viernes, 26 de febrero de 2010

"Yo no vine a permanecer, no vine a durar. Vine a cambiar las cosas que creo que están mal"


PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE LANZAMIENTO DE LA LIBRETA NACIONAL DE SEGURIDAD SOCIAL, EN EL PARTIDO DE MAGDALENA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES

..."siempre soñé y me sentí parte de un proyecto político constructor de utopías y esperanzas. Esta medida que, sin lugar a dudas es materia de protección y seguridad social, debe ser una de las más importantes de las últimas décadas, no sólo porque independiza de cualquier político de turno a quien lo recibe, sino porque va a cubrir a un sector de gran vulnerabilidad social como son los hijos de los que todavía no tienen trabajo ó los que aún teniéndolos no están registrados y están por abajo del salario mínimo, vital y móvil.

Y digo que es revolucionaria también, porque cuando el padre consiga trabajo la va a seguir teniendo, pero no ya porque se la da el Estado sino porque tiene el derecho por ser un trabajador registrado."

..."son 3 millones y medio de chicos sumados a 893.000 pensiones no contributivas, estamos en una protección social para nuestros niños cuyos padres no tienen trabajo, de más de 4 millones 400 mil niños.

Y yo sueño -nunca voy a renunciar a soñar- el día que renuncie a las utopías es porque dejé de ser militante y me convertí en un gerente de la política, eso no me interesa. La Argentina ha tenido gerentes, gerentes, demasiados, en fin necesitamos volver a tener gente comprometida con los ideales, gente comprometida con su pueblo, con su sociedad, con el país, con soñar en ser un país grande pero no solamente grande porque crecemos económicamente que es muy importante, sino porque crecemos socialmente, lo uno va ligado a lo otro, no hay progreso social si no crece la economía, pero no hay legitimidad en el crecimiento económico, si este no alcanza a todos los sectores y promovemos la movilidad social ascendente.


Esa Argentina que permitió que los hijos de los trabajadores fuéramos a la universidad y algunos pudiéramos ser presidentes, ese es el país que yo quiero, ese es el país por el que lucho todos los días, ese es el país por el cual también tengo que enfrentar intereses concentrados y poderosos pero que no dudo en hacerlo ni lo voy a dudar nunca. Yo no vine a permanecer, no vine a durar. Vine a cambiar las cosas que creo que están mal y que debemos seguir profundizando entonces en el cambio.

Yo sueño con esa Argentina, la de las obligaciones y de los derechos, la Argentina en la que fuimos formados los de mi generación.

Por eso creo que la tarea es de cambio y reparación y en ese cambio y en esa reparación, tenemos que tener un fuerte compromiso todos los argentinos, cualquiera sea nuestra idea, cualquiera sea nuestro origen social, porque de eso depende el volver a construir un país en el cual cada uno pueda decidir lo que quiere ser que de eso se trata la libertad. La libertad no es decir cualquier cosa por una cámara de televisión o escribir cualquier cosa en un diario. Esa es la libertad de los que pueden llegar a los diarios y a la televisión. La verdadera libertad es cuando cada argentino, cuando cada argentina puede decidir su vida, la vida que quiera tener. Esa es la verdadera libertad.

Y hoy todavía no tenemos esa libertad; hay gente todavía que no puede tener un trabajo o hay gente que todavía no puede llegar a la universidad, o hay gente que tiene que salir a trabajar y deja el Secundario, porque no puede hacer las dos cosas al mismo tiempo.

Por eso digo, tenemos todos en esta Argentina del Bicentenario, que tener un fuerte compromiso, no con el Gobierno sino con el país, con la Argentina, con la Bandera como tiene esta Libreta."

martes, 23 de febrero de 2010

Cristina: sinónimo de soberania nacional.


..." Yo quiero abordar puntualmente hoy un tema que tiene que ver con la integración; que tiene que ver con la defensa de nuestros recursos naturales; que tiene que ver con nuestra historia como región; que tiene que ver - en síntesis - con lo que durante varios siglos y aún hoy sigue atravesando la política internacional y el derecho internacional, que es la forma en que nos vinculamos los países democráticos y civilizados.


Como ustedes saben estoy hablando de la cuestión de Malvinas, que no es solamente una cuestión que tenga que ver con una disputa de soberanía, tiene que ver con lo que ha sido la historia de la región y por qué no del mundo, en los últimos dos o tres siglos.


En 1833, un 3 de enero, la población argentina de nuestras Islas Malvinas, fue invadida por el Rino Unido de Gran Bretaña, que creo huelga decirlo, puedo aquí relatar historias, instrumentos jurídicos, pero algo más simple y sencillo, como es la geografía, lo visible da cuenta de ese territorio argentino que conforma nuestra plataforma y que integra la más nobel provincia argentina, que es la Tierra del Fuego.
Este 15 de enero que pasó se cumplieron 177 años del primer reclamo que mi país hizo a la Gran Bretaña para que restituyera a nuestro país nuestro legítimo dominio.

Con motivo de la Carta de San Francisco, cuando se conforma la organización madre de Naciones Unidas, allí en la conformación de esta Carta se deja constancia y se reclama, una vez más, nuestra soberanía.

Veinte años después, en 1965, obtenemos por una resolución del Plenario de Naciones Unidas, la obligación por parte de ambos países de sentarnos a discutir nuestra soberanía teniendo en cuenta también los intereses de los habitantes de las Islas. A esa primera resolución del Plenario de Naciones Unidades le siguieron nueve resoluciones más del Plenario en igual sentido y prohibiendo además tomar decisiones de carácter unilateral.

Podría, también, hablar de numerosas resoluciones del Comité de Descolonización, de numerosas manifestaciones, declaraciones de encuentros internacionales de todos los foros, en todas partes del mundo, en los cinco continentes pidiendo precisamente que se dé cumplimiento a esta resolución de Naciones Unidas.


Ustedes saben que el episodio, que se produce en 1982, durante la dictadura militar, que es bueno reconocerlo porque parece que esas dictaduras militares en la región, hubieran surgido espontáneamente y todos sabemos que no es así, la mayoría de ellos patrocinado por las grandes potencias. Por lo tanto creo que aquella decisión agónica de una Junta Militar, que se veía totalmente acorralada fue funcional a lo que sin duda era una decisión, que se había tomado independientemente de cuál fuera la actitud de aquellos militares.
Y esto lo podemos mirar a la luz de la historia que siguió a todo esto, porque desde 1965 hasta ese episodio, no pudimos lograr sentarnos formalmente a discutir la soberanía. Y luego del advenimiento de la democracia - y fundamentalmente durante los años 90 - surgió otra política que recibió mis críticas internas, pero que debo reconocer a la luz de la mirada y perspectiva histórica - que tal vez intentó como una contrapartida a aquella actitud de los militares de ensayar una política diferente de acercamiento, de cooperación que se denominó en algún momento de seducción y se llegó a un acuerdo, en materia de manejo de hidrocarburos, una Declaración de Cooperación Conjunta para Actividades Off Shore, a fines de septiembre de 1995, para ser más exactos, el 27 de septiembre de l995. Era la primera vez que se sentaban para abordar un acuerdo de cómo tratar en forma conjunta y cooperativa recursos naturales no renovables.
A los cinco o seis días ese tratado, ese acuerdo, esa declaración fue violada.
¿Por qué? Porque Inglaterra interpretó unilateralmente que la única área que podría tener cooperación conjunta eran los 21 mil kilómetros cuadrados, que ellos determinaban, y no los 430 mil kilómetros cuadrados, que constituyen la zona que podemos denominar de disputa de soberanía. En cinco días tan sólo se violó el tratado y se dieron reuniones conjuntas: ocho en total, la última terminó en el año 2000, sin que en ningún momento y en ese lapso pudiéramos lograr - desde 1965 hasta el 2007 - ninguna actitud de discusión, tal como marca Naciones Unidas.
En el año 2007 se dio por finalizado este ejercicio, por evidente incumplimiento, y hoy nuevamente se ha instalado una plataforma al sur de las Islas, en clara violación a todas y cada una de las disposiciones de Naciones Unidas, que plantea algo más que una cuestión de soberanía, sino que nos plantea como región la posibilidad cierta y concreta de que esto pueda ser utilizado como un ejemplo en un siglo XXI, en donde la disputa de los recursos naturales va a ser el gran escenario internacional.
Si el colonialismo caracterizó los siglos XVIII y XIX; si el surgimiento de Naciones Unidas, después de la Segunda Guerra Mundial y el advenimiento de la Guerra Fría y la disputa ideológica caracterizó el siglo XX; el siglo XXI va a ser - sin lugar a dudas - la gran discusión sobre los recursos naturales de todos los que estamos aquí sentados .


Cuando Inglaterra dispuso, en estos días, el traslado de la plataforma para explotación off shore y Argentina en ejercicio de su derecho interno tomó decisiones que le competen como Estado soberano, desde el Foreing Office se agitó el fantasma de una eventual amenaza bélica, por parte de la República Argentina. Diría un ejercicio ridículo no, diría un ejercicio de cinismo porque creo que pocos países, luego del advenimiento de la democracia, han dado más testimonio que la Argentina en cuanto a ser un país de vocación profundamente pacífica.


Nuestras fuerzas armadas participan únicamente en ejercicios conjuntos de paz en Haití, en Chipre, ordenados por Naciones Unidas. No estamos en Afganistán, no estamos en Iraq, nos oponemos a cualquier tipo de ocupación; nos oponemos a cualquier tipo de violación del derecho internacional porque creemos que esta es una de las claves de un mundo cada vez más inseguro, más peligroso, más fragmentado, no ya por disputas ideológicas - como las que caracterizaron al siglo XX - sino tal vez por cosas más graves y profundas, como pueden ser religiones o intereses aún más profundos, como pueden ser el manejo por parte de cada uno de nuestros países del derecho a tener y ejercer el dominio y el usufructo de nuestros recursos naturales renovables y no renovables.

Yo agradezco profundamente en nombre de mi país el apoyo que hemos recibido de este foro, en cuanto a nuestros derechos legítimos sobre Islas Malvinas, instar a la Gran Bretaña a sentarse a la mesa de negociaciones, pero
creo realmente que la cuestión Malvinas puede verse como un claro ejemplo de lo que sucede, en materia de derecho internacional, y en donde quienes tienen un sillón permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pueden violar una y mil veces, sistemáticamente las disposiciones de Naciones Unidas, mientras que el resto de los países se ve obligado a cumplirlas, bajo pena de ser declarado un país enemigo o tal vez con calificaciones más duras; bajo pena de ser invadido militarmente o intervenido políticamente sus gobiernos.

Por eso creo que la cuestión de Malvinas es algo que debe competernos a todos, no solamente a los que estamos aquí reunidos, porque estamos formando parte de la región, creo que es algo que debe interesar al mundo contemporáneo porque va a resultar muy difícil justificar exigencias a otros países en base a decisiones que adoptemos y tal vez muchos de nosotros compartamos en Naciones Unidas, en materia de desarme, en materia de actividad nuclear, en materia de respeto a los derechos humanos si realmente quienes tienen el poder de sentarse en esos sillones permanentes del Consejo de Seguridad, son los que violan una y mil veces, en forma sistemática las propias disposiciones que juntos tomamos en Naciones Unidas.

Por eso quiero reivindicar todas las políticas que se han llevado a cabo por los gobiernos democráticos, aún aquellas que oportunamente no compartí precisamente por esta visión que viene a confirmarse en estos días, cuando nuevamente el Gobierno de la Gran Bretaña desoyendo, una vez más, una vez más las resoluciones de Naciones Unidas, de su Comité de Descolonización, de la propia lógica del siglo XXI que condena todos los colonialismos. Aquí tenemos uno tal vez de los últimos enclaves coloniales, pone blanco sobre negro que en definitiva la política internacional sigue siendo no una cuestión de derecho, no una cuestión de respeto a las normas establecidas, sino sólo y simplemente una relación de fuerzas: los que tienen más poder, los que pueden imponer sus decisiones por sobre el conjunto siguen utilizando ese lugar de privilegio para desoír al derecho internacional. Eso sí, no hay foro en el cual uno no puede escucharlos acerca de la importancia del derecho internacional; acerca de la importancia de Naciones Unidas; acerca de la importancia de respetar los derechos de todos los países, pero lo cierto es que la práctica concreta sigue siendo la violación sistemática de ese derecho internacional, que debería ser vigente para todos los países.

La Argentina va a persistir con vocación democrática, con vocación de pleno respeto a los derechos internacionales, y al derecho internacional en general, en su reclamo y adoptar en el marco de su derecho nacional todas las disposiciones y todas las resoluciones que tiendan a reafirmar nuestra soberanía sobre los Archipiélagos del Sur. No es un capricho de esta Presidenta, ni de los anteriores, es un imperativo de la Constitución Nacional. "

lunes, 22 de febrero de 2010

En Argentina a la violencia doméstica se le dice "asalto y tiroteo"

Un día más de irresponsabilidad mediatica.

sábado, 20 de febrero de 2010

Formas y sustancia

Por Alfredo Zaiat

La tensión político-mediática y la temprana disputa electoral ha sumergido al Fondo del Bicentenario en un terreno de confusión. Es una iniciativa que habilita la utilización de las reservas para otro fin que no sea financiar la fuga de capitales. Además permite ampliar los estrechos márgenes de autonomía de la política económica. Ese Fondo ha quedado atrapado entre la brocha gruesa del Gobierno y el rechazo a todo por parte de la oposición. Unos y otros se han lanzado a una lucha política frenética sobre el decreto de necesidad y urgencia que dispuso la creación del Fondo, cuando no es novedad que la deuda, desde 2005, luego de la reestructuración con quita del capital y extensión de plazos, se ha pagado con reservas. El Tesoro ha estado adquiriendo esos dólares al Banco Central con superávit fiscal, además de las compras que ha realizado directamente en el mercado. Si se está en condiciones de abstraerse de la batalla política dominada por consignas pensadas para titulares en los medios, la propuesta de aplicar en forma directa una pequeña porción de las reservas para el pago de la deuda implica un notable cambio cualitativo para la economía local. Desafía esa perversa marca a fuego de la convertibilidad que establece que las reservas se corresponden a los pesos en circulación. Cuestiona la idea de independencia del Banco Central al incorporarlo como parte de una política económica integral, y no como un organismo capturado por el sistema financiero y dedicado a cuidar los dólares para garantizar la fuga de capitales. Plantea la posibilidad de ensanchar los estrechos límites de la política fiscal para horror de la ortodoxia, que en la plaza doméstica todavía no se enteró de que con la caída del Muro de Wall Street y la crisis europea se quemaron los libros con sus recetas del fracaso.

La administración kirchnerista ha probado una y otra vez que no se caracteriza por cuidar las formas en la presentación de sus medidas. La experiencia de la resolución 125 (de retenciones móviles) no ha dejado muchas enseñanzas si se observa el recorrido político que ha tenido el DNU del Fondo del Bicentenario. Aunque vale destacar que hay una diferencia importante entre uno y otro momento por la nueva correlación de fuerzas en el Congreso, que plantea un escenario de que igual la oposición lo rechazaría, independientemente de las formas. Más allá del estilo o de los caminos formales, esa iniciativa tiene una sustancia relevante al poner en cuestionamiento ciertos pilares del pensamiento económico conservador, que han invadido discursos que se pretenden progresistas.

El Fondo del Bicentenario significa tomar prestados del Banco Central unos 6500 millones de dólares sin necesidad del Tesoro de disponer de los pesos. Por esas divisas entregaría un bono a cancelar en el 2019. Esos dólares se utilizarían para cancelar vencimientos de deuda en moneda extranjera a lo largo de este año. Como esos compromisos están incluidos en el Presupuesto 2010, se liberarían esos previstos recursos por unos 26.000 millones de pesos, ampliando en esa magnitud el margen de acción de la política fiscal. Aquí aparece la especulación política: ese ahorro fiscal derivado de adquirir las reservas sin poner los pesos le daría al Gobierno la posibilidad de aumentar el gasto público en obras y política social mejorando la situación económica y eventuales chances electorales. Abortar el Fondo obligaría al Gobierno a un ajuste fiscal de línea ortodoxa, como proponen ciertos economistas cercanos a un sector de la oposición, que afectaría la incipiente recuperación, con el consiguiente impacto negativo en el empleo y la pobreza.

El Gobierno mantuvo la marcha creciente del gasto público en el 2009 pese a la crisis internacional, que impactó en la economía local con una caída del Producto y una recaudación corriendo por debajo del ritmo del gasto. Esa política permitió amortiguar los indudables costos de la recesión global, al tiempo que impulsó a buscar fuentes de financiamiento interno. La utilización de una pequeña porción de las reservas implica una ampliación de esas fuentes.

Las reservas se integran con los dólares de las exportaciones, el ingreso de capitales, los préstamos internacionales y otros flujos. El Tesoro compra esos dólares con el superávit fiscal. Como se mencionó, esto implica que parte de los pagos de deuda siempre se han realizado con reservas. La corriente ortodoxa no presenta una objeción de base (pagar la deuda), sino que el cuestionamiento tiene su origen en una obsesión fiscal: pretenden el ajuste de las cuentas para pagar, criticando la posibilidad de enriquecer la política fiscal con otras herramientas expansivas.

Otra crítica, en este caso proveniente de un sector del centroizquierda, apunta a que las reservas sólo deben ser utilizadas para el desarrollo interno y no para pagar la deuda. El primer aspecto merece precisiones para evitar caer en la confusión de la ortodoxia; y el segundo constituye solamente una legítima vía de construcción de capital político. En el terreno económico resulta relevante evaluar la alternativa de destinar parte de las reservas para integrar un fondo para el desarrollo. Fabián Amico, investigador de la Universidad Nacional de Luján, elaboró un interesante documento de debate sobre el Fondo del Bicentenario. En el capítulo sobre la propuesta de aplicar reservas para inversión en infraestructura o para gastos sociales señala que no se advierte “que todos esos gastos deben realizarse en pesos y que no tiene sentido alguno argumentar que se necesitan dólares para esos gastos internos”. Amico reconoce que puede haber una necesidad de divisas asociada a cualquier gasto interno, dado que éste trae aparejada una cierta demanda de importaciones. Pero destaca que esos gastos, en lo esencial, se realizan en pesos. Pone como ejemplo que si el Gobierno decide una obra de infraestructura debería pagar salarios, materiales e insumos en pesos, excepto aquellos insumos que sean importados. Explica que, en tal caso, si el gobierno actual o el futuro destinara reservas para aplicarlas en gasto interno y realizara tales obras, se le presentaría la necesidad de operar en pesos. Amico apunta que en esa instancia existirían dos alternativas:

1. Podrían vender los dólares supuestamente obtenidos de las reservas del BCRA (no se explica cómo pasarían del BCRA al Tesoro) en el mercado cambiario y obtener los pesos. Pero sería una estrategia inconsistente: mientras el BCRA acumula reservas comprando dólares para sostener la paridad cambiaria, el Tesoro vendería dólares para obtener pesos. Esa política conduce finalmente a la apreciación del tipo de cambio con los nefastos efectos conocidos.

2. La otra vía sería “venderle” al BCRA los dólares a cambio de pesos. Esta última opción revela que, en verdad, no se están usando reservas para el gasto interno sino pesos: las reservas vuelven al activo del BCRA, mientras éste emite pesos a cambio de un bono del Tesoro. Pero es precisamente esto lo que la Carta Orgánica del BCRA prohíbe, porque lo que en realidad ocurrió es que hubo una emisión monetaria. Esto es ignorado por esa propuesta “progresista” para no reconocer que el pago de deuda con el Fondo del Bicentenario, en el contexto actual, libera pesos para otros gastos internos.

“Esta confusión entre los papeles del gasto en pesos y la utilización de las divisas atraviesa todo el debate. Pero entender bien esas diferencias es vital”, recomienda Amico. Para concluir que “las reservas son para pagar deuda en moneda extranjera, importaciones y sostener con buenas espaldas la paridad cambiaria”. El Gobierno tiene la evidente penuria de las formas y la debilidad de explicar la sustancia de ciertas medidas relevantes. Más aún cuando desde Economía no se colabora en mejorar la comprensión de la utilidad del Fondo del Bicentenario al insistir que es necesario para bajar la tasa de interés de futuras colocaciones de deuda, convocando al escenario esa rueda especulativa. Sin embargo, no quedar atrapados de esas carencias requiere de convicciones más profundas que la especulación por el posicionamiento frente a las próximas elecciones. Defender el planteo de no tocar las reservas para pagar deuda y proponer usarlas para el gasto interno termina abonando el terreno de la ortodoxia, que ofrece como opción emitir deuda en el mercado internacional o realizar un ajuste fiscal.

viernes, 19 de febrero de 2010

57 años de pasión.


Feliz cumpleaños compañera Presidenta!

viernes, 5 de febrero de 2010

TN censura las palabras de la Presidenta de la República Argentina.


Dijo Cristina , hoy en Avellaneda: "Quiero contarles algo, vieron que el día miércoles di una conferencia de prensa, allí, ante una pregunta de un periodista del monopolio contesté, pero la parte en la que hice alusión al lavado de dinero de los accionistas de Clarín, eso por TN no salió, eso lo censuraron, los grandes líderes de la libertad de prensa. Seguramente tienen un curioso concepto de lo que es la libertad de prensa. ¿Qué es para nosotros la libertad de prensa? Escuchar todas las voces, poder expresarse libremente, que ninguno sea censurado. Y quiero decirles que el día miércoles la Presidenta de la República fue censurada por un medio del monopolio, TN, que suprimió la parte donde decía que los accionistas de Clarín están en un proceso investigados por lavado de dinero. Estas son las cosas que pasan en la República Argentina.

Por eso quiero decirles a todos los argentinos, a ustedes, a los que hoy estamos aquí, que soy una mujer que tal vez pueda parecer débil, que tal vez pueda parecer vulnerable, pero quiero decirles que tengo toda la fuerza que me viene del fondo de la historia, que me viene también de mis convicciones, pero por sobre todas las cosas la fuerza que cada uno de ustedes me dan todos los días cuando salen a la calle a trabajar "

miércoles, 3 de febrero de 2010

Cristina designó a Mercedes al frente del Banco Central.


Dijo Cristina hoy, "quiero anunciarles que he decidido designar como presidenta del Banco Central de la República Argentina a la licenciada Mercedes Marcó del Pont, actual titular del Banco Nación. Una funcionaria muy importante que ha cumplido un rol más que destacado al frente de una de las instituciones más importantes de nuestro país como es el Banco Nación, la banca de fomento por excelencia y en su lugar, en el Banco Nación, lo ocupará Juan Carlos Fábregas que es el actual gerente general."
"También he decidido la creación de un Consejo Económico que estará integrado por quien es el titular del Banco Central de la República Argentina y el Ministerio de Economía en un modelo similar al que tiene la República Federativa del Brasil."