sigir descubrieron, por ejemplo, que el contralor estadounidense para el centro sur de Irak, Robert Stein Jr., había recibido 57,8 millones de dólares en billetes de 100 junto a los cuales, de pie, se fotografió triunfal. Es de los pocos condenados por fraude y lavado de dinero. Los dirigentes políticos iraquíes están convencidos de que el robo o la pérdida de ingentes sumas de dólares norteamericanos y de dinares iraquíes no pudieron tener lugar sin la participación corrupta de militares estadounidenses de alto rango. En 2004/2005, todo el presupuesto militar iraquí para la compra de armas, unos 1300 millones de dólares, fue invertido en helicópteros rusos de 28 años de edad incapaces de volar y de vehículos cuyo “blindaje” era pulcramente atravesado por una bala de fusil.
Ninguna grúa interrumpe el cielo de Bagdad, salvo las que funcionan en la amurallada Zona Verde para terminar la construcción de la Embajada de EE.UU. –la más grande del mundo– y las que enmohecen detrás de media mezquita gigante que nunca llega a serlo porque cesó cuando Saddam Hussein fue derrocado. Una de las pocas señales de inversión en Bagdad son las palmeras y las flores plantadas en los camellones del centro de la ciudad. Cada pocos meses las quitan y las vuelven a plantar (The Independent, 16/2/09).
Una investigación de las que exploran los fraudes y robos cometidos por personal estadounidense en los primeros años de la ocupación de Irak atañe al coronel (R) Anthony B. Bell, responsable de la contratación de obras en 2003/2004, y al teniente coronel de la fuerza aérea Ronald W. Hirtle, encargado de la misma tarea en Bagdad durante el 2004. Los auditores de la Sigir han retomado las revelaciones que, en su momento, les hiciera llegar Dale Stoffel, un vendedor de armas y contratista norteamericano que pidió y obtuvo una inmunidad limitada en sus negocios a cambio de informar sobre la red de corrupción en la Zona Verde. Stoffel dibujó un panorama digno de novela negra: decenas de miles de dólares llegaban furtivamente en envases de pizza o bolsas de papel a las oficinas de contratación (International Herald Tribune, 15/2/09). Hubo más de pulp fiction: en el 2004, Stoffel y uno de sus socios fueron acribillados en un tiroteo que nunca se aclaró.
Militares, funcionarios y contratistas de EE.UU. en Irak han ido más lejos que Madoff. Muchos siguen impunes, mientras Bernie padece arresto domiciliario: sus íntimos amigos cuando él era mago no quisieron aportar los 10 millones de dólares de la fianza que, durante el juicio, lo dejaría en libertad.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Cristina anunció un nuevo plan de reactivación.

..."Y yo quiero en este sentido llamar a recapacitar a algunos sectores de la economía que hoy pueden darse el lujo que no pueden darse otros y que es, no comercializar sus productos.
Fíjense la paradoja. Acá la ministra de la Producción, la Presidenta de los argentinos, hay empresarios, autopartistas de las terminales automotrices, todo el mundo, no hay un solo sector, no hay un solo actor de la actividad económica que hoy pueda decir: no comercializo mis productos, salvo aquellos que han tenido una gran rentabilidad, que tampoco estamos enojados porque la hayan tenido, pero les pedimos que recapaciten, porque estamos haciendo un gran esfuerzo para sostener la actividad, el empleo y la producción.
No han podido desde afuera, ¿qué es lo que quieren finalmente lograr? Qué la crisis que no puede tumbarnos gracias a los de adentro con producción y trabajo, la termine tal vez un sector que ha tenido una gran rentabilidad, y entonces es necesario que vean la posibilidad de cómo ponemos el hombro junto a todos para poder salir adelante.
Yo me pregunto, de todos ustedes, quién puede hoy decir: no comercializo mis productos, cuando precisamente el gran objetivo de todos, de los comerciantes, de la siderurgia, de los textiles, del calzado, es vender, por eso las rebajas, por eso impulsar el consumo.
Tenemos que tener una grandeza fuerte todos los argentinos, y entender que necesitamos por sobre todas las cosas esa grandeza que nos exija a todos mantener actividad y empleo; por eso estas líneas que hoy estamos lanzando. Yo confío en que finalmente se recapacite. No es enfrentando con violencia, no es cortando rutas, no es tomando bancos en un momento tan difícil de la economía como se logra, van a terminar impactando negativamente en la economía más allá de todos los esfuerzos, y no va a ser por la crisis de afuera, sino una vez más va a ser por errores de algunos de adentro.
Por eso creo que es importante que todos pongamos el esfuerzo para poder solucionar las cosas. Fíjense, uno ve la economía del mundo todos los días en los noticieros, que en tal o cual parte, de tal o cual fábrica despidieron miles empleados, miles de otras, de empresas de comunicación, de empresas automotrices, de empresas de informática, de bancos que se caen, de bancos que se nacionalizan. Hemos logrado nosotros, con la fortaleza de ese modelo del que hablaba la Ministra con el 47 por ciento de crecimiento por mercado interno, hacer frente al vendaval, pero todos tenemos que contribuir y poner el esfuerzo. Lo está poniendo el Estado con sus jubilados, 6.047 millones de pesos anuales están en este 11 por ciento; y lo vamos a poner con todos los sectores para que nadie quede a la vera del camino y todos tengan al certeza de que este es un país para todos.
Por eso les pido a todos los argentinos, piensen como piensen, se ubiquen en el lugar que se ubiquen, que lo importante por sobre todas las cosas, es seguir sosteniendo este crecimiento que nos ha dado a los argentinos trabajo, producción y empleo, luego de crisis como la que vivimos en el 2001. "...

viernes, 20 de febrero de 2009


La jefa de Estado junto al ex presidente Néstor Kirchner durante el acto en la localidad de Malvinas Argentinas, donde se inauguró un centro médico.

jueves, 19 de febrero de 2009

19 de febrero


" FELIZ CUMPLEAÑOS, SEÑORA PRESIDENTA"

QUE EN ESTE DÍA TAN ESPECIAL, SUS DESEOS SE HAGAN REALIDAD, CON LA SEGURIDAD DE QUE SON LOS DEL PUEBLO ARGENTINO.

Palabras de la Presidenta en el acto de firma de convenio de obras públicas para la provincia de Salta

...."Como recién decía Juan Manuel y me impresionó, me gustó lo que dijo: mientras algunos discuten la renta, millones de argentinos siguen discutiendo el agua potable, el gas, la cloaca, el salario, la posibilidad del trabajo.
Es cierto, es una Argentina dual, es una Argentina dual a la que tenemos que enfrentar para persuadir a todos aquellos que muchas veces piensan, por el devenir de la historia, en fin, por lo que fuere, yo no quiero convertirme en fiscal de nadie porque nadie me ha votado para ser fiscal de nadie sino para gobernar para todos, que todos tienen derecho a discutir su renta y sus ganancias, pero que siempre es bueno mirar un poquito al costado y, tal vez, un poquito atrás para entender que todos los argentinos merecen igualdad de oportunidades, que es lo que vos ves en los ojos de las mujeres y de los jóvenes cuando vas a ese país profundo. (APLAUSOS)
Tal vez, unas décadas atrás, cuando empecé a militar, hubiera sostenido enfervorizada y enojada que todos éramos iguales y que todos debíamos recibir igual. He aprendido que la verdadera igualdad está en eso, en la igualdad de oportunidades, que todos tengan la posibilidad de elegir qué vida tienen, no que se la impongan porque nació en el Chaco, en el medio de la selva o en el medio del monte salteño y entonces por ese solo hecho esté condenado de por vida y sea un condenado por la tierra.
Esto es lo que tenemos que cambiar los argentinos, sabemos que no todos somos iguales, que podrá haber quienes trabajen más o menos, quienes sean más o menos capaces, pero lo que tenemos que garantizarle a todos, porque esta es una exigencia y un imperativo moral y político -esencialmente político- es eso: igualdad de oportunidades. Y yo sentí el otro día, en Tartagal, que todavía no hemos llegado a esa Argentina en la que todos tengan igualdad de oportunidades y en la cual, les aseguro, en nombre de lo que siempre pensé, en nombre de lo que por siempre milité, voy a comprometer todo lo que tenga que comprometer para alcanzar esa Argentina de igualdad de oportunidades para todos. ..."

viernes, 13 de febrero de 2009

CRISTINA, EN EL ACTO DE ANUNCIO DE POLÍTICAS SOCIALES, EN LA RESIDENCIA PRESIDENCIAL DE OLIVOS.

Buenas tardes a todos y a todas, desde hace décadas nunca estuvieron tan bien poblados los jardines de esta Residencia de Olivos. (APLAUSOS). Aquí puedo ver las caras de muchos argentinos y argentinas comprometidas desde hace mucho tiempo, algunas décadas y otros de toda la vida; algunas de cuando salieron a buscar a sus hijos y se encontraron con el pueblo, otros que desde muy jóvenes abrazaron la militancia política y social, con un compromiso frente al egoísmo, y muchas veces la avaricia de los que nunca entendieron que en la solidaridad y en el crecimiento parejo de nuestra sociedad está la clave para la felicidad en serio de todos los argentinos.
Permítanme en esta tarde tan especial, después de haber vivido ayer en la otra punta del país, a diez kilómetros de la frontera de la hermana República de Bolivia, el drama de otros argentinos que, como lo dije ayer, fueron azotados por la naturaleza, pero el verdadero problema, la verdadera tragedia es la pobreza estructural. Cuando uno llega allí y se encuentra con hermanos que pese a vivir en una tierra que produce todos los días 23 millones de metros cúbicos de gas, pero ese pueblo no tiene gas; cuando a numerosos argentinos todavía les falta el trabajo, advierte que a pese a todo lo que ha hecho este Gobierno, en las últimas décadas ha sido el que más viviendas ha construido, el que más escuelas ha levantado, hemos incorporado a millones de argentinos al sistema de agua potable y de cloacas. Pero todavía falta, porque son décadas y décadas de abandono y de resignación. Entonces cuando los veo a ustedes, cooperativitas, agricultores, hombres y mujeres del pueblo que poco tienen peor igual piensan en el otro, en el que tiene menos que ustedes, permítanme decirles que son estos momentos, como ayer cuando los pibes con la Bandera Argentina me abrazaban y me besaban diciendo "somos argentinos", es ahí donde me siento más orgullosa que nunca de ser argentina (APLAUSOS).
Estas medidas que hoy presentamos y que, como bien decía Alicia, significan haber incrementado el presupuesto del Ministerio de Acción Social en un 656 por ciento, se han podido hacer también porque se ha articulado un modelo de trabajo y producción que ha generado las posibilidades económicas para que el Estado pueda tener estas políticas, que no son asistencialistas, sino que por el contrario, son promocionales y de inclusión social.
Tal vez agua potable, redes de gas, electricidad, para otros argentinos que tienen la infinita suerte de poder abrir en su propia casa una canilla y que salga agua caliente o fría, que pueden prender la hornalla sin garrafa o sin tubo de gas, y cocinar, limpiar, asearse, estas cosas sean cuestiones menores, pero todavía tenemos 20 millones de argentinos que no tiene acceso a las redes cloacales, y 11 millones de argentinos sin acceso al agua potable.
Lo que pasó ayer en Tartagal es también, a pesar de ser la naturaleza la causante, el problema de la pobreza estructural, porque las casas se le inundan siempre a los pobres, las casas que se caen y se destruyen son siempre de los pobres, sea por inundación, por el alud. Es entonces hora de que todos los argentinos, sobre todo aquellos que han tenido la inmensa suerte de ser más favorecidos en la vida, entiendan la necesidad de contribuir para lograr más justicia para todos los argentinos, justicia que también tiene que ver con una equidad no solamente en lo social sino en lo geográfico. Yo lo decía ayer, ese NOA y ese NEA atravesado por la pobreza estructural, donde se van a necesitar décadas y décadas de inversión para poder superar tanto abandono y tanta injusticia. Ese debe ser el compromiso no solamente de un gobierno, sino de todos los argentinos.
Cuando yo por allí siento reclamos acerca de tal y cual excepción impositiva, hacia sectores que son productivos y muy importantes, pero que han tenido la suerte de tener grandes rentabilidades, y cuando ayer en Tartagal veía eso, pensaba en muchos hombres y mujeres con responsabilidades institucionales que también deberían ver eso rincones de la Patria para entender que es necesario seguir construyendo este modelo donde podamos, más allá de las ubicaciones que cada uno elija, la necesidad de tener un país diferente, más solidario, más inclusivo.
Hemos avanzado mucho en estos casi 6 años juntos, pero tenemos que hacer todavía más, porque cuando dije ese 10 de diciembre que mientras haya un pobre en la Argentina nadie puede sentirse bien y conforme, no lo dije como un slogan, . Lo digo porque lo siento acá, porque te hierve la sangre cuando ves tanto egoísmo, tanta avaricia y tanta pobreza al mismo tiempo. (APLAUSOS)
Yo les pido a todos los argentinos que me ayuden, que ayuden a esta Presidenta, no porque no tenga la fortaleza, sino porque necesito de la ayuda de todos los argentinos, que todos podamos tender la mano solidaria para aquellos que todavía no tienen nada o que teniendo tan poco, han vuelto a perderlo todo.
Necesitamos corazones más abiertos, mentes más generosas. A todos siempre nos gusta ganar un poco más, está en la naturaleza humana, pero tenemos que entender que necesitamos un país más justo, que la redistribución del ingreso no sea solamente una palabra para decirla en la plataforma o en las campañas electorales. (APLAUSOS) La redistribución del ingreso, argentinos y argentinas, debe ser un compromiso de todos, sobre todo, en este mundo tan contemporáneo, tan actual y en el cual hemos visto como se derrumbaban los paradigmas y, fundamentalmente, aquellos pensamientos que atacaban duramente a este Gobierno por decir que sostenía un proyecto inviable en términos económicos.
Deberán aprender todos y de una buena vez por todas, que la economía no es solo una ciencia de números, es una ciencia social y que solo reconoce su objetivo cuando logra que los derechos a la alimentación, a la vivienda, a una jubilación digna, a un trabajo digno, son los derechos de todos los argentinos. (APLAUSOS)
Yo me enorgullezco de pertenecer a este espacio político que ha dado grandes batallas en la redistribución del ingreso y que las voy a seguir dando con todo lo que sea necesario poner de mi persona, de mi Gobierno para convencer uno a uno a todos los argentinos que en este momento necesitamos estar más unidos y solidarios que nunca, porque va a depender mucho de cómo afrontemos este vendaval que, precisamente, como siempre lo hemos sostenido en estos años que hemos compartido tantas cosas, haciendo hincapié en este mercado interno, en nuestros consumidores, en nuestros hombres, en nuestras mujeres, en nuestro comercio, en nuestros tributistas, todos contribuyendo a sostener este modelo de crecimiento que ha incorporado a tanta gente a la posibilidad de un trabajo digno y de una jubilación, derechos que algunos creían perdidos para siempre. (APLAUSOS)
Esto también exige, argentinos y argentinas, mucha responsabilidad, porque ese aumento del Presupuesto para monotributistas, para familias, para chicos, para trabajos inclusivos que se suman a todas las medidas proactivas que hemos venido desarrollando hacia todos los sectores, sin excepciones, de la agricultura, de la ganadería, de la industria, del comercio, se logra solamente si el Estado administra correctamente sus cuentas.
Porque yo muchas veces escucho, por un lado, reclamos de bajar tal o cual cosa y, por el otro, al mismo tiempo, de aumentar la protección social, más jubilaciones o más salarios. Tiene que también haber una fuerte responsabilidad en las dirigencias políticas de todos los sectores y de todos los estamentos para saber que no hay milagros, que es necesario también que aquellos sectores que más poder de contribución tienen, contribuyan a seguir sosteniendo el modelo porque también es para ellos. (APLAUSOS)
Este modelo no se sostiene sin un tipo de cambio competitivo y un tipo de cambio competitivo no se sostiene sin un Banco Central con reservas y un superávit. Es todo un modelo macroeconómico que nos ha permitido a nosotros, los argentinos, salir del infierno.
Esto que está pasando en el mundo pasó en la Argentina en el 2001 y algunos protagonistas estelares de aquellas épocas parecen olvidarlo. Yo no los voy a recordar, confío en la memoria del pueblo. Lo importante, no es acordarse de los que fracasaron, lo importante es que nosotros seamos capaces de seguir construyendo todos juntos, unos con los otros, este proyecto que nos representa a los argentinos. (APLAUSOS)
Quiero decirles, para terminar, que el compromiso es el mismo de siempre, no empezó un 25 de mayo de 2003; yo nunca creo, como a algunos les parece, que la historia empieza cuando uno llega, no, la historia empezó mucho antes, la escribieron otros y, simplemente, algunos que desde muy jóvenes creímos en estas ideas, en que era posible tener un país incorporado al mundo pero desde un proyecto propio y desde una identidad propia, tomamos las banderas y empezamos a recorrer el camino ese 25 de mayo del 2003.
Hoy las banderas no las llevó yo y un grupo de dirigentes, esas banderas las llevan ustedes, miles y miles, millones y millones de argentinos que han vuelto a creer en su patria, que han vuelto a creer en su país porque han vuelto a creer en ellos mismos cuando los habían convencido de que nada podíamos cambiar ni nada podíamos transformar. (APLAUSOS)
Acá estamos, argentinos y argentinas, comprometidos con nuestra historia, con el presente y con el futuro.
Gracias y muchas fuerza, a seguir trabajando como siempre, con la misma fuerza, con la misma pasión y con la misma entrega.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Cristina visitó Tartagal.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó este miércoles la localidad salteña de Tartagal, que sufrió un alud e inundaciones el lunes último, y afirmó que lo acontecido "pone las cosas a nivel de tragedia, pero la verdadera tragedia es la pobreza estructural". "Mientras unos tengan todo y el resto nada van seguir pasando estas cosas", advirtió Cristina, y agregó: que "lo que hay que hacer es retirar las casas que están cerca de los cauces" y abogó porque se llegue a "una solución estructural". La primera mandataria insistió en que "hay que decirlo con todas las letras: más que una tragedia de la naturaleza es una tragedia de la pobreza y cuando se producen situaciones como estas contrasta esto, la pobreza estructural". "Tartagal produce 23 millones de metros cúbicos de gas pero la gente tiene garrafas porque no están conectados a la red", señaló y sentenció que "mientras alguna gente tenga todo y otros nada, seguirán pasando estas cosas". En esta línea, explicó que "el problema es no tener la infraestructura adecuada" y anticipó que "vamos a hacer obra pública en viviendas y vamos a ayudar a la gente que se quedó sin nada, literalmente sin nada". Más específicamente, la Presidenta adelantó luego de una recorrida por la zona afectada con el gobernador Juan Manuel Urtubey, que "vamos a retirar las viviendas que están cerca de los cauces, la gente no puede vivir cerca de los cauces". "Tenemos mucha gente trabajando, está la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner y el ministro (Florencio) Randazzo desde el lunes y los técnicos ya me adelantaron lo que yo vi arriba: la tierra es greda y se desprendieron los árboles", destacó Fernández de Kirchner. La Presidenta sobrevoló la zona afectada por el alud y las inundaciones, y realizó una recorrida terrestre que duró unas dos horas y media, en la que habló con los habitantes de Tartagal. Al llegar al aeropuerto de Salta, la Presidenta subió a un helicóptero junto al ministro del Interior Florencia Randazzo y el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey y sobrevoló la zona para observar las condiciones actuales de la zona. Mientras la nave sobrevolaba la región, comenzó a llover nuevamente aunque sin tanta intensidad. Luego de la recorrida aérea, la Presidenta llegó al destacamento militar Puesto Cabo Ordoñez y se dirigió en camioneta hacia la ciudad de Tartagal acompañada por Randazzo, Urtubey, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner y el intendente de Tartagal, Jorge Leavi. En su lenta recorrida por las calles de Tartagal, Cristina observó las condiciones en que quedaron las viviendas luego del alud del lunes pasado, ingresó a tres casas y vio los inconvenientes generados, y charló con sus habitantes. Según informó a Télam la Gendarmería, entre los daños materiales que produjo el alud hubo roturas de caños de agua, y la caída de árboles y ramas causó cortes de suministro de servicio telefónico y eléctrico que dejó a Tartagal incomunicada. Además, informó que hasta este miércoles hay 602 evacuados, y que trabajó junto con soldados del Ejército, personal civil y voluntarios, con ambulancias, grupos generadores y plantas potabilizadoras

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN LA REUNIÓN DE LA TRIBUNA IBEROAMERICANA, EN LA CASA DE AMÉRICA, ESPAÑA.

Quiero agradecer la presencia de mi querida amiga, la Vicepresidenta de España, María Teresa Fernández de la Vega; señor secretario general para Iberoamérica, Enrique Iglesias; amigos y amigas: recién recordaba María Teresa mis palabras en la Cumbre de El Salvador, cuando hablaba de la necesidad de construir nuevos consensos, de construir un nuevo orden, porque habían caído los paradigmas que se habían presentado como inamovibles y eternos y esto exigía, por parte de todos nosotros, un gran desafío intelectual: imaginar este nuevo mundo desde una perspectiva diferente, pero con los mismos objetivos de siempre, la redistribución del ingreso y considerar a la política, precisamente como señalaba recién María Teresa, un instrumento para mejorar la calidad de vida de la gente.
Estas afirmaciones, que tuvieron lugar en la Cumbre de El Salvador, no venían solamente por esta crisis que vive hoy el mundo; una implosión semejante a esta había sufrido la Argentina en el año 2001. Siempre hemos sido vanguardia, dice María Teresa. También hemos sido vanguardia en materia de experiencias de crisis, de explosión de nuestro sistema financiero allá por el 2001 que finalmente provocó, luego de una década permanente de crecimiento de la desocupación y de la reducción de los índices sociales, culminó como no podía ser de otra manera en una gran implosión social que derrumbó el andamiaje institucional votado por la gente con mucha esperanza en 1999 y sí con una novedad, resolverse dentro del propio sistema democrático y del propio marco de la Constitución, la continuidad de un proceso que en otros años hubiera tal vez merecido una interrupción de carácter militar, dictatorial como estábamos acostumbrados a resolver y a saldar las crisis en América latina.
La Argentina tiene entonces una experiencia de la crisis y una necesidad de reformulación, por ejemplo, de los órganos multilaterales de crédito que no deviene de su participación en el G-20, sino como explico, de su propia experiencia histórica. Fue mi país casi un conejillo de Indias en cuanto a experimentos de lo que constituyó fundamentalmente el denominado neoliberalismo o Consenso de Washington; los resultados estuvieron a la vista. La demanda que nosotros venimos planteando desde el año 2003 en el marco de Naciones Unidas de la reformulación de los órganos no solamente vinculados a la economía o comercio internacional, sino también vinculados a la organización política mundial, porque esta no es solamente una crisis económica. Yo sostengo que la crisis económica es la punta del iceberg. En realidad lo que ha fracasado es un modelo de organización internacional que imaginó una globalización unipolar y homogénea, pensando que la globalización era eso, que todos pensaran, actuaran y se organizaran de la misma forma. Nada más contradictorio que el término globalización con esta aspiración.
Vamos a ser globales en la medida que cada uno represente su propia identidad, su propia historia y pueda articular en nuevos consensos que por ejemplo el Presidente del Gobierno de España ha llamado con mucho acierto "alianzas de civilizaciones", espacios donde no se le imponga al que piensa diferente, al que proviene de una cultura diferente, una forma de organización que tal vez no le es propia ni a esas autoridades ni a las sociedades que ellos representan.
¿Qué ha pasado también en estos años en América del Sur? En América del Sur nos hemos caracterizado en la región por un cambio y un giro muy importante: nuevos gobiernos con carácter progresista con distintas experiencias también históricas, con distintas realidades, han protagonizado un gran cambio en la región. No solamente se tradujo en un crecimiento económico sin precedentes que ha significado junto a otras economías emergentes, el aporte de tres cuartas partes del crecimiento de la economía mundial en la última década, sino que además sus gobernantes, hombres y mujeres -como digo yo- se parecen ahora mucho más a sus gobernados que en las anteriores gestiones.
Creo que esto, creo que la crisis que ha devenido en internacional y que precisamente se ha propalado desde aquellos centros que, como decíamos nosotros y como recién manifestaba María Teresa, impulsaban la ausencia del Estado, la desregulación total y el reinado absoluto del mercado como el perfecto asignador y distribuidor de recursos ha fracasado.
Creo que esta etapa que viene y que nos encuentra en la próxima Cumbre Iberoamericana a realizarse en la República Argentina, coincidente con el primer país que logra su Constitución como nación allá en 1810, sumado a la estratégica presidencia que asumirá España de la Unión Europea, nosotros en el MERCOSUR, nos da para este Bicentenario del año 2010, una oportunidad sin precedentes para muchas cosas.
La primera: para celebrar este Bicentenario no solamente con el ejercicio conmemorativo de fasto, sino esencialmente como una oportunidad histórica para mirarnos retrospectivamente y poder entonces hacer una propuesta prospectiva hacia adelante. Y la segunda, incentivar, profundizar, articular, armonizar los mecanismos de integración entre Europa, el MERCOSUR y sus otras organizaciones. Porque la otra gran novedad que hemos tenido en la región es que frente a determinadas conflictividades que surgieron en los últimos tiempos, y que también tal vez hubieran devenido en conflictos regionales como una guerra entre dos países o en conflictos destituyentes como sucedió por ejemplo con el conflicto autonomista en la República de Bolivia, en la región, a través de canales propios o tal vez los formales institucionales que no han dado muchas veces la respuesta adecuada a nuestras necesidades, si no por ejemplo a través de la UNASUR, un instrumento o del Grupo de Río en República Dominicana, pudimos sortear momentos difíciles que hubieran comprometido la estabilidad de la región, sus políticas de crecimiento y seguramente los procesos de integración.
Recuerdo muy especialmente la Cumbre del Grupo de Río en Dominicana cuando había estallado el conflicto entre Ecuador y la República de Colombia y más adelante, cuando un fuerte intento desestabilizador destituyente del presidente Hugo Morales en Bolivia y las presidentas y los presidentes de la América del Sur nos reunimos en La Moneda, ese emblemático lugar de la historia de la América del Sur, para constituirnos como defensores no de un gobierno ni de un dirigente, sino fundamentalmente de la estabilidad democrática de las instituciones, algo clave para poder seguir con una etapa de desarrollo y crecimiento histórico.
Creo que el gran desafío que tendremos Argentina y España como impulsores de la profundización de la integración, no digo de profundizar nuestra relación bilateral, porque nunca fue tan profunda como en esta etapa y lo reafirmo fuera del protocolo, en los hechos puntuales y concretos que van desde afectividades personales a relaciones profundas en lo cultural, en la lengua, en la historia, comerciales y económicas. Creo entonces que nuestra gran responsabilidad será precisamente poder llegar a formular y a construir consensos no solamente entre ambos países sino también impulsar a los otros actores, tanto de Europa como de la América del Sur, para que encuentros como los del G-20, para que posturas en los foros internacionales como por ejemplo Naciones Unidas y en cualquier otro foro en el cual tengamos oportunidad, impulsar las reformas estructurales que hoy necesita el mundo y que no devienen de un mero maquillaje gatopardista de cambiar algo para que todo siga igual.
Yo lo decía en la reunión del G-20: Einstein solía decir que es un signo de locura creer que haciendo las mismas cosas, se pueden obtener resultados diferentes. Yo no soy Einstein pero estoy convencida de la gran inteligencia de esta frase y creo entonces en la necesidad de que estas reformas estructurales no solamente se den a nivel de una representación y de una democratización de los organismos internacionales, sino también del cambio de roles de estos organismos en el desempeño de la economía internacional, pero fundamentalmente en el gran compromiso que creemos que debe alcanzar la humanidad y que es el hecho de formular reglas pero que estas reglas sean cumplidas por todos, porque una de las cosas que hemos observado muy críticamente por cierto, es el hecho de que resoluciones de Naciones Unidas solamente deben ser aceptadas y cumplimentadas por países que son pequeños o que no tienen volumen o que no forman parte del Consejo de Seguridad. Sin embargo, si se pertenece al club de las grandes ligas, no solamente se puede pasar por alto las resoluciones de Naciones Unidas, sino además violarlas en forma permanente y sistemática. Y si es imposible un mundo sin reglas, mucho más imposible y más injusto es, un mundo donde las reglas solamente sean cumplidas por los débiles y violadas por los poderosos.
Esta es una de las claves a acordar en estas futuras organizaciones en las cuales creemos necesario insistir tercamente, soy muy terca en algunas cosas. Cuando María me dice que no me resigno, realmente es así, pero no la terquedad del que cree que tiene razón en todo, simplemente el haber comprobado cómo han sucedido las cosas y por qué han sucedido a partir de una experiencia concreta, no de la mera teorización en que debemos insistir que debe cambiar las cosas. Tenemos muchas esperanzas en poder hacerlo por la historia propia de cada uno de nosotros, que ha tenido objetivos en la vida y que aún en épocas donde era muy difícil alzar la voz contra un modelo que parecía eterno e indiscutible, lo hicimos en todos los foros, en todos los ámbitos pero, además, en las políticas concretas que también impulsamos desde nuestro país. Pero también creemos que hoy el mundo ha dado signos evidentes de cambio y también han sido emitidos por el país más poderoso de la Tierra que acaba de elegir por primera vez en su historia a un presidente afroamericano.
La participación de mujeres en lugares históricamente reservados a los hombres, la llegada de un afroamericano a un lugar donde también era impensable que esto sucediera, revelan que las sociedades han cambiado antes que sus dirigencias.
Y digo yo que es muy importante tomar datos de estos cambios, porque tal cual siempre lo manifiesto, hay una concepción de la palabra dirigente que muchas veces nos lleva a confundirnos. Dirigente no es aquel que ha ocupado un cargo por el voto popular o porque ha sido designado ministro o porque es concejal, presidente, gobernador, diputado o senador, ese es un representante institucional en el marco de lo que marca la Constitución y las leyes. Pero dirigentes, como su nombre lo indica, son aquellos que dirigen y se adelantan ante la comunidad marcándole objetivos, señalándole caminos que seguir porque precisamente eso es dirigir: poder percibir con antelación hacia donde va el mundo, preparar a la sociedad que nos elige para representarlas para ese nuevo mundo que viene y tomar las decisiones en esa dirección, muchas veces en soledad, muchas veces con críticas feroces. Pero uno puede ver, al cabo del tiempo, que aquello que veníamos sosteniendo desde hace largos años en cuanto a que no podía subsistir demasiado un mundo donde la concentración económico-financiera era cada vez mayor y donde, además, el capitalismo había roto su propia lógica, que es la de producir bienes y servicios para tener rentabilidad, pero donde el capital debía pasar por el circuito de los bienes y los servicios para acumular riqueza, no construyendo pirámides financieras que, finalmente, como un castillo de naipes se han derrumbado con todo lo que esto significa, más allá de metáfora, en la vida concreta de los ciudadanos que, por cierto, no es una metáfora en materia de pérdida de empleo pero, fundamentalmente, de pérdida de esperanza y confianza en que un futuro mejor es posible.
Creo que el gran desafío que tenemos entonces americanos y españoles en esta Cumbre que nos une históricamente una vez más en el Bicentenario del nacimiento de muchas naciones allá, en la América del Sur, es, precisamente, comprometernos a dar este debate, sin cortapisas, un debate que podrá tener posiciones duras y encontradas, pero que fundamentalmente va a requerir de parte de todos nosotros un grado de honestidad intelectual y, fundamentalmente, de ejercicio de pensar a la política como siempre debió haber sido, un instrumento, para finalizar con las palabras de María Teresa, para mejorar la calidad de vida de nuestras sociedades. Este es el gran desafío que tenemos.
No significa, y se los quiero decir casi a título personal, estar contenta, porque, entonces, aquello que decíamos nosotros de que el mercado no lo solucionaba, que necesitábamos el Estado, finalmente teníamos razón.
Quiero decirles algo: tal vez hubiera sido mejor que nos hubiéramos equivocado y que otros tuvieran razón; no estamos en una posición de desafío intelectual diciendo "teníamos razón". No, eso ya no importa, eso es solo vanidad u orgullo intelectual, creo que lo que merecen nuestras sociedades es mucha humildad, mucha honestidad intelectual y pensar, cada uno de nosotros, que una parte de la razón puede construir entre todos una razón diferente a la que hemos vivido hasta ahora que a la luz de los hechos y de los acontecimientos, ha sido una gran sinrazón y un gran disparate.
Por eso, con la convicción de que podemos hacerlo, porque hemos cosas que tal vez muchos no imaginaban que podían realizarse en tan corto tiempo, con la convicción de que además necesitamos los unos de los otros para aventar los fantasmas de las xenofobias y de ejercicios que no creemos convenientes para el desarrollo democrático de los pueblos. A mí sinceramente se me eriza la piel cuando veo gente que cree que un extranjero puede ser el culpable de lo que le pasa, porque tiene otro color de piel, porque habla otro idioma o porque viene de otra región.
¿Saben por qué se me eriza la piel? Porque siempre la historia de la humanidad ha demostrado que grandes crisis económicas han traído luego, a partir de esos aspectos de la condición humana de encontrar en otros los culpables de las crisis, tragedias muy duras que ha vivido la humanidad. Como tenemos un largo aprendizaje de estas tragedias que hicimos en el siglo XX, yo invito a todos, iberoamericanos y no iberoamericanos, a hacer un gran ejercicio de racionalidad frente a la crisis para transformarla, no en un lugar común en el que ya tampoco nadie cree, pero sí en la posibilidad de construir una realidad y un mundo diferente. Nos lo merecemos por nuestra historia como españoles, como argentinos, como latinoamericanos, como iberoamericanos.

sábado, 7 de febrero de 2009

La madre de todas las burbujas

Por Raúl Dellatorre
Barack Obama no prometió que el plan de rescate por casi 800 mil millones de dólares que le suplicó aprobar al Senado sea el último, pero seguramente lo desea. Sabe que transita por un terreno extremadamente peligroso. El nivel de endeudamiento en el que está entrando Estados Unidos, a través de la sucesiva emisión de bonos del Tesoro cada vez que lanza un plan de salvataje, está inundando la plaza mundial de papeles de la deuda en una dimensión inimaginable, aun para el país con la economía más poderosa del mundo. Si se imaginara sólo por un momento que los inversores sospecharan de la incobrabilidad de una deuda que ya supera los 11 billones (millones de millones) de dólares, la conclusión seguramente será que estaríamos ante una catástrofe varias veces superior a la crisis actual. O, dicho de otro modo, ante la probable y quizás verdadera dimensión de la crisis actual. ¿Es mucho? Veamos.
Algunas cuestiones técnicas. Los bonos del Tesoro de Estados Unidos son considerados, por convención, los títulos de deuda más confiables universalmente. A partir de allí, la diferencia entre el rendimiento que los inversores le reclaman a los bonos de deuda de cualquier país y lo que rinden los bonos de Estados Unidos, define el “riesgo país”. El bono de Estados Unidos es considerado el “kilómetro cero”. No importa en la situación en que se encuentre su economía, a partir de él se miden las distancias. Es así y así se acepta. Estados Unidos es al único país del mundo al que no se le mide el “riesgo país”.
Pero los planes de rescate no son la única fuente de necesidad para la emisión de bonos del Tesoro. Estados Unidos también debe sostener con endeudamiento el creciente déficit en sus cuentas públicas, y además bancar el déficit comercial, también multimillonario, que no se llega a cancelar con pago en efectivo, con emisión de dólares.
Otra cuestión técnica. Cualquier otro país, para tener déficit permanente en cuenta corriente, debería endeudarse hasta el punto que alguien le imponga un brutal ajuste. De nada le valdría emitir, porque nadie aceptaría su moneda. A Estados Unidos, en cambio, nadie le impone nada y todos aceptan su moneda. “Es una ventaja tecnológica, es el único país del mundo que tiene la maquinita de hacer dólares”, dijo alguna vez Ben Bernanke, cuando aún no era titular de la Reserva Federal de Estados Unidos. Sonó gracioso. Hablaba en serio.
Estados Unidos le saca productos al resto del mundo y a cambio le da dólares y bonos de su deuda. Cualquier país que emite moneda en exceso genera inflación. Estados Unidos también, pero no inflación interna, sino en el resto del mundo, donde van a parar los dólares. Se endeuda, llena de bonos a sus socios y les traslada inflación. Ningún otro país provocaría ese resultado con su déficit comercial, trasladándole el costo al resto.
Todo lo dicho viene pasando desde hace casi una década, prácticamente coincidiendo con los años de George Bush en el gobierno. La pregunta es cómo sigue o, como diría un presunto analista, “si el modelo es sustentable”. Por ahora, la política sigue siendo lanzar monumentales planes de rescate en base a endeudamiento en bonos. Los de Bush eran para salvar a los bancos. Obama sigue con los salvatajes al sistema financiero, pero lanza otros para el sector productor de bienes, apostando a resurgir de la crisis. Lo inmediato es que aumenta la emisión de bonos y la deuda, mientras que el objetivo de recuperación está por verse si se cumple.
Por ahora, los bonos de la deuda de Estados Unidos, a mediano o largo plazo (a diez o a treinta años) siguen circulando, se siguen comprando. Los bancos se han ido desprendiendo de sus tenencias de bonos del Tesoro, no tanto por desconfianza sino más por necesidad de liquidez. Los particulares, en gran parte inversores en el mercado accionario que han huido de la plaza bursátil o inmobiliaria después de haber sufrido grandes pérdidas, prefieren los bonos porque no quieren correr riesgos. Piensan que los bonos son un buen refugio, aunque paguen una tasa bajísima del 2 por ciento, una de las menores de la historia por política impuesta por la Reserva Federal.
Pero la mayor parte del stock de títulos de la deuda de Estados Unidos está en las arcas de bancos centrales. Más de la mitad de la deuda, 5,8 billones de dólares, está en poder de dichas instituciones y particulares fuera de Estados Unidos, con China y Japón a la cabeza (más de 650 mil millones el primero, casi 600 mil el segundo). Si tan sólo amagaran desprenderse de una parte, el valor de los bonos estadounidenses se derrumbaría. Pero, por ahora, nadie lo hace. Están asociados a la suerte del valor de esos bonos: una caída en su precio también significaría un fuerte quebranto en los mismos bancos centrales que lo poseen.
Esa dependencia mutua sólo indica que, muy probablemente, no serán los bancos centrales asiáticos los que iniciarían una corrida o despegue. Pero nadie podría asegurar que guardarán igual conducta si la corrida la inicia otro. Puede que no quieran ser los primeros en salir, pero tampoco querrían ser los últimos.
¿Qué posibilidad hay de que “otros”, innominados, inicien una corrida contra los bonos estadounidenses? Hoy, como fue dicho, sus rendimientos son bajísimos, pero se consideran “seguros” mientras se piense que no va a caer su valor de mercado. Pero bastaría que los inversores individuales recuperen su propensión al riesgo para que busquen rendimientos más atractivos en papeles privados. Esto sucedería, por ejemplo, si se observa una recuperación sostenida de la actividad económica y las acciones de empresas vuelven a ser tentadoras. Si ocurriera que la actitud de los inversores individuales arrastrase a los inversores institucionales, resultaría que el mejor escenario para la economía podría ser el peor para los bonos estadounidenses.
¿Qué pasaría con los bonos si la crisis se prolonga, si la situación de debilidad de la economía estadounidense no se disipa y más sectores económicos entran en crisis? La alternativa de más intervención oficial, más planes de salvataje, supone más necesidades de financiamiento y, por tanto, mas emisión de bonos. ¿Hasta cuando es posible, antes de convertirse en una burbuja a punto de estallar? No son pocos los que sostienen que ese límite ya está demasiado cerca, si no es que ya se atravesó. Es decir, el peor escenario para la economía también podría ser el peor para los bonos.
En un reciente artículo, Rubén Ramallo, catedrático de la Universidad de Palermo, repasa y cita varios comentarios de origen estadounidense señalando la creciente preocupación sobre el futuro de los bonos del Tesoro. Muchos prevén un final catastrófico, la más contundente fue la revista especializada en inversiones Barron’s, que alertó “Salgan ya” (“Get out now!”) a sus lectores con bonos. Otros advierten que la tendencia de los bancos centrales es a la venta y no a la compra de títulos del Tesoro estadounidense.
Los bonos, no hay duda, se han convertido en otra burbuja, pero la Gran Burbuja. La que abarca a todas las demás: la de las acciones tecnológicas, la inmobiliaria, la crediticia, etc. El drama es que, esta vez, tendría un alcance desmesurado, por el grado de exposición de las principales economías del mundo y por lo que representan éstas en la economía global. Todo el modelo de acumulación estaría en juego. ¿Alguien se imagina el final del neoliberalismo como un monstruo que se devora a sí mismo? Un final de película de ficción, o no tanta. En definitiva, Hollywood también es Estados Unidos. Y viceversa.

PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE FIRMA DEL ACUERDO INSTITUCIONAL CON TRABAJADORES DE AEROLINEAS ARGENTINAS

Muchas gracias. Señor titular del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea, amigos y amigas de Aerolíneas Argentinas, compatriotas: quiero decirles que hoy es un día muy especial porque como recién contaba Julio De Vido está muy fresco en mi memoria, y seguramente en la de todos ustedes y en la del resto de los argentinos. aquel encuentro en el Salón Blanco allá por el mes de julio en la Casa Rosada, cuando comunicamos la decisión finalmente de que los argentinos, a través del instrumento que los representa, que es el Estado, decidieran recuperar la línea de bandera nacional junto al resto de las instituciones de la democracia, esto es el Parlamento.
Porque también quiero decirles algo, me siento muy orgullosa de formar parte de un gobierno que ha hecho de la calidad institucional un objetivo, y que sus principales decisiones y sus principales medidas han sido consensuadas también en el Parlamento Argentino. Inédito, inédito. (Aplausos) Con una historia atrás en donde se decidieron privatizaciones únicamente en el ámbito cerrado de una oficina del Poder Ejecutivo o se resolvieron cuestiones a través de piruetas jurídicas que se llamaron per saltum podemos recordar, en privatizaciones del Estado. (Aplausos) Este gobierno y el que lo antecedió decidieron dar participación en las grandes decisiones del Estado a todos sus poderes, a sus tres poderes. Esto también es recuperar el prestigio perdido ante sus propios conciudadanos, ante sus propios compatriotas.
Hoy este acuerdo que estamos firmando significa un modelo a seguir, no solamente para Aerolíneas Argentinas sino para todos los sectores de la vida nacional. La descripción que Julio hacía del estado en que se tomó la aerolínea, allá por el mes de julio, y que lo sabían los argentinos también porque lo sufrían cotidianamente en los aeropuertos de las distintas provincias del país, cuando ni siquiera se podía hacer frente al catering arriba de los aviones dado que se habían cancelado todas las operaciones porque no se pagaba absolutamente a nadie, ni siquiera un servicio de sándwiches. Me ha tocado estar en El Calafate y que alguien me viniera a reclamar por qué Aerolíneas no le pagaba el servicio de catering, de sándwiches y bebidas que habían dado; no caviar ni champaña, apenas refrescos o sándwiches. Esta era la situación en la cual, no el Estado sino el sector privado que era responsable de la administración, había dejado nuestra línea de bandera.
Yo sentí ese julio un gran desafío como Presidenta, porque tomaba una decisión que requería de la colaboración, el trabajo y el esfuerzo de todos ustedes. No se ponía en juego solamente el prestigio de la decisión de un gobierno, en este caso el gobierno que me toca presidir, se ponía en juego si el Estado como figura es capaz de administrar una aerolínea; pero al mismo tiempo el gran desafío de sus trabajadores, personal de abordo, pilotos, personal de tierra, si eran capaces de recuperar el prestigio perdido. Porque como lo dije en aquella oportunidad, Aerolíneas es fundamentalmente una empresa de servicios, depende del esfuerzo, de la calidez, de la colaboración que cada uno de ustedes ponga en el lugar que le toca, comandando el avión, atendiendo al pasajero abordo, atendiéndolo en el mostrador, poniéndole buena cara, si hay algún inconveniente tratar de solucionarlo y si no se puede solucionar en ese momento darle el trato que muchas veces la gente no siente.
Por eso estos resultados que hemos podido exhibir, a un poco más de seis meses, nos demuestran a nosotros mismos muchas cosas: la primera, que el Estado puede administrar correctamente una línea de carácter comercial, y segundo, que ustedes, todos ustedes, trabajadores y trabajadoras, son capaces de deponer diferencias naturales que existen siempre en toda actividad donde conviven varios gremios por la característica de la actividad, y poner el esfuerzo. Porque la mirada estaba sobre ustedes, sobre el Estado y sobre los trabajadores. Y va a seguir estando. Tenemos que demostrar, seguir demostrando que cuando tenemos un Estado que cree que el patrimonio nacional debe ser cuidado, cuando tenemos un Estado que cree que debemos tener una línea de bandera, cuando existen trabajadores que se sienten orgullosos de ser parte de esa línea de bandera porque antes se sienten orgullosos de ser argentinos, creo que entonces podemos exhibir resultados como los que hemos logrado en estos seis meses. (Aplausos)¿Y saben qué? También algo casi como yapa podríamos decir. En esta situación, en este nuevo escenario internacional, que no teníamos en julio cuando tomamos esta decisión, donde todo lo que tuviera olor a Estado era mal visto, vemos cómo ahora en todo el mundo, a lo largo y a lo ancho, los que nos criticaron porque decían que éramos estatistas, populistas y no sé que otros adjetivos, o que éramos proteccionistas y demás, todos, absolutamente todos están tomando decisiones en materia de estatizaciones e intervención del Estado porque, ¿saben que qué? En la época de las ganancias siempre está el sector privado, pero a la hora de las pérdidas el que siempre queda solo es el Estado. (Aplausos)
Cuando de ganar se trata entonces sí, ahí están todos. Pero ahora estamos frente a épocas difíciles, y en todos lados aparece entonces la intervención del Estado, en los grandes centros donde nos criticaron siempre están tomando medidas que casi podrían decirse copiadas de lo que ha sido este modelo desde el año 2003. Yo debo decir también que me siento muy contenta. Cuando el otro día escuché al presidente del país más poderoso de la tierra en términos tecnológicos, financieros, decir que los sindicatos no son parte del problema sino que son parte de la solución y que quiere también sindicatos grandes y prósperos junto a empresas grandes y prósperas, yo no sé si Obama habrá leído a Perón pero... (Aplausos) Déjenme decirles que se pareció mucho, ¿no? Realmente, ustedes saben, lo dije la otra vez en La Habana, tengo grandes expectativas, como tiene casi todo el mundo, en las decisiones que pueda tomar este primer presidente afroamericano de los EE.UU. Pero cuando escucho estas cosas, cuando veo que por primera vez en la Casa Blanca entran sindicatos después de más de una década de no hacerlo y se tiene esta concepción de cómo se solucionan los problemas, de que los trabajadores nunca pueden ser el problema, son parte de la solución porque forman parte del consumo, de la actividad económica, del crecimiento, una siente la confirmación de años de ideas, de años de luchar, muchas veces contra los molinos de viento, cuando las prácticas y la prédica neoliberal parecía que definitivamente se habían incorporado al pensamiento único.
Por eso con todas las dificultades, con todos los errores que puede haber en una gestión de gobierno, déjenme decirles que me siento muy orgullosa de los logros que hemos tenido en estos meses. Pero también debo decirles algo: quiero más, más logros. Y creo que el instrumento que hoy acabamos de firmar, este acuerdo de madurez, tiene que ser tomado como modelo para todas las actividades, donde cada uno depone algo de lo que siempre cada uno cree que le pertenece. Porque lo importante es lograr que el conjunto se realice, que seamos capaces de entender que la Argentina, no Aerolíneas Argentinas, la Argentina necesita que todos depongamos actitudes de fuerza, de imponer, de creer que solamente uno tiene la razón, de amenazas o de puño crispado. Necesitamos argentinos dispuestos a poner el hombro, porque este país, nuestro país, ha dado mucho, tenemos inmensas posibilidades, pero por sobre todas las cosas necesitamos estar unidos, como ustedes han logrado este trabajo conjunto en estos seis meses, con estos resultados, impensables seis meses atrás. Y creo que lo van a poder hacer mejor aún porque estamos viendo los resultados, en materia de reducción del déficit, de volver a incorporarnos al IATA, de volver a ser parte del negocio aerocomercial a escala mundial. Y porque además tenemos que hacerlo con los argentinos a los cuales si Aerolíneas Argentinas no llega no pueden viajar desde la lejana Patagonia o desde el Norte argentino.
Por ustedes, por nosotros, por la historia de Aerolíneas Argentinas y por la historia de los argentinos nos merecemos este esfuerzo y muchos más para seguir trabajando. Muchas gracias y felicitaciones. Adelante.