martes, 5 de octubre de 2010

La Cerealera Bunge habría evadido impuestos a las Ganancias por $ 1200 millones. Increíble, cuanto más ganan más evaden.

Por Mariano Beristain
Luego de una decena de allanamientos en dependencias de la multinacional, una alta fuente del organismo confirmó que la principal aceitera del país utilizó una triangulación nociva para evitar el pago correspondiente a tres años de Ganancias.

Una altísima fuente de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) confirmó ayer que la principal aceitera del país, Bunge Argentina, realizó “maniobras fiscales nocivas” para evadir el pago del Impuesto a las Ganancias por una cifra superior a los $ 1200 millones.
Las autoridades aseguraron que se trata del mayor caso de evasión impositiva de la historia del organismo, en 1997, cuya resolución ahora quedará en manos de la Justicia.
Bunge Argentina, según se desprende de las pericias fiscales y contables, creó una oficina “fantasma” en Uruguay que le sirvió como pantalla para justificar su decisión de dejar de pagar Impuesto a las Ganancias a partir del 2007.
A esta conclusión arribaron los expertos de la AFIP gracias a una investigación de más de 18 meses, que tuvo su epílogo hace diez días, luego de una decena de allanamientos que se llevaron a cabo en dependencias de la corporación Bunge Argentina.
La empresa se negó a mostrar la documentación que le reclamó el organismo para deslindar responsabilidades y probar su inocencia.
“La maniobra de Bunge Argentina apuntó a evitar el pago del impuesto a las Ganancias en la Argentina. No hay caso de evasión impositiva más grande del que se ha detectado ahora”, aseguró una fuente indiscutible de la AFIP.
El trabajo de los sabuesos comenzó en 2007, cuando Bunge Argentina dejó de pagar Ganancias, pese a que ese año su nivel de facturación fue superior al del año fiscal 2006, cuando debió desembolsar al fisco $ 350 millones por ese impuesto.
Bunge tampoco pagó un solo peso de Ganancias en el año fiscal 2008 y en 2009, períodos en que el nivel de facturación creció o se mantuvo relativamente estable y en el que la rentabilidad siguió el mismo camino.
La cifra de $ 1200 millones que reclama en Tribunales la AFIP es aproximada y surge de los pagos de Ganancias que la empresa no hizo durante los tres últimos años fiscales. De hecho, el organismo contabilizó que la cerealera evadió $ 420 millones en el 2007, pero aún resta determinar con precisión la deuda del bienio posterior.
Los especialistas de la AFIP trabajaron durante los últimos tres años cruzando datos con otros organismos públicos, como el Banco Central, y viajaron a Montevideo, donde constataron que Bunge Argentina sólo hizo una operación de importación por unos U$S 180 con la que adquirió vestimenta para los empleados.
“La facturación al Uruguay es una pantalla para socavar la base del Impuesto a las Ganancias, que corresponde pagar en la Argentina”, ratificaron fuentes del organismo.
La operación involucró a 500 funcionarios de la AFIP y a efectivos policiales y de la Gendarmería que encontraron documentación probatoria, la cual permitió determinar que Bunge Argentina utilizó como pantalla a esta oficina uruguaya para evadir el pago del impuesto.
“El 100% de los productos exportados por Bunge Argentina y el 98% del proceso productivo se realizan en el país, pero Bunge no paga Ganancias en la Argentina y tampoco lo hace en Uruguay”, explicaron en la AFIP.
Cereales, minería y pesca son los principales sectores que Ricardo Echegaray, titular de la AFIP, ha involucrado en “maniobras de triangulación nocivas”.
El organismo ha identificado diferencias apreciables entre los destinos reales de las mercaderías y los destinos donde se facturan, un mecanismo que muchas empresas utilizan para evadir o eludir impuestos (ver recuadro).
En los dos últimos meses, el ente fiscal ha presentado un informe semanal en que refleja por sector económico la evolución de la facturación, el nivel de rentabilidad y el pago del Impuesto a las Ganancias, sin identificar los nombres de las empresas. En algunos casos, como el avícola, las firmas reconocieron en el 100% de los casos las diferencias impositivas y se avinieron a un acuerdo para evitar que el expediente llegue a los tribunales. Lo mismo ocurrió en el caso de la industria automotriz y la molinera, que admitieron hasta un 38% de diferencias. “Lo que hacemos con las reuniones es decirle a los sectores: ‘Miren, señores, hemos analizado sus declaraciones juradas del año 2009. Si ustedes se basan en las declaraciones del año pasado para realizar sus anticipos de 2010 sepan que están siendo motivo de investigación’”, aseguraron en la AFIP.
Sin embargo, las autoridades de Bunge Argentina, no sólo desconocen la existencia de diferencias, sino que aseguran que su filial uruguaya no es fantasma, pues tiene capacidad operativa y logística. Ahora, el último y más importante round entre el Estado argentino y la filial argentina de la multinacional Bunge se dirimirá en los estrados judiciales. “No hay caso de evasión impositiva más grande que el que hemos detectado ahora, con elementos fuertes. Hay que ver qué va a fallar la justicia, lo que sí sabemos es que el traje a raya no lo pone el Ejecutivo como organización del Estado, sino el Poder Judicial”, concluyó la AFIP.

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