viernes, 31 de diciembre de 2010

"Yo me comprometo a redoblar el esfuerzo, a quitarle horas a mi descanso y mi sueño como hacía él"


Con motivo de la celebración de la Fiesta del Año Nuevo, la presidenta Cristina Fernández emitió un mensaje a través de la Cadena Nacional de Radio y Televisión, en el que rindió homenaje "a todos los argentinos que participan del esfuerzo colectivo" de hacer crecer a la Nación.

En su alocución, la Jefa de Estado sostuvo que el país concluye un año "excepcional" en materia institucional, dado que "culminan sus primeros 200 años" con "el período de crecimiento económico y de inclusión social más importante de toda su historia".
En ese sentido, destacó que el país cuenta hoy con récord de reservas en el Banco Central, que se observa masivo consumo popular, además de registrarse un crecimiento en el tercer trimestre del año que termina de un 9,1% en la actividad económica, y con una desocupación del 7,4%.

"Es un año en el que hemos vuelto a posicionar a nuestro país en términos institucionales como tal vez nunca en su historia", dijo la Mandataria, y remarcó que este logro se alcanzó "con justicia, memoria y verdad para miles de argentinos". Por eso, se expresó orgullosa de presidir "un país ejemplo en materia de derechos humanos".

"Creo que todo esto que estamos viviendo la argentinos, con este crecimiento inédito, seguramente va a prolongarse y profundizarse en 2011", señaló.

Por eso, Cristina Fernández remarcó su voluntad de "homenajear a los más 40 millones de argentinos que participan de este esfuerzo colectivo", porque "un país no se hace solamente por un presidente o una presidenta, sino que se hace con todos los argentinos, trabajando, esforzándose, tirando todos para el mismo lado".

"Cuando mañana, 31 de diciembre, todos eleven sus copas, yo les pido que piensen mucho en Argentina, en todo lo que hay que seguir trabajando y haciendo para que esta Argentina siga creciendo", convocó la mandataria.

Luego, la Jefa de Estado reconoció que, en el plano personal, 2010 será indefectiblemente recordado por la desaparición física de su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, y por eso también pidió a los argentinos que a la hora de recibir el año nuevo, "en algún momentito, piensen en él, porque él tiene mucho que ver en este país que hoy tenemos todos".

"Yo me comprometo a redoblar el esfuerzo, a quitarle horas a mi descanso y mi sueño como hacía él. El ejemplo de él, de su sacrificio, su voluntad y su esfuerzo es lo que me guía", expresó la Mandataria.

"Quiero desearles a todos los argentinos un muy feliz año nuevo y un mejor 2011, con el esfuerzo de todos, y con el compromiso personal e institucional de esta Presidenta", concluyó la Jefa de Estado.

martes, 21 de diciembre de 2010

La mierda ancestral

Por Santiago Varela *

Macri está en campaña. No es el único, ni es una novedad. Lo novedoso es el método. En la campaña anterior, Mauricio intentaba usar la racionalidad como método de atracción. El se presentaba como un ingeniero acostumbrado a manejar empresas, proponía gerenciar la ciudad y la eficiencia era su caballito de batalla.

Hoy el hombre ya no puede usar estos argumentos. La ciudad es un desastre, todos la sufrimos, y si hubiese sido realmente un gerente, ya lo tendríamos que haber echado por inútil.

Ergo, para esta campaña se torna suicida usar la racionalidad... ¿Qué hace? ¿Qué le aconseja su gurú Durán Barba? Sencillo, usar la irracionalidad, recurrir a las partes más oscuras y más reprimidas de los humanos –los porteños incluidos—. Para eso organiza un plan sencillo. Con la ayuda de algunos punteros, propios y ajenos, y barras bravas, siempre dispuestos a hacer alguna changa, incita a grupos de marginales de bolivianos, paraguayos a tomar tierras públicas bajo la promesa de lograr así obtener una escritura en forma.

Luego aparece la policía –la Metropolitana y la Federal– tratando de poner orden y bala y al mismo tiempo vecinos asustados aceptan que los mismos punteros y barras que los llevaron, ahora colaboren para poner orden y bala, todo bajo el lema temeroso de que los extranjeros nos quieren robar lo nuestro.

Todos sabemos que entre los porteños, para encontrar actitudes racistas y xenófobas, no hace falta rascar mucho... están a flor de piel. Siempre lo estuvieron, desde la época de los cabecitas negras y de la fantasía del asadito en el parquet.

Esto lo sabe Mauricio y sus asesores en comunicación, quienes también saben que los mamíferos suelen ser territoriales y refractarios a todo los que sea de afuera de la manada o de la tribu.

Por eso Cristina afirma que todo esto huele a preparado. Estoy convencido de que a Macri (h) no le importan los muertos, sino el rédito político que de ellos se pueda sacar. Pone la culpa afuera, en los distintos, en los otros, y apela a las más profundas entretelas de nuestro ser, allí donde suele estar la mierda ancestral, que desde hace siglos la cultura está pretendiendo minimizar.

El sabe que nadie se va a expresar públicamente contra los bolivianos o los paraguayos, incluso sabe que él va a ser el centro de las críticas; pero también sabe que estamos en campaña, que los bolivianos y los paraguayos no votan y que los que sí votan lo hacen a través de un acto personal y secreto por el que después no debe dar cuentas a nadie. Y sabe que al que vota se le puede llegar a asustar haciéndole creer que los extranjeros pobres podrán terminar invadiendo el Parque Rivadavia para llenarlo de ranchos y baños al aire libre. Y entonces aparece él, Mauricio, el incorrecto, el incorregible, el que dice lo que nadie dice, para impedirlo y salvar a la ciudad sitiada. Digamos que el hombre se transforma así en una especie de Mr. Músculo de los deseos oscuros y subterráneos de los porteños. Ejemplo de este comportamiento dual entre lo público y lo privado es que nadie lo votó a Menem cuando Menem ganó las elecciones del ’95.

Esta es hoy la apuesta de aquellos para quienes el fin justifica los medios. Todos los medios, incluso los muertos que andan tirando por ahí para que otros se hagan cargo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Avenida de la Patria




miércoles, 15 de diciembre de 2010

"Yo quiero decirles que tampoco voy a descansar porque estoy hecha a su medida"



..." quiero decirles a todos que pese a algunos intentos y provocaciones tenemos que estar -sobre todo quienes tienen la responsabilidad institucional de gobernar- con serenidad y responsabilidad, porque la vida de más de 40 millones de argentinos y también la suerte de más de 40 millones de argentinos depende de nosotros y no es quitándole la vida al otro como vamos a mejorar la vida de los argentinos, eso es no creer en Dios, eso es no tener fe.
Yo sé que desde el primer día en que me tocó gobernar la República Argentina comenzaron prolija y puntillosamente a ponerme piedras en el camino, lo sé, también sé que muchos pensaron y seguramente pensarán que no estando él les va a ser más fácil, pero quiero decirles que él desde algún lugar me da la fuerza, por eso fui su compañera por más de 35 años, bancando todo lo que había que bancar al lado de él.
Por eso él me enseñó que los gobernantes deben ponerse al frente de los problemas y no echarle la culpa a los demás, díganme si alguna vez lo escucharon a él quejarse de que no podía ayudarlos o darles una vivienda porque otros se lo impedían, dígame si alguna vez lo vieron desfallecer cuando cansado después de trabajar todo el día seguía incansable militando porque esa fue su vida y por eso murió, porque no descansaba un instante.

Yo quiero decirles que tampoco voy a descansar porque estoy hecha a su medida, quiero decirles con toda la fuerza de mi corazón que es el compromiso de él y de su vida lo que me lleva a afrontar con mayor fortaleza cada una de las provocaciones, cada una de las operaciones de los que ya sabemos quiénes son, porque esto, amigos y compañeros, no es que se desmadró, esto se apadrinó, que es diferente.

Por eso quiero decirles que en el temple y en la fortaleza de lo que aprendimos en estos años, que es con nuestro esfuerzo, que es con nuestra responsabilidad como gobernantes donde tenemos que asegurarle a la gente sus derechos, sin buscar en otros los culpables. ¿Qué hubiera pasado si en el año 2003 cuando llegó al gobierno con un 22% de los votos, 25% de desocupados, unas pocas reservas en el Banco Central, los acreedores externos que no nos dejaban tranquilos porque querían cobrar, lo que pasaba aquí adentro con millones de personas que no tenían derechos ni convenios colectivos? ¿Qué hicimos? Nos arremangamos y nos pusimos a trabajar, que es lo que tiene que hacer todo hombre y toda mujer que tiene una responsabilidad del gobierno.

Será porque la que suscribe no nació en un hogar pudiente, que tuve que trabajar desde muy joven, a los 18 años empecé a trabajar, hice toda mi carrera en la Universidad trabajando, por eso aprendí que en el único lugar donde el éxito está antes que el trabajo es en el diccionario, en todos los otros órdenes de la vida primero hay que trabajar, primero hay que esforzarse para obtener los logros y los resultados en la vida personal y también en lo institucional."

domingo, 12 de diciembre de 2010

El desafío

El ministerio de Seguridad terminará con el insensato autogobierno policial, una de las grandes deudas de la democracia. CFK propicia una salida política para el conflicto social sin ignorar qué fuerzas actuaron para gatillarlo. La convocatoria a quien supo conducir y reformar a las Fuerzas Armadas señala un camino. La seguridad no es incompatible con la ley y los Derechos Humanos, los problemas sociales no tienen solución represiva y no hay espacio para la desetabilización.

Por Horacio Verbitsky

La presencia de una docena de representantes de organizaciones sociales y políticas en el salón de los escritores y pensadores argentinos de la Casa de Gobierno, desde donde señalaron las carencias de la política del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que condujeron a los gravísimos enfrentamientos entre vecinos en el Parque Indoamericano, ejemplifica en forma inmejorable la definición formulada el viernes por la presidente CFK de que no permitirá una respuesta represiva a un grave conflicto social. Esto obligó incluso al ingeniero Maurizio Macrì a bajar la bandera de la xenofobia y la intransigencia absoluta con los reclamos de los sectores más débiles de la sociedad y presentarse él también acompañado por tres dirigentes de entidades de Paraguay y Bolivia, luego de haber utilizado barras bravas y punteros para azuzar a los vecinos asustados de modo que atacaran a los habitantes de las villas. El acuerdo alcanzado entre ambos gobiernos permitió el empleo de tropas de Gendarmería para perimetrar el espacio del Parque Indoamericano en el que continuarán los ocupantes hasta que se encamine una solución definitiva y el de comandos de Prefectura para patrullar los sublevados barrios vecinos. La creación de un ministerio de Seguridad completa el mensaje: conducción política de las fuerzas de seguridad, con respeto por el orden constitucional y los Derechos Humanos. Como en los preparativos de la masacre de Ezeiza en junio de 1973, la asociación gremial de los trabajadores municipales participó en la movilización de esos civiles armados. Entonces se llamaba UOEM y hoy SUTECBA, pero su conducción sigue estando en manos de Amadeo Nolasco Genta y Patricio Datarmini.Para gatillar el conflicto, centenares de pobres de solemnidad fueron traídos en colectivos y camiones pagados por el esposo de Graciela Camaño desde Tigre, Pilar, Moreno, Malvinas Argentinas y Lomas de Zamora, sin que la estructura política y policial de la provincia de Buenos Aires lo avisara al Poder Ejecutivo. Como en el asedio a la Legislatura porteña en julio de 2004, barrabravas del fútbol vinculados con Macrì intervinieron en el desencadenamiento de la violencia. Como en uno y otro caso, la política y los negocios se cruzaron en forma espuria. El gobierno camporista de 1973 avanzó indefenso hacia su consumación porque no comprendió la deliberada manipulación de lo que sucedía, según los pasos de “La técnica del golpe de Estado”, descrita en 1931 por Curzio Malaparte. El de Néstor Kirchner en 2004 advirtió lo que estaba en juego y se consolidó: impuso un criterio novedoso en la política argentina, por el cual las fuerzas de seguridad no pueden portar armas letales para el control de manifestaciones de protesta social, que deben encaminarse por la vía de la negociación política y la asistencia a las necesidades en juego. El de Cristina enfrenta el desafío a un mes y medio de la muerte de su esposo y líder político y, luego de un grave error inicial, ha respondido con sensibilidad e inteligencia, sin ignorar la intencionalidad de los episodios ocurridos cuando celebraba el tercer aniversario de su mandato y el Día Internacional de los Derechos Humanos. Al mismo tiempo que sus enlaces políticos con Macrì instigaban la violencia, el ex senador Eduardo Duhalde reclamaba desde Estados Unidos la imposición del orden. CFK reiteró la decisión de Kirchner de eludir las respuestas represivas a problemas políticos y sociales y asumió la difícil decisión de terminar con el autogobierno de las fuerzas de seguridad, que no podía prolongarse sin graves riesgos. La creación de un Ministerio de Seguridad y la designación para ocuparlo de quien demostró capacidad y firmeza para conducir y reformar las Fuerzas Armadas llega cuando la conducción civil de las fuerzas de seguridad se había demostrado impostergable y cuando el conflicto en la zona más pobre de la Capital quedó fuera de control. De ahora hasta el miércoles, cuando asuma Nilda Garré, el rostro político y asistencial del Estado deberá desescalarlo. En los términos del sociólogo francés Loïc Wacquant, quien ha estudiado este fenómeno en su país y en Estados Unidos, el regreso del Estado Providencia es la alternativa progresista al Estado Penitencia del neoliberalismo.

La oferta electoral
En el lanzamiento de su candidatura presidencial, Macrì definió con precisión su oferta al electorado. Precedido por su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, responsabilizó a la política migratoria del gobierno nacional, que llamó permisiva y descontrolada, y propuso la disyuntiva entre atender las necesidades habitacionales, sanitarias y educativas de los porteños o de los extranjeros. Hijo de un ladrillero italiano que llegó a la Argentina hace apenas 63 años, primer argentino nativo de su familia y casado con otra hija de inmigrantes, Macrì identificó migración con comercio ilegal de sustancias estupefacientes, sin la menor prueba ni mención a los empleados municipales y punteros de su partido involucrados en el episodio. Su afirmación de que la Policía Metropolitana no contaba con el armamento necesario para desalojar el Parque Indoamericano y proteger los barrios vecinos desnuda su concepción mejor que cualquier análisis ideológico. ¿Qué necesitaba su fuerza policial para tratar con los centenares de personas que acamparon allí, atraídas por su ofrecimiento de títulos de propiedad y por las transacciones económicas de sus punteros? ¿Acaso tanques, bazookas, misiles, cazabombarderos? Sus reiteradas alusiones a inmigrantes ilegales son inexactas. La chica boliviana asesinada iba a recibir la semana próxima su DNI. Era una de los centenares de miles de inmigrantes que desde 2003 han regularizado su situación. Pese a ello, la desocupación se redujo, del 23 al 7,5 por ciento, lo cual descalifica la literatura barata sobre su impacto negativo en la situación económica. Sin duda que presionan sobre las necesidades habitacionales, educativas y sanitarias de la Ciudad. Pero el verdadero problema reside en la desinversión decidida por Macrì en esos rubros, con presupuestos declinantes que además se subejecutan. De este modo se introdujo en el debate político la agenda de las derechas de los Estados Unidos y de Europa, versión remixada del Tea Party, de las políticas expulsivas de Berlusconi, Sarkozy y los partidos derechistas de Suecia, Suiza y Holanda, donde se aprobó en plebiscito la posibilidad de expulsar a los inmigrantes que hayan cometido algún delito. La idea, reiterada por Macrì, es que la inmigración constituye un problema de seguridad. Cristina le respondió en un discurso emotivo, que la Argentina no estaba dispuesta a formar parte de ese club de países xenófobos y solicitó a Bolivia las disculpas que Macrì se negó a pedir. El diputado Martín Sabbatella y el secretario general de la CTA, Hugo Yasky visitaron la embajada para comunicar su solidaridad.

La crisis del autogobierno
El contraste con las posiciones del gobierno nacional no puede ser mayor, como destacó recién el viernes el jefe de gabinete Aníbal Fernández: los problemas sociales se resuelven con política, no a palos. Lo hizo por orden expresa de la presidente, luego de dos días en los cuales la Policía Federal actuó librada a sus impulsos, con resultado desastroso. La jueza de la Ciudad María Nazar ordenó el desalojo de lo que llamó “inmueble”, “domicilio” o “finca”, en una muestra transparente de la inadecuación del artículo 181 del código penal a este tipo de acontecimientos masivos que obedecen a complejas causas sociales, económicas y políticas y que, en todo caso, cabrían con mayor pertinencia en las figuras del capítulo II del Código Contravencional porteño sobre uso indebido del espacio público. Pero su directiva al comisario de la seccional 36ª de la Policía Federal ni siquiera mencionó a la Policía Metropolitana, que es la que tiene jurisdicción en casos de contravenciones. La coordinación entre ambas fuerzas para el vergonzoso procedimiento ocurrió sin intervención de las autoridades políticas, que recién tomaron conocimiento de lo sucedido cuando ya habían ocurrido hechos irreparables. El tremendo episodio, a pocas horas de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, la participación de punteros del PRO, el discurso xenófobo de Macrì, al mismo tiempo que el matrimonio Duhalde usaba una cátedra académica en Estados Unidos para reclamar una vez más la militarización del conflicto social, configuran un abierto desafío a las políticas centrales del gobierno nacional. El reto consiste en eludir el absurdo dilema entre permitir en forma pasiva cualquier contravención o delito o reprimir en forma letal, provocando daños mayores a los que se pretende evitar, como ocurrió en este caso.

Desde el jardín
En la desolada residencia de Olivos durante la noche del martes y el feriado del miércoles, en la Casa Rosada el jueves y de nuevo en Olivos el viernes hasta la hora de partir para la entrega de los premios a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, CFK tuvo en vilo a sus principales colaboradores. La presidente urgió la realización de las necropsias de los primeros muertos, para lo cual debió recurrir al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, porque el Cuerpo Médico Forense remoloneaba sin premura; cotejó los resultados de esos peritajes con las versiones que divulgaban las policías Federal y Metropolitana; observó varias veces las secuencias filmadas por distintos canales de televisión. Durante las largas horas de silencio político, la única palabra oficial fue la de un vocero de la Policía Federal, sólo preocupado por defender la imagen institucional. Los mismos argumentos formaban parte del mensaje que se proponía leer el ministro que estaba a cargo de la Seguridad, Julio Alak. La presidente lo impidió. También recibió a los familiares del muchacho paraguayo Bernardo Salgueiro y de la chica boliviana Rosmarie Churra Puña, asesinados el miércoles. Algunos llegaron con el temor de verse involucrados en un show, pero CFK decidió que esos dolorosos encuentros íntimos transcurrieran sin fotógrafos ni periodistas, como ya había dispuesto cuando recibió a padres y hermanos de Mariano Ferreyra, el chico asesinado por una patota gremial en Constitución. No hizo lo mismo con los tobas agredidos por la policía de Formosa, lo cual marca una diferencia indefendible. En cambio, los recibió el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien mostró fotos en las que se veía a un indígena con un machete, a otro con un arma de puño y a un tercero con una carabina rudimentaria, los instrumentos de trabajo de esa etnia de cazadores y recolectores, que de ninguna manera pueden equipararse con el despliegue de un cuerpo especial de la policía formoseña, de entre 70 y 200 hombres según qué fuente se escuche. Macrì siguió repitiendo la versión policial, según la cual Salgueiro había muerto antes de que comenzaran los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, pese a que la declaración de la chica que lo acompañaba, Alejandra González, de 18 años, ante un funcionario de la seccional 52 de la propia Policía Federal, ratificada luego por sus familiares y otros testigos, indicaba en forma categórica que los disparos que le costaron la vida provinieron de las armas de las dos policías, formadas codo a codo sobre el puente que domina la villa 20. La policía informó al gobierno que Salgueiro tenía sólo un perdigón y que nadie más de su grupo había recibido impactos, lo cual avalaría la hipótesis de un disparo de tumbera. Pero la necropsia no habla de un perdigón único sino de genérica “posta de plomo de cartucho”, y un pariente de Salgueiro que iba junto a él fue herido en un brazo. De este modo, CFK terminó de formarse un juicio sobre lo sucedido y tomó decisiones llamadas a poner fin al autogobierno policial, una de las principales asignaturas pendientes de la democracia argentina. Aconsejado por sus expertos en imagen pública, Macrì acusó al gobierno nacional de discriminar a la zona sur de la ciudad, un cargo asombroso por provenir de quien la abandonó a su suerte. Convencer sobre la presunta preocupación del gobierno de la Ciudad acerca del espacio público necesitaría de un genio de la publicidad. Durante los largos tres años de la gestión de Macri, ese gigantesco terreno de 130 hectáreas fue entregado a las malezas y los roedores. Durante la reunión de madrugada con las organizaciones políticas y sociales, que pidieron la presencia del Estado Nacional como garante, Macrì se volvió a negar a cualquier solución que no pasara por el empleo de la fuerza para desalojar el parque, sin negociación alguna, a pesar del ofrecimiento del gobierno nacional de tierras en otro lugar para los ocupantes .

sábado, 4 de diciembre de 2010

Whiskyleaks

Por Luis Bruschtein

De los más de 250 mil cables que liberó Wikileaks, 2233 corresponden a la Argentina, o sea menos del uno por ciento. Sin embargo, El País (el único medio de habla hispana de los cinco que tuvieron acceso inicial a los cables) le ha otorgado un centimetraje de nota principal en tres de los cuatro primeros días del wikileaksgate. Una de dos: Argentina es uno de los países más importantes para los Estados Unidos o es uno de los más importantes para El País. Lo primero suena un tanto pretencioso. Argentina no es tan importante en el mundo, aunque así les pueda parecer a los argentinos. Entonces se trata de una decisión editorial del diario español, asociado en la Argentina con el diario La Nación, y dueño o socio en la propiedad de otros medios de comunicación, entre ellos Radio Continental.

El primer día, El País le dedicó un lugar en la tapa: “Preocupación en Estados Unidos por la salud mental” de Cristina Kirchner. Un destaque así es poco menos que decir que la presidenta argentina está tan mal de la cabeza que le chifla el moño. Ese mismo día publicaba en la portada junto a la foto de Cristina Kirchner, las de Sarkozy, Ahmadinejad, Chávez, Merkel y Putin. El País, cuya mirada sobre América latina suele ser muy conservadora, forzaba a toda máquina los cables relacionados con Argentina. Se supone que el foco de atención internacional está puesto en Afganistán, en Medio Oriente, China o Europa. Pero El País ha incorporado a la Argentina a esa reducida lista.

De la palabra “preocupación” con la que presentó la noticia el primer día, y que fue utilizada por el diario La Nación al siguiente para su principal título de tapa, pasó al más sobrio “inquietud” en el título de la nota cuando finalmente apareció, y terminó en un modesto “curiosidad” en el texto de la periodista Soledad Gallego. En el primer día la nota destacaba que la preocupación que despertaba en Estados Unidos el gobierno de Cristina Kirchner los había llevado al punto de inquirir sobre la salud de la Presidenta. Pero el cable original no hablaba en ningún momento de preocupación por la política del gobierno argentino. Eso era un agregado libre de El País. La corresponsal en Argentina finalmente aclaró que el planteo de ese cable –que llevaba la firma de “Clinton”– consistía en un trámite normal en las cancillerías que suelen pedir un perfil psicológico de los principales líderes. En todo caso, el cable nunca hablaba de “salud mental”, como se consignaba inicialmente en El País, sino que preguntaba por el “estado mental” y la salud de la Presidenta. En esa jerga periodística “salud mental” quiere decir loco. “Estado mental” es mucho más amplio y abarca situaciones que están enumeradas en el mismo cable, como por ejemplo la capacidad de la Presidenta para tomar decisiones en situaciones de estrés.

Toda la inundación de Wikileaks fue entonces digerida primero por El País, por lo menos en lo relacionado con Argentina, con leves transgresiones en la traducción y una edición forzada. Así, daba pie para poner en funcionamiento en Buenos Aires la maquinaria de la corporación mediática local, de la que también forma parte y que está en guerra abierta y total con el Gobierno. Clarín y La Nación levantaban de El País y titulaban con la misma tendencia, como si para Washington Argentina estuviera gobernada por una banda de locos, espías, chorros y narcos.

Y cada quien usó los cables para llevar agua a su molino. Por ejemplo, en Infobae se habló del objetivo de la política norteamericana de sustraer a la Argentina del eje bolivariano. Pero no es lo mismo decir “sustraer” (como si ya estuviera dentro) que “mantener a la distancia” a la Argentina de esa influencia, como efectivamente decía el cable en cuestión.

Paradoja: en todo el escandalete, el menos malo ha sido el ogrísimo del imperialismo norteamericano, que esta vez fue sorprendido en paños menores. Sin esos leves toques en la traducción ni la edición forzada, los famosos cables relacionados con Argentina son hasta ahora, falta conocer miles, palabrerío puro sin atractivo periodístico. La verdadera “inteligencia” norteamericana no se revela en esos cables. Si fuera así, viviríamos en un mundo bastante más tranquilo. Lo que sí ponen de manifiesto, en cambio, son los prejuicios del funcionario medio norteamericano y su poca apertura de criterio para observar la realidad de los países latinoamericanos, lo cual excede a las administraciones que se suceden en Washington. Todas las referencias enunciadas en los cables provienen de conservadores de oposición o ex funcionarios enemistados con el Gobierno. Esas son las fuentes de la embajada. Casi todos los temas mencionados en los cables ya fueron difundidos en la Argentina en su momento con grandes titulares por los grandes medios. Repitieron lo que ya se había publicado como parte de campañas que en el tiempo mostraron poca consistencia.

De todos modos, los cables son bastante escrupulosos para señalar la mayoría de las veces que son opiniones de terceros. Pero en los titulares de los medios, eso no se aclara. Ni siquiera se aclara que fueron escritos por funcionarios de baja categoría en algunos casos. En los titulares aparece como si Washington estuviera avalando todas las denuncias que han formado parte de la campaña de los grandes medios. El jueves, por ejemplo, el titular a cinco columnas de La Nación decía “EE.UU. expuso sospechas sobre manejos financieros de los Kirchner”. El título da a entender que la noticia viene de Washington para acá. Pero en realidad fue de acá para allá. Y en el cable enviado por un funcionario de la embajada a sus superiores se aclara muy especialmente que se trata de afirmaciones de un tercero, el economista Mariano Federici, consultor regional del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pedirle a un funcionario del FMI que opine sobre los Kirchner es como pedirle a Bin Laden que opine sobre los Estados Unidos.

Clarín de ese día usó también un título catástrofe para denunciar “Espionaje a opositores y obra pública dudosa”. En la nota se afirma que un cable enviado por el consejero político de la embajada, Thomas Kelly, dice que a Aníbal Fernández lo “persiguen rumores de corrupción”, así como “sospechas de presuntos vínculos con el narcotráfico” y de ordenar el “monitoreo clandestino de mails de opositores políticos”. En realidad, en ese mismo cable de 2009, Kelly enfatizó que esa información “no tiene suficiente fundamento” y que “no existe evidencia contundente”, pero igual en Argentina mereció un super título.

A pesar de todo, en este caso el papel de la diplomacia norteamericana es secundario. Sólo demostró que si quiere cambiar realmente su relacionamiento con América latina, tiene que empezar a buscar otras fuentes de información menos ideológicas. En cambio, los cables de Wikileaks fueron incorporados como nuevo material de la campaña granmediática contra el gobierno de Cristina Kirchner.

La impunidad de los medios pareciera total. Temas que fueron parte de una campaña mediática en su momento, con denuncias que nunca fueron comprobadas pese a haber ocupado títulos de primeras planas, son tomados por los funcionarios de la embajada –como versiones– en los informes a sus superiores. Wikileaks los revela, El País los publica y finalmente vuelven a su punto de origen: los titulares de primera plana de los grandes medios locales, esta vez como si provinieran del gobierno norteamericano. La impunidad es tal que, a pesar de la evidente inconsistencia del mecanismo, consiguen hacer mucho ruido.

Tiempo atrás, una campaña de ese voltaje podría haber sido demoledora, casi destituyente. Pero llegó tarde. Pasó apenas un mes de la muerte de Néstor Kirchner. El oficialismo recuperó espacios que había perdido desde la derrota de la 125 y en algunos casos traspasó marcas previas a aquel momento. Y la oposición pagó sus errores con un proceso centrífugo. Más que nunca en todos estos años los grandes medios actúan como el muro del que hablaba Elisa Carrió, “la última trinchera”, o la primera en defensa de sus intereses.

Tras la muerte de Néstor Kirchner y con el ascenso de la candidatura de Cristina Kirchner, en los mentideros de la política se daba por hecho que durante el año que falta para las elecciones presidenciales de octubre, vendría una campaña despiadada, porque es mucho lo que está en juego. En vez de respetar el tiempo del luto, los grandes medios prefirieron salir con los tapones de punta cuando la mayoría de la sociedad todavía ve con respeto, y en algunos casos con afecto, la imagen de una viuda despidiendo a su marido. Una movida de esa potencia puede producir antipatía y no solamente en los ámbitos oficialistas. El viento cambió y ahora se lleva el fuego para el lado de quien lo enciende. Como dijo Sun Tzu: “Lo que no te mata, te fortalece”.