martes, 20 de abril de 2010

"Tenemos que lograr que los derechos de todos sean respetados"


"Este siglo XXI debe plantearnos a nosotros, hombres y mujeres de la América del Sur, que el mundo que viene o que ya está, para ser más precisos, va a ser un mundo ambivalente, un mundo de grandes adelantos científicos y tecnológicos pero, al mismo tiempo, un mundo cruzado por contradicciones que no van a ser las del siglo XX, del más puro racionalismo, porque aún cuando el enfrentamiento entre Oeste-Este era muy ideológico, era un enfrentamiento del mundo moderno, era un enfrentamiento del mundo racional.

Hoy estamos ante otros desafíos, ante otros dilemas más insolubles, pero también estamos ante una oportunidad aquí en nuestra América del Sur, una región libre de conflictos o enfrentamientos raciales o religiosos, al contrario, una región rica y respetuosa de la diversidad y de la pluralidad como pocos que, al mismo tiempo, cuenta con riquezas, con recursos naturales inconmensurables, que deberemos prepararnos también para agregarles valor también, por qué no, para defenderlos. Porque ahí está, en mi país, una plataforma que vino navegando 14.000 kilómetros para sacar petróleo de nuestras Islas Malvinas.

Ese espejo, es un espejo en el cual debemos mirarnos todos los hombres y mujeres de los distintos países y saber que la batalla por los recursos naturales, la batalla por el agua, la batalla por la defensa de nuestros recursos, tal vez, sea una de las claves que debamos entender en el siglo XXI.

Por eso también quiero agradecer aquí y ahora la solidaridad de la República Bolivariana de Venezuela, de todos los países de la región -y cuando digo todos, son todos- el apoyo permanente en lo que es, no una causa de la Argentina, ni siquiera una causa regional: desterrar enclaves coloniales como el que tiene el Reino Unido en el sur del continente que es, por sobre todas las cosas, una obligación universal.
Allí en Malvinas, a la que nosotros denominamos "causa universal". ¿Por qué? Porque una de las cosas que deberemos discutir y debatir los países de la América del Sur en todos los foros, los que estamos reunidos aquí, en todos los foros, en Naciones Unidas, en todos los espacios institucionales y no institucionales, es fundamental que se termine el doble estándar en el mundo, en donde los poderosos pueden violar las disposiciones de Naciones Unidas o de la Organización de Estados Americanos y solamente estamos obligados a respetarlas los que somos más débiles o no tenemos la fuerza necesaria para que se nos respeten nuestros derechos.


Se tiene que terminar el doble estándar internacional en materia de respeto a las normas vigentes. Si todos somos signatarios de la Carta de San Francisco, si todos somos miembros de las Naciones Unidas, ¿por qué algunos respetan sus disposiciones y otros las violan una y otra vez en forma sistemática?

Yo quiero en este nuevo escenario internacional, ejercer el multilateralismo en serio en todos los ámbitos y en todos los frentes. Es la garantía de volver a ser una sociedad de justicia, una sociedad de derecho en términos universales.

Tenemos que lograr, finalmente, que los derechos de todos sean respetados.

Y, fundamentalmente, defender aquí en la América del Sur, el concepto de paz y de respeto a la voluntad democrática de cada pueblo expresada libremente. "

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