jueves, 10 de septiembre de 2009

"Los insultos, los agravios, las descalificaciones, por más originales y hasta divertidos parezcan, no les solucionan el problema a nadie"


Cristina firmó esta tarde el acuerdo por el cual se dispuso la apertura permanente de los registros de exportación de trigo y maíz. La medida se pone en práctica como consecuencia de haberse garantizado la provisión del mercado interno tanto para este año como para el próximo. La decisión permitirá el normal funcionamiento de los mercados a futuro, dándole al productor un precio de referencia en las pizarras de las bolsas de cereales a nivel nacional, necesario al momento de decidir la siembra de ambos cultivos.
Asimismo, la Mandataria anunció la eliminación de los derechos de exportación para los pequeños y medianos productores de trigo y maíz.

Dijo Cristina:
"Ayer me tocó vivir momentos realmente muy emotivos, a 30 metros de la frontera con Brasil, en San Pedro provincia de Misiones, donde fui con motivo del tornado que causó 10 víctimas, por lo menos hasta hoy eran 10 víctimas, y me tocó recorrer toda la zona donde viven de agricultura familiar estrictamente, con huertas, con chanchos, con vacas, seguramente una estadística los registraría como indigentes o pobres porque no tienen los ingresos monetarios que justificarían una ubicación en un ranking de indigencia de pobreza, pero en realidad viven de una agricultura absolutamente familiar.
Estuve charlando con un chico que había perdido a sus dos hermanitos y a un sobrinito, que me contaba -y me contaron- que todavía presa por la emoción de lo que le había sucedido no se detuvo ni a llorar ni a lamentarse sino que tomó una motosierra y salió a ayudar a los vecinos a cortar los troncos de los árboles que habían caído producto del tornado sobre las casas o sobre la ruta, hizo ese esfuerzo. Cuando lo vi en el centro de refugiados que había allí en la escuela que había quedado en pie un poco más adelante, porque había tomado dos escuelas, además de pedirme ayuda para ir a ver a su otro hermanito que estaba internado en Posadas operado de gravedad, me pidió cómo podía hacer para volver a tener las seis vacas que se habían muerto y que eran las que junto con los chanchos, las gallinas, la huerta familiar, permitían la subsistencia en una agricultura familiar, que no vayan a creer que se da únicamente en Misiones sino se da en miles y miles de argentinos y en una geografía muy extensa, sobre todo en lo que es NEA y NOA.
Y yo digo que los que han sido y los que hemos sido más favorecidos porque lo trabajamos, porque lo heredamos, porque lo conseguimos, por lo que fuera, tenemos una obligación moral creo además, si se me permite, de entender que hay una Argentina que necesita que aquellos que son los responsables de generar riqueza y aquellos que somos los responsables de articular las políticas para que todo concuerde y podamos entre todos construir una Argentina mejor, como lo hemos hecho en estos últimos seis años, con diferencias, con matices, pero yo creo que nadie, nadie honestamente, puede ponerse una mano en corazón o en el bolsillo y decir que no ha ganado mucho dinero, sobre todo en el tema de producción agrícola en estos seis años; también en industria y también lo que progresaron los trabajadores que pueden tener un trabajo, todos los sectores hemos tenido un adelanto muy grande.
Entonces yo digo, este esfuerzo que se hizo durante todo este tiempo merece, la verdad, una dirigencia que aún con diferencias, aún con intereses contrapuestos -que siempre los hay, es imposible que todos los intereses coincidían todo el tiempo- hagamos el esfuerzo de no perder ganas, estímulos, ideas en enfrentamientos, en discusiones, sino precisamente ponernos a trabajar cada uno para que podamos estar todos un poco mejor. Estos acuerdos que hoy llevamos adelante, el acuerdo con exportadores y harineros, que costó mucho tiempo, que costó diferencias, que nos pusimos de acuerdo finalmente; también esta señal clara, concreta, puntual, de un gobierno que quiere a ayudar a los pequeños y medianos productores de dos cultivos tradicionales en nuestro país como son el maíz y el trigo, son señales pero son gestos muy claros y concretos que están en esa dirección. Y yo espero sinceramente que todos los argentinos que tienen una responsabilidad de representación política, institucional, sectorial, y también los hombres y mujeres que son los que producen, los que se levantan todos los días temprano en su campo, en su chacra a trabajar, entendamos la necesidad de poder articular acuerdos de esta naturaleza, porque podemos sino perder una fantástica oportunidad de que en un mundo en crisis, en un mundo con severos volatilidades en materia económica, las oportunidades que la Argentina tiene como un productor de alimentos y al que habrá que agregarle valor cada vez más.

Por eso en nombre de estos chicos que me tocó ver ayer en Misiones y de tantos otros miles de Leandros Dos Santos que deben estar a lo largo y a lo ancho del país, debemos hacer el esfuerzo de acordar mecanismos, procedimientos en los cuales todos sintamos que el esfuerzo que estamos poniendo, fiscal por parte del Estado, del productor que invierte, que trabaja, que está mirando al cielo para ver si llueve y que de eso depende también su producción, todos tengamos esa voluntad y esa actitud diferente de poder ponernos de acuerdo, que es lo que en definitiva debemos hacer para seguir trabajando. No a ver quién dice la frase más hiriente o el insulto más original. Los insultos, los agravios, las descalificaciones, por más originales y hasta divertidos que a alguno le parezcan, por más centímetros que merezcan en los diarios, por más espacios en la radio o la televisión, no les solucionan el problema a nadie. En todo caso servirá para que alguien que le gusta mirarse en televisión o leerse en los diarios se sienta la mañana un poco más feliz.
Pero lo importante no es que cada uno de nosotros nos sintamos felices porque hicimos algo que nos parece que nos favorece sino que los demás, a los que decimos representar, también tengan los beneficios concretos de lo que significan políticas desde el Estado y acuerdos del Estado que podemos llevar adelante para mejorar nuestra producción, a nuestros productores, a nuestra economía y a nuestro país. Porque lo uno no va sin lo otro, acuérdense cómo les fue a todos cuando al país y a sus finanzas les iba mal, finalmente todos terminaron pagando."